Formamos lectores con literatura infantil

  • Alma Espinosa
Todo estará bien cuando incorporemos la lectura de literatura infantil a nuestras vidas.

El éxito de las estrategias de promoción de lectura y de formación de lectores consiste entre otras muchas cosas, en que el mediador de lectura sea lector, planear cada actividad que integrará la estrategia, dominar la técnica de lectura y narración y, lo más importante, saber seleccionar un libro según el objetivo de la estrategia.

En otras ocasiones he hecho referencia a esto, pero ahora quiero destacar la trascendencia de elegir un libro infantil para promover la lectura, entre público infantil y adulto.

No hay de otra, formamos lectores con libros de literatura infantil, sin importar qué edad tenga el destinatario. Ahora, como hace años, este tipo de libros contienen temas que contribuyen a nuestra formación intelectual, determinan nuestra personalidad y nos hacen capaces de insertarnos de manera propositiva a la sociedad.

Hago referencia a la literatura infantil porque el 2 de abril se celebró el Día Mundial de la Literatura Infantil y Juvenil, en memoria del nacimiento de Hans Christian Andersen, el maravilloso escritor danés que conocemos como autor de historias como “El patito feo”, “La sirenita”, “El soldadito de plomo” y “El traje nuevo del Emperador”.

Las historias fantásticas o conmovedoras de esa época y de la actualidad mueven sentimientos, recuerdos, anhelos, algo con que nos identificamos y nos dejan algo en qué pensar, siempre. Sin importar nuestra edad o las vivencias que hayamos tenido.

Tal es el caso de “Los días raros”, uno de esos libros que te dan ganas de releerlo tras un suspiro. Con gran maestría, como nos tiene acostumbrados, Roger Ycaza, junto a María Fernanda Heredia, nos hablan de esos días en que las cosas no van bien.

Es un libro que retrata ese estado de ánimo con el que a veces amanecemos o que nos acompaña esporádicamente. Con un sabor extraño en la boca y un ritmo diferente en los pasos, caminamos sintiendo que algo pasa, algo raro.

La soledad o el duelo ante la pérdida son dos causas que transforman el mundo ante nuestros ojos. De un día a otro pueden cambiar las cosas o las decisiones, hasta que, finalmente, llega una voz de consuelo que nos dice “todo estará bien”.

Todo estará bien cuando incorporemos la lectura de literatura infantil a nuestras vidas. Cuando les leamos a nuestros niños en la orilla de la cama y en las aulas. Cuando dejemos atrás esa idea absurda de que ya estamos muy grandes para escuchar o leer un buen libro infantil.

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Alma Espinosa

Es originaria del Distrito Federal y desde hace más de una década radica en Xalapa. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Estudió la especialidad en la Enseñanza de la lengua y la literatura en la Universidad Pedagógica Nacional Unidad Xalapa, donde actualmente es docente. Es egresada de la maestría en Literatura mexicana por la Universidad Veracruzana.

Actualmente cursa el diplomado para la Profesionalización de mediadores de lectura por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Es mediadora del Programa Nacional Salas de Lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Ha impartido talleres relacionados con el tema de la lectura y la escritura, y desde hace dos años es una de las mediadoras que dirige la sala de lectura Equinoccios.

Como periodista ha trabajado en el Instituto Mexicano de la Radio, el periódico U2000. Crónica de la educación superior, y el Departamento de Prensa de la Universidad Veracruzana. Fue gestora cultural en la USBI Xalapa. Actualmente colabora en el área de Comunicación Social del Instituto Veracruzano de la Cultura.