Sabiduría

  • Gabriel Reyes Cardoso

La pandemia nos ha enseñado mucho de la calidad y la incapacidad humana. Los importante es, ahora, contestar y comprobar, nosotros, si hemos aprendido algo.

No hay perlas de sabiduría que se puedan adquirir o compartir, por la brevedad del tiempo, que apenas llevamos viviendo con el nuevo virus.. tampoco porque gran parte de este tiempo, lo ocu-pamos, mucho para creer en su verdad y un poco para entender los riesgos de su coexistencia y más, mucho más para entregarnos al pánico y a  su aceptación.

Total, no hemos tenido,ni tiempo, ni condiciones, para aprender y disponernos para esta nueva eta-pa de la vida común de todos los humanos.

Ninguno ha podido, porque, la sabiduría viene con los aprendizajes derivados de la experiencia, que, tardan en que los registramos, a propósito, porque son significativos… por eso, la sabiduría siempre, lamentablemente viene con el tiempo…

¿Cuanto tiempo necesitaremos para poder entender, atender y controlar al nuevo bicho?

El bicho llegó para quedarse. No hay otra que disponernos a estar juntos o convivir,  y dicen los que saben, integrados.

El bicho, y nuestra coexistencia con este es, por ahora, el único tema que estará en la agenda de la elección que ya comenzó y terminará el 6 de junio del próximo año.

A los políticos no les podemos pedir sabiduría. 

No se les dá ni quieren tenerla.  Ellos solo quieren ganar y si para eso tienen que hacer compro-misos, pues ya está, acabar con el covid 19 y todos los demás que aparezcan en el futuro..así sean naturalmente espontáneos o enviados por los ¨fifís¨, ¨¨conservadores¨, ¨neoliberales¨ o como los vayan a bautizar en este año.

Los políticos viven siempre fuera de la realidad, porque, piensan que su trabajo es distraernos de ella. Nos invitan a imaginar un mundo ideal, al que,  ellos  nos llevarán.. claro si votamos por ellos.

Pero ni una promesa de campaña, aun cuando la firmen ante notario, será suficiente para lograrlo.
Tampoco los llamados a sonreír y ser optimistas.  Se necesitará, al menos como intención, planes y programas específicos y viables para atender al nuevo huésped de la humanidad.

Ni modo, los políticos, le tendrán que entrar, sin alojarse en pensamientos mágicos, ni en recetas de ideologías, que ya ni se usan, porque nadie las cree ni las solicita. Tantos cambios de partidos, ir y venir de los politicos, han cancelado las ideologías, y entre todos,  las han prostituido.  

Ora que, si un candidato quiere ganar,  tendrá que demostrar estar libre de cualquier contagio neo-liberal, como condición de lealtad a la democracia.. Esta democracia que anda igual, confusa y contagiada.

Por lo pronto, esa es la única condición de sabiduría que sus partidos  y uno que otro elector les pedirá, al menos para oír, como acabarán con el bicho y como demostrarán que sus métodos fu-migadores son mejor que los de sus oponentes.

Ninguno imaginaría que este bicho, ocuparía un lugar en la democracia.  Lo ocupa, nadie lo puede impedir, porque en el centro de todas las propuestas de gobierno o de representación popular, está, ya desde ahora, formular políticas públicas para, al menos, controlarlo. 

Espero que esto lo hagamos mejor que con la delincuencia organizada.