- Sociedad
¿Cómo gastar el aguinaldo de manera inteligente?
Llegó la época del año en que recibimos el aguinaldo, que es la compensación proporcional a nuestro salario estipulada por la Ley Federal del Trabajo como gratificación por nuestro esfuerzo y desempeño durante doce meses.
Es un momento también para planear con cuidado el fin que le destinaremos a este ingreso extra. La planeación resulta esencial, en particular en tiempos de volatilidad financiera, por lo que debemos analizar nuestras posibilidades y administrar el dinero para evitar la afamada y temida cuesta de enero.
LA PRIORIDAD
Al efectuar la planeación de gastos de fin de año debemos jerarquizar nuestras necesidades a fin de dar prioridad a las cosas que nos resulten más relevantes a largo plazo.
Es importante reconocer y recordar que durante las fiestas de fin de año, estaremos expuestos a un sinnúmero de tentaciones de gastos. Por ello conviene tomarse un tiempo para pensar cuáles de éstas son trascendentes y cuáles son prescindibles.
Enseguida te recomendamos una lista modelo que ordena el destino de nuestro dinero, de acuerdo con las necesidades más frecuentes:
Salud. En primer término, debemos considerar si en nuestra familia se requiere de algún servicio de salud que puede ser correctivo (una intervención quirúrgica, una hospitalización, un tratamiento) o preventivo (estudios de laboratorio, chequeos anuales, etcétera), o si es el momento de adquirir un seguro médico privado.
Deudas. Es recomendable destinar parte de nuestro aguinaldo para liquidar nuestras deudas, si es que las tenemos o reducirlas tanto como se pueda.
Gastos necesarios. En esta categoría pueden entrar obras de reparación o mantenimiento de nuestra casa o automóvil. Además podemos incluir los gastos inevitables que vendrán en los próximos meses: pago de tenencia vehicular, declaración anual de impuestos, etcétera.
Ahorro. Tras haber destinado nuestro aguinaldo para cubrir estas necesidades, podemos pensar, si se tiene la posibilidad, en ahorrar una parte.
Satisfactores no preponderantes. Finalmente, una vez que hemos considerado los gastos más importantes que tendremos que hacer, podemos darnos gustos y lujos de acuerdo con nuestras posibilidades. En esta categoría entran los regalos de fin de año o los viajes de placer.
Debemos tener siempre en mente nuestros objetivos y no caer en conductas impulsivas de las que nos arrepentiremos posteriormente.
Con información de La Silla Rota
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