Tres visiones políticas

  • Manolo Victorio

Esta semana el letargo producido por esta larga cincuentena de la intercampaña, se sacude un poco, los equipos de campaña de partidos y coaliciones estiran el cuerpo, se quitan la pereza de un proceso electoral inédito por lo aburrido, ausente, que ha sido hasta el sol de hoy.

El llenado de las casillas del protocolo electoral marcado por el Organismo Público Local Electoral de Veracruz iniciará este jueves 14 y llegará a su fin el domingo 24 de marzo.

En el orden al bat, la primera en registrarse será la candidata de la coalición “Sigamos haciendo historia” conformada por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Partido de Trabajo (PT) Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Fuerza por México (FxM), que cuenta con registro en la entidad, Norma Rocío Nahle García.

Nahle se inscribirá en la sede el OPLEVER, en la calle Juárez de Xalapa, este viernes 15 de marzo a las 16:30 horas.

La ingeniera petrolera trae una bandera en estos tiempos de prohibición de ofertas partidistas que fenecen el domingo 31 de marzo.

“La nuestra será una campaña de propuestas”. La frase encierra una generalidad universal que no se meterá en pleitos innecesarios, ni se bajará a ras del ring para recibir los sillazos de los adversarios políticos.

“Lo que menos necesita el país es la violencia verbal, la violencia en las calles”, resume Nahle García al hacer un recuento de los 108 municipios recorridos desde el proceso de las encuestas, hasta la coordinación de la Cuarta Transformación en el estado veracruzano.

Asegura la abandera de “Sigamos Haciendo Historia” que a partir del domingo 31 de marzo meterá el acelerador para recorrer los 104 municipios restantes, incluidos las 19 cabeceras distritales federales y las 30 demarcaciones distritales locales.

Va por todas las canicas Nahle.

Coincide Rocío Nahle García con la filosofía que rechaza el divorcio de la justicia de la equidad. La equidad es igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, dice al referir que Claudia Sheinbaum Pardo será la primera mujer presidenta de México, doscientos años más tarde de la llegada de Guadalupe Victoria a la primera magistratura de nuestro México profundo.

Claro, deja el mensaje conciso, preciso y macizo que ella será la primera gobernadora que despache en el edificio de cantera del Palacio de Gobierno.

Y será un gobierno con aroma de mujer.

Hipólito Deschamps Espino Barros, gastronauta de la nueva política fosfo fosfo, dice que no le ocupa el registro ante el árbitro electoral, que es tarea de su partido tutor, el Movimiento Ciudadano, dice.

No trae Polo Deschamps un discurso ni protocolario, ni ideario fijo de lo que representa su partido, que, dicho sea de paso, no entiende nadie la mezcla del jingle del indígena wixárika, Yuawi López, el niño huichol que canta a un movimiento naranja que transporta más al deseo de beber una Fanta que conocer el ideario de un partido político.

Polo ofrece una verdad actualizada, los videos de candidatos al trote, saludando de prisa, lanzando adioses a la nada, repartiendo propaganda impresa, abrazando niños lombricientos en los cinturones de miseria, con el brazo en escuadra engullendo para la foto un taco placero en los mercados, los abrazos a las señoras que se apilan en para ver al candidato o candidata, más por la escandalosa novedad montada por los equipos de campaña que rompe la rutina diaria de la barriada, ranchería o colonia periférica, que con el ánimo de conocer el ideario de un partido político.

Sostiene el candidato emecista que ese tipo de trabajo proselitista sólo se queda en el círculo rojo entre el cuarto de guerra del candidato y los medios de comunicación. La nueva política es el changarreo, donde se platica en corto con la doña que prepara las garnachas en Soledad de Doblado, con la propietaria de una fonda xalapeña, con el taquero de la esquina, donde ha escuchado en esta neo política gastronómica, las necesidades del sector emprendedor convertido por el hambre en figura empresarial.

Después de escuchar cuitas, infortunios económicos y el anhelo de esperanza de un mejor porvenir, Polo Deschamps deja varios billetes de 500 pesos en una interpretación sin intermediarios, sólo con el testigo del Tik Tok, Instagram y Facebook, de la política de Bienestar que pregona la cuatrote.

“Lo seguiré haciendo” remacha Polo Deschamps, a ver para que le alcanza de aquí hasta el miércoles 29 de mayo, día final para cesar las campañas.

“Será una elección de tercios” responde el ex alcalde panista de Medellín de Bravo.

Si la impronta de José Francisco Yunes Zorrilla en los medios de comunicación, columnistas, ensayistas y demás opinocracia fuera un elemento de medición, diríase que el peroteño candidato de “Fuerza y Corazón por Veracruz” ya empató la elección.

Sin embargo, todo se queda en la nube rosa de la realidad virtual porque los reporteros y analistas no son activistas políticos; solo ofrecen una visión subjetiva de la real política.

Las fotos no son votos, repite el periodista Esaú Valencia cuando alguien le pide su opinión como mercadólogo, en la mesa del café semanal que discurre cada lunes en El Gaucho.

La presencia de Pepe Yunes, sin embargo, viene a suavizar el escenario político-partidista con una diplomacia política que se apega al canon de la civilidad, cualidad perdida en estos tiempos modernos.

Pepe Yunes no cae en el exabrupto, no se rebaja a la cañería del insulto, no recurre a la camorra narrativa a la hora de caminar por el solar veracruzano.

Sin que haya un formato expreso, pues lo prohíbe el reglamento electoral, Pepe versa su narrativa en la oferta de mejorar la seguridad personal y patrimonial de cada veracruzano, de cada veracruzana que saluda.

La generación de empleo es otra de sus preocupaciones, por ende, eje troncal de sus propuestas a partir del inicio de su campaña.

Conoce Veracruz y lo conocen.

Su slogan “veracruzano de verdad” es un mensaje per se del candidato opositor que más posibilidades tiene de hacerle contrapeso real al oficialismo magenta.

Sabe Pepe Yú que en política gana quien menos errores comete, por eso camina con cuidado, piensa cada palabra y analiza con lupa a cada colaborador que le acompaña en la campaña.

Quizá sea la hora de aventar el resto, lanzar toda la carne al asador.

Ya no hay mañana.

… de otro costal.

Juan Javier Gómez Cazarín es un personaje que no ha traicionado su esencia, por lo menos, en las formas.

Es de los pocos que sale en defensa de un movimiento político que lo encumbró a roles estelares en el quehacer legislativo.

No se queda callado nunca.

Es respondón cuando enfrenta a los adversarios de la cuatrote.

Pone en el pecho a las balas cuando debate en las redes sociales a los emisarios del pasado azul.

Enfundado en el jersey de su equipo, el América –original, off course-  y calzando unos tenis Panam en compensación de las carencias infantiles, trae un discurso propio que lo ha salvado de los serenos privilegios del anonimato con el que se arropan la mayoría de funcionarios y legislares morenistas.

Le toca a Cazarín cerrar el changarro legislativo de estos seis años en una 66 legislatura que ha sido de claroscuros.

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