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Veracruz, gobernadores títeres de la delincuencia: Buscaglia
Xalapa, Veracruz.- “En Veracruz hay gobernadores títeres, llámese Duarte, Yunes o el Pato Donald, quien sea, que simplemente gestionan un ámbito donde redes criminales se disputan los negocios que emanan de un estado débil”, dijo Edgardo Buscaglia, durante su participación–a través de un video mensaje inaugural- en el coloquio “Cuerpos, violencias y vulnerabilidad en espacios de riesgo”, organizado por la UV.
En su disertación, el autor de los libros “Vacíos de poder en México” y “Lavado de dinero y corrupción política” comparó a México con países como Afganistán, Nigeria, en donde el estado ha dejado de ser un generador de bienes y servicios públicos para transformarse en “un botín de guerra” para las élite socioeconómica.
“Como un queso gruyere, diferentes cortesanos disfrazados de políticos utilizan al estado para hacer negocio, y de esa manera el estado se debilita”, dijo.
Ante un estado débil no solo por redes criminales – como el Cártel de Sinaloa o Jalisco Nueva Generación- sino por redes criminales de políticos, de empresarios legales, el estado pierde el control sobre los grupos criminales.
“El debilitamiento del estado, un ambiente propicio para que 20 0 30 familias hagan negocio, hace que redes criminales que existían hace décadas, y que eran gestionadas y se cuadraban ante un estado autoritario; ahora comienzan a gestionar al estado: eligen alcaldes, gobernadores, candidatos”.
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En México, precisó el Investigador Principal en Derecho y Economía ("Senior Law and Economics Scholar") en la Universidad de Columbia, este proceso de debilitamiento del estado comenzó en 1990.
“Cuando la delincuencia se dio cuenta de que el estado era un espacio para hacer negocio, ellos comienzan a formar parte de esa puja para capturar a pedazos al estado mexicano”.
En ese ambiente, la pobreza aumenta, el tejido social se desintegra, la informalidad económica incrementa, al justicia se vende, el agua se vende, la salud pública se privatiza, “se da una prostitución, un desmembramiento del estado mexicano”.
Sí durante ese proceso de “desmembramiento del estado”, un grupo delincuencial se adueña del territorio, como en Durango, bajan los homicidios, las desapariciones forzadas, y hay una “paz mafiosa”.
“Hay un estado mafioso que sigue extorsionando, sigue traficando personas, sigue traficando migrantes, pero sin violencia”.
En otros lugares del país, como Veracruz, Tamaulipas y -en el futuro- Chiapas, lo que prevalece son diferentes grupos -como pirañas del poder legal o ilegal- comienzan a disputarse el poder con violencia y con más corrupción.
“Ese es el caso de Veracruz, donde tenemos gobernadores títeres, llámese Duarte, Yunes, o el Pato Donald, quien sea, que al llegar a la silla de gobierno solo gestionan un ámbito donde las redes criminales se disputan los negocios que emanan del estado, cada vez más débil y moribundo”, dijo el asesor en reformas judiciales y combate/prevención del delito organizado y corrupción privada y pública.
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“Cualquier ser humano, periodista o activista social que comience a escribir o a cuestionar sobre un negocio ligado a estos grupos criminales, esos grupos legalizados, se convierte en un desaparecido, en una desaparición forzada”, dijo Buscaglia.
De acuerdo con el análisis presentado, “en México la desapariciones forzadas se encuentra feudalizada, y cada señor feudal, llámese Yunes, duarte, está gobernando un estado donde grupos de poder van a desaparecer gente por motivaciones económicas”.
En ese contexto, México tiene más de 26 mil desaparecidos en total impunidad – más de un 99 por ciento se encuentra sin resolución judicial, lo que ha dado lugar a que ahora los grupos criminales no se preocupen por desaparecerlos sino que están tirando los cuerpos al aire libre.
“Paradójicamente, en varios estados están disminuyendo las desapariciones forzadas y están aumentando los homicidios”.
Para revertir esta situación, Buscaglia recomendó seguir las 45 políticas públicas que detalla en sus libros “Vacíos de poder en México” y “Lavado de dinero y corrupción política”.
Indonesia, Italia, Brasil y Colombia –que las han aplicado- les han permitido revertir la violencia de estado.