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Después de todo, no era tan mala 'la Chabela'

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Elízabeth y Américo inician proceso de entrega-recepción.

Redacción/

Deseamos que la cara de felicidad - que muestra en esta gráfica - no se le desvanezca al alcalde electo por Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, cuando llegue el uno de enero a la oficina que remodeló Elízabeth Morales García como lounge de la colonia Condesa, y se dé cuenta del caos en que dejó a la capital del estado.

Si Fidel Herrera Beltrán hubiera elegido al ex titular de la Secretaría del Trabajo, en su momento, para suceder a David Velasco, Zúñiga Martínez junior habría recibido una ciudad en mejor estado que la de ahora.

Por lo menos, tendría cara para ir a las colonias populares, donde ahora tendrá que limpiar el orgullo priísta y el nombre de un partido que carbonizó la conductora de televisión local, la misma a quienes las bases del tricolor no quieren ver ni en pintura, aunque ya exista una a la entrada de la ciudad.

Ayer jueves, la alcaldesa saliente y el presidente electo Américo Zúñiga Martínez se reunieron en Palacio Municipal para iniciar con el proceso de entrega-recepción.

Morales García destacó la "gran comunicación" que se está dando entre ambos equipos de trabajo, pese a que ella y la gente con la que llegó, nunca la mantuvieron y alimentaron con el personal que laboraba ahí desde administraciones pasadas.

Acompañada de su séquito de barbies y jotitos crudos que cargaban libretitas, agendas y servían a la secretaria particular Shariffe Osman, Elízabeth Morales arribó a la alcaldía con arrogancia excedida hacia los asalariados que usaban uniforme y zapatos de catálogo.

Ni por error tuvo un acercamiento personal con los empleados que trabajaron junto a ella tres años, “no fue gente” como muchos dicen de Ricardo Ahued, a quien recuerdan como “todo un caballero”.

Américo tendrá una tarea titánica: recomponer la imagen de un ayuntamiento 'humano' y enderezar toda una ciudad en retroceso.

Lo único que no espera la población es expresar un día: después de todo, no era tan mala la Chabela.