ELECCIONES, YA COMENZARON….

  • Gabriel Reyes Cardoso

El año electoral ya inició. dentro de 12 meses, la mayoría de mexicanos iremos a las urnas.  

La elección del 6 de junio del 2021 tiene símbolos y signos que la hacen demasiado importante para el futuro nacional. 

Todos los partidos están inmersos en debilidades y dificultades que deberán resolver en pocos meses, con pocas decisiones. Todos tienen diferentes capacidades y necesidades  para entender la realidad política coyuntural y bajas posibilidades de acción. Por eso no les dará tiempo de lo que quisieran hacer y tampoco tendrán todos los recursos habitualmente disponibles para ellos, en dinero y facilidades de comunicación con los electores.

Por eso, con tibieza empiezan a moverse en un panorama de incertidumbre e inestabilidad plenas.

 Las debilidades van desde luchas internas por acomodarse, repartirse posiciones y no cargar con responsabilidades de derrotas, porque, por primera vez en la historia electoral de este país, los conceptos de derrota estarán por encima de los de triunfo. Fuera de Morena y el Pan, los demás partidos se conformarán con triunfos mínimos, escasos y dispersos

La tarea para todos es reencontrarse con los electores líquidos, que se acomodarán con cualquier partido y que han aprendido a cobrar su costo de oportunidad al definir los resultados. Morena tiene mayor capacidad de acción, acotada por sus últimos triunfos.  No es lo mismo defender que atacar.

Morena se iniciará con las responsabilidades del liderazgo y sin embargo enfrentará la difícil paradoja de mantenerlo, recomponer las prácticas electorales que confirmen al gobierno que representan,  y también inaugurar nuevas reglas e instituciones que consoliden la 4a. transformación, porque les toca desterrar para siempre la corrupción política.

Acción Nacional, va en sentido contrario.  Es lo que corresponde a la 2a. fuerza electoral, atacar y denostar. También, tendrá que soportar y cargar con toda la tradición de corrupción, impunidad y desprestigios fifís, conservadores y neoliberales, que centrarán en ese partido, su carga negativa, porque no hay otro de su mismo tamaño.

Será una guerra entre dos fuerzas… totalmente opuestas y contradictorias en sus percepciones de la realidad, de lo que merecen los electores y de las formas de hacer política.

Los demás partidos contribuirán a inclinar la balanza, que desde ahora conduce a Morena, en diferentes caminos y diversas intensidades.

A los partidos nuevos, tocará la legitimidad del proceso.  Irán solos, legalmente, pero política y discretamente aliados, para, por lo menos, quedarse con el registro y algunas posiciones, acordadas previamente.

Con todo eso y entendiendo las fatalidades del tiempo, todos, han iniciado las hostilidades políticas informales, que por estar un poquito fuera de la raya de los espacios legales y porque servirá para reposicionarse, serán las más intensas, difíciles y a lo mejor hasta inmorales.

Salvo a los dos más grandes,  los demás partidos tendrán que realizar un enorme esfuerzo para comunicarse con los nuevos electores.  No son los mismos que, antes del 2018, les habían acompañado.  Tampoco serán los mismos que votaron en ese año. Ni votarán igual.

La 4a. transformación ya ha calado hondo.  Su lucha contra la corrupción está operando en la mentalidad de los electores como algo positivo y conveniente. Y eso, aunque algunos no lo reconozcan, ya ha cambiado al país, y a los mexicanos que, en mayoría, defenderán que no regresen los vicios del pasado.

La intención de todos, es acomodar las cosas lo más cerca del ideal que conviene a cada actor político.  Ninguno lo logrará, pero en la intención, complicarán más los escenarios reales donde se irán a votar.