La creación del hombre invisible

  • Myriam Lagunes Marín
La educación machista es ver sólo la punta del iceberg, es momento de hacer equipo

Las redes sociales han abierto nuevas posibilidades para manifestarnos y de cierto modo crear sentido de comunidad o de pertenencia por medio de la creación de grupos de personas que han vivido situaciones similares o simpatizan con ciertas causas, ejemplo de ello son los diversos hashtags que se han hecho tendencia de modo que centramos nuestra atención a problemáticas que quizás de otro modo no habríamos puesto especial interés.

Hace algunos meses, derivado del asesinato de una estudiante a la que antes de hacer investigaciones serias la postura mediática fue culparla de su propia muerte tomó fuerza dentro de las usuarias de internet hacer mención de los probables escenarios que podrían tomarse como pretexto para justificar su homicidio, como podría ser “si me matan dirán que era porque me gustaba salir de noche” o “si me matan van a decir que fue por engañar a mi marido, así que lo tenía merecido”.

Hubo una publicación en particular que llamó mi atención, un amigo hizo énfasis en que si lo mataban iba a pasar desapercibido, porque es costumbre que maten a los hombres; definitivamente las circunstancias en las que hombres y mujeres mueren a causa de actos violentos son muy diferentes, empezando por que la mayoría de personas que cometen asesinatos son hombres, pero es real que al dar por sentado que las mujeres somos víctimas dejamos de investigar las causas que nos llevan criminalizar a casi la mitad de los seres humanos.

¿Cómo estamos educando a nuestros hijos para volverlos criminales? Es una pregunta que tendría que encabezar nuestras prioridades, al normalizar la violencia contra la mujer y promover la idea de que el sexo masculino tiene el monopolizada la agresión estamos perpetuando los estereotipos de género que tanto daño nos han hecho.

El movimiento feminista ha hecho un excelente trabajo al visibilizar la desigualdad que vivimos, hoy día podemos disfrutar de los resultados de años de lucha, pero es relativamente reciente y hasta ahora poco popular la idea de la inclusión de los hombres para alcanzar la igualdad de derechos, no porque nos hagan un favor sino porque también es una batalla porque vivan libres y sin miedo.

No se trata de una competencia acerca de quién sufre más, sino el reconocer que nuestros compañeros también libran una guerra invisible contra los prejuicios sociales, pensar que uno u otro sexo se ve especialmente afectado por la educación machista es ver sólo la punta del iceberg, es momento de hacer equipo.