En el marco del análisis de las reformas secundarias en distintas materias, el Coordinador Nacional del Partido del Trabajo, Alberto Anaya Gutiérrez, declaró que, de aprobarse éstas, se correría el riesgo de regresar al viejo presidencialismo en el que todos estaban a la orden del Presidente como en los años 60’s y se regresaría a una República simulada sin división de poderes, convirtiendo a las Cámaras en dependencias del Ejecutivo.

“Hoy nos preocupa que estemos regresando aceleradamente a  esos niveles  de funcionamiento, porque del 97 a la fecha  empezó  a darse como marca la Constitución un verdadero equilibrio de poderes, el Poder Legislativo cada día era más autónomo o el judicial tenía su margen de libertad, las instituciones del IFE, TRIFE y otras tenían su manejo como organismos autónomos de Estado”.

En el tema energético, el líder nacional del PT lamentó que a la clase empresarial y a la población en general se le venda la idea de que estos cambios van a significar desarrollo y crecimiento,  cuando lo que significa es una vuelta al porfiriato. “Se  van a entregar los recursos naturales como lo hizo Porfirio Díaz a manos extranjeras  y  en el país sólo van a quedar enfermos y tuberculosos, porque van a ser contratados en el marco de las nuevas modificaciones laborales que son negativas, y condena a los trabajadores a condiciones prácticamente semiesclavas”, alertó.

En lo que corresponde a la reforma político-electoral, el legislador de izquierda señaló que es una negociación entre el PRI y el PAN, en la que el tricolor le pagará al blanquiazul los votos que otorgó para legalizar la entrega del petróleo al extranjero.

Además, dijo el petista, “me parece muy grave que se ponga en riesgo la desaparición de partidos políticos, donde el sistema condena al país a un bipartidismo que en el siglo XIX originó consecuencias trágicas; perdemos Texas, más de la mitad del territorio nacional, tuvimos una invasión francesa y una lucha civil entre liberales y conservadores, porque en esa época ya existía el bipartidismo. Ese modelo no es para  México por sus consecuencias tan graves, el modelo de México es el pluripartidismo, toda vez que tenemos un sociedad pluricultural donde también el pluralismo ideológico y político son muy vastos  y no puede caber el país en sólo dos opciones”, acotó.