A pesar de la situación económica que desfavorece a las familias xalapeñas, continúa la tradición de vestir al 'Niño Jesús' como ‘bebé’ o ‘angelito’ en este 2 de febrero, Día de La Candelaria; aunque quienes se dedican a este oficio reconocen que ha disminuido.

Doña Enedina Libreros Capistrán, quien ha vivido por más de diez años de la venta de artículos para el Niño Jesús así como de restaurar las figuras en su negocio del mercado Jáuregui, dice que la afluencia no es la misma en comparación con la de años anteriores, y señaló que se debe a la situación económica que se vive en Xalapa, no a la pérdida de la tradición.

Un ejemplo de esto, detalló, es que el año pasado restauró aproximadamente a cien Niños Jesús, mientras que en éste únicamente el 50 por ciento, lo cual ha generado que sus ganancias se vean disminuidas considerablemente.

"Uno que otro niño va cayendo en el mes de febrero, pero en este día nada. Las restauraciones empiezan desde diciembre, pero llevo menos del cincuenta por ciento que el año pasado", lamentó doña Enedina.

A esto, agregó que "se debe a la crisis económica, porque en la gente sí hay mucha creencia en Dios, nada más que es la economía de las familias".

Las reparaciones de estas figuras católicas tienen un costo que va desde los 30 hasta los 120 pesos, dependiendo del tamaño del 'niño', "pero ya nada más por la antigüedad que tienen los niños, por eso los traen, porque de hecho mejor se compran uno nuevo y les sale más económico", dijo.

Doña Enedina indicó que los vestidos más vendidos son el de bebé y angelito, aunque muchos xalapeños han comenzado a preferir el de Sagrado Corazón y Santo Niño de Atocha, y sus costos van desde 150 hasta 60 pesos, de acuerdo al tamaño.

La venta de tamales también ha disminuido  

Por otra parte, la venta de tamales, tradicional en este día, también ha sido un negocio lastimado por la misma situación, pues vendedores de estos productos afirman haber tenido expectativas más altas de su venta en este 2 de febrero.

Éste es el caso de doña Felipa Téllez, quien señaló que para hoy, únicamente vendieron cerca de 200 tamales, mientras que el año pasado, la cifra rebasaba los 600 tamales.

De salsa roja, verde, pipián, rajas y dulces, los tamales tienen un costo de 7 pesos, por lo tanto implicaba un considerable ingreso para toda la familia que está detrás de éste negocio, sin embargo, por las pocas ganancias obtenidas, se han visto en la necesidad de reducir el número de manos que preparan la masa y envuelven los tamales.

"Antes, hasta pedidos teníamos, no nos dábamos abasto; los clientes venían y nos compraban aquí de a montón y como no nos alcanzaban nos pedían para el día siguiente, pero ahora yo creo que por la situación económica, la gente prefiere comer otras cosas o algo así, porque la verdad damos baratos los tamales", comentó doña Felipa.