Temporada de zopilotes

  • Manolo Victorio

Las horas del país transcurren en bucles interminables. Nada pasa. Todo se reduce al bálsamo populachero, ramplón pero efectista de la filosofía rimada de Chico Ché como tapón a las crisis recurrentes.

En el “no somos iguales”, el general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional acepta reunirse con legisladores federales en sus oficinas de Campo Marte; no en el Congreso de la Unión, encuentro que más tarde canceló, lo que se tomó como una humillación, un sometimiento del legislativo. La vulneración de un poder por el poder real.

La repetición continua del mexicanísimo aforismo de la picaresca política, emitida por Paco Ignacio Taibo II, en el “sea como sea, se las metimos doblada, camaradas”, en referencia a los legisladores que se oponían a su nombramiento como director del Fondo de Cultura Económica, sigue vigente.

Las plumas de la Guacamaya no son importantes, todo se banaliza en salidas conceptuales de amplia comprensión en el pueblo.

La crisis por la vulneración de los sistemas cibernéticos de nuestra institución más creíble, se resuelve con la acción malsana, perversa, anti patriótica, achacada rutinariamente al conservadurismo que sólo se dedica a hacer politiquería.

Es más interesante, políticamente más rentable, exhibir la tómbola de los 35 nombres de opositores que desean ser candidatos a la presidencia que atender un asunto de seguridad nacional.

En resumidas cuentas, el general secretario ni fue al Congreso, ni se reunió con los legisladores, dejando a la republica en el suspenso de saber quién nos hackeó y por qué nos hackearon.

Mientras tanto, las filtraciones, calificadas por Germán Martínez, senador independiente, como plumas verde olivo, es decir, un enfrentamiento intestino entre la tropa que nos cuidará hasta el 2028 a golpe de bota en los 2,471 municipios de este nuestro México incomprensible e insondable, continúan con una supuesta ampliación de 25 mil millones de pesos más para el fortalecimiento de la Guardia Nacional.

La guacamaya se tornó en zopilote, dijo este miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador al minimizar el hackeo del ejército mexicano, calificándolo como el parto de los montes, después del escándalo de la prensa.

Y es que el Ejército y Marina tienen un nivel de confianza de 63.8%, según refiere el periodista Federico Arreola, sumado a un 60.5 % de confianza de la Guardia Nacional y abajito el vilipendiado Instituto Nacional Electoral que trae un nivel de confianza de 59.6%.

Después, con niveles de confianza mucho más bajos, vienen los gobiernos estatales y municipales, el poder judicial, las policías, el poder legislativo y los congresos locales.

Nada pasa.

Los tres poderes seguirán buscando afanosamente el contrapeso necesario democrático, sano y equilibrado para la vida nacional, aunque la SEDENA desprecia, con el apoyo de la mayoría de los mexicanos, hay que citarlo, la vida parlamentaria que sustenta la acción de una república como la nuestra.

El presidente AMLO sabe de su armadura popular, conoce como nadie la política mexicana, trae un 59.5 por ciento de aprobación, según el TrackingPoll diario del periódico El Economista.

Según SDP, la Presidencia, ocupa un 4º puesto en la confianza de los mexicanos con un nivel de 52.5%.

Contra eso, nada.

Si AMLO conmigo, ¿quién contra mí?, repiten en loas cotidianas las corcholatas que buscan suceder al tabasqueño en la presidencia del país.

En tanto, seguiremos alimentando el morbo de los complots, aquelarres y conjuros que se hacen para frenar al presidente, sin que hasta el momento haya un signo de resquebrajamiento, un agujero en la línea de flotación en el arca cuatroteísta.

Por cierto, hace algunas semanas el columnista Sergio Sarmiento hacía referencia a la desbordada propaganda de Claudia Sheinbaum fuera de la Ciudad de México, con bardas, espectaculares y pintas con moldes rociados con aerosol como se usaba en los movimientos comunistas en México en décadas idas.

Se extrañaba el analista, en un deja vu político leyendo cada tramo “es Claudia”, porque creía no podía salir de la CDMX cuando ya transitaba por una autopista federal.

Cuitláhuac García Jiménez, gobernador de Veracruz, nada ortodoxo en sus formas políticas, ha dado muestras que no recula en sus preferencias y se ha decantado por la jefa de gobierno hasta donde tope.

No por nada será la invitada especial del veracruzano en su mensaje por el 4º informe de gobierno que rendirá el maestro universitario en Tuxpan, el 15 de noviembre venidero.

La experiencia adquirida por el gobernador será determinante para apostarle todos los huevos de la canasta a la capitalina.

… de otro costal.

La visita que hizo Gerardo Fernández Noroña a Cardel el fin de semana pasado, organizada para conseguir apoyos en su búsqueda por la candidatura presidencial, salió mal.

No le avisaron al diputado petista que los organizadores del mitin eran ciudadanos que mantienen una lucha de 15 años contra las injusticias de la CFE por la recategorización de las tarifas eléctricas.

Jorge Morales Barradas, coordinador regional del movimiento de resistencia civil “La leyenda de Chucho El roto”, se enfureció al escuchar a Noroña, quien calificó de rateros los pobladores de la costa central veracruzana, tomó el micrófono y le dijo algunas verdades al petista Noroña, como el hecho que vaya y presente un punto de acuerdo para que el presidente AMLO ordene una tarifa única en Veracruz como sucedió en Tabasco.

“Hoy queremos que se aplique la ley,  solicitamos la reclasificación de las tarifas eléctricas y desde el año 2002 que en el Diario Oficial de la Federación se menciona, que las tarifas eléctricas se regirán por medio de las temperaturas , hoy con el calentamiento global y el cambio climático existe un incremento de la temperatura medio ambiente , es lo que pedimos, que se pronuncie un punto de acuerdo en la cámara de diputados y se reclasifique, pero si los diputados no se atreven hoy por qué están departe de están”.

Calificó a Noroña de oportunista electoral por defender “a la empresa más corrupta del mundo” como es la CFE, “solo porque esperan un hueso y seguir viviendo del erario”.

@ManoloVictorio