¿Será México como Venezuela?

  • José Antonio Sosa Plata
Los ataques dirigidos por el #PRI y el #PAN en contra de López Obrador podrían funcionar

En la lucha por la Presidencia, la crisis de Venezuela se perfila como uno de los temas más importantes de las campañas de la #Elección2018. Los ataques dirigidos por el #PRI y el #PAN en contra de Andrés Manuel López Obrador podrían funcionar si se incrementa el miedo de la sociedad a una crisis económica o política como la que hoy se vive en aquel país.

El panorama en Venezuela es desolador.

Los problemas que enfrenta el gobierno de Nicolás Maduro están en casi todos los frentes, tanto nacionales como internacionales. La elección de los integrantes de la Asamblea Constituyente agudizó el problema, no obstante que la decisión podría contribuir a consolidar el poder del mandatario.

Las críticas y cuestionamientos son apabullantes.

En México, la mayoría de los medios de comunicación le dedican espacios destacados al tema y, junto con las #RedesSociales, han marcado una clara tendencia de repudio y rechazo a la dictadura. La dureza de los argumentos corresponde con una realidad que no puede pasar desapercibida.

La crisis económica se agudiza día a día.

Es casi imposible convencer a la comunidad internacional que no hubo ruptura del orden constitucional, que no se han violado los derechos humanos y que son justificadas las muertes que de quienes protestaron en contra del régimen durante los últimos meses.

Venezuela está inmersa en un caos lleno de dramatismo.

Y mientras el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto eleva el tono de su rechazo e indignación por las acciones que ha emprendido el gobierno de Maduro en contra de la población, en nuestro país se tratan de resaltar las similitudes que habría entre el proyecto de gobierno que propone López Obrador y el del presidente venezolano.

También se mencionan los parecidos en los rasgos de personalidad.

Los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, además del líder del #PRI, Enrique Ochoa Reza, son los personajes principales que han cuestionado al líder de #Morena. Sin duda han encontrado un área de oportunidad para tratar de dañar su imagen.

Pero una vez más, Andrés Manuel reacciona con enojo e indignación.

En primer lugar, instó a sus detractores a presentar cualquier prueba que lo vincule al gobierno de Nicolás Maduro. Luego, con la misma vehemencia, consideró que los ataques en su contra tratan de provocar miedo entre la gente, lo que solo significa un “acto desesperado de la mafia del poder” ante la ventaja que lleva en las encuestas.

Finalmente, contraatacó.

En un comunicado aseguró que no está “en contra de quien con esfuerzo, con trabajo y de conformidad con la ley, logra un patrimonio”. Por el contrario, afirmó que no acepta “la riqueza mal habida y a los políticos corruptos”.

Aseguró que en su gobierno “no se cometerán arbitrariedades”.

Y mientras este conflicto gira en torno al dilema de si México será como Venezuela en caso de que López Obrador sea Presidente, poco se ha analizado la viabilidad y fiabilidad de dicho planteamiento.

En principio, se trata de un argumento falso.

Las condiciones para instaurar una dictadura son poco probables. Las instituciones del país y la conformación plural que caracteriza a muchas de ellas dificultarían el ejercicio de un poder totalitario. El rol que han desempeñado los medios de comunicación durante la transición y la alternancia serían otro obstáculo.

La fuerza de los partidos sería otro contrapeso.

Además habría que considerar el factor internacional. Por un lado, nuestra vecindad con Estados Unidos llevaría a considerar seriamente el factor de su seguridad nacional, más con la presidencia sui generis de Donald Trump. Por el otro, debe considerarse el papel que desempeña el país en la economía regional.

El listado de razones es mayor.

Sin embargo, de lo que no hay duda es que se trata de tácticas de comunicación apegadas a derecho, que se configuran como mensajes que pretenden producir temor en la ciudadanía y establecer algunos contrastes en los proyectos de gobierno que están presentando los partidos.

En este escenario comunicacional, todos ganan.

El tema les permite a varios personajes “hacer campaña”, fuera del periodo establecido por la ley.

La decisión puede ser cuestionable o no.

Lo cierto es que el debate que se ha generado beneficia a la democracia. También sirve para mantener la discusión política con amplios márgenes de libertad. Lo importante es quitar en forma legítima algunas ataduras que tienen los actores que participarán en el proceso electoral.

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José Antonio Sosa Plata

El autor es José Antonio Sosa Plata, especialista en información noticiosa, comunicación e imagen política. Como consultor político ha realizado investigaciones profesionales, asesorías y entrenamiento en medios a más de 650 personajes de primer nivel en El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Chile, Brasil, Perú, España, Estados Unidos y en más de 20 estados de la República Mexicana. Coordinador académico de los diplomados en Estrategias de Comunicación Política, Comunicación de Gobierno, Manejo de Conflicto y Crisis y Redes Sociales 2.0 (Universidad Iberoamericana). Director de Apoyo, Asesoría en Comunicación Política, S.C.