¿Estrellas gobernantes?

  • José Antonio Sosa Plata
El ser humano es un zoon politikon.

La posibilidad de que Cuauhtémoc Blanco, alcalde de Cuernavaca, sea postulado por el Partido Encuentro Social (#PES) para la candidatura al gobierno de Morelos sigue latente. Aunque el personaje ya dijo que no le interesa, la puerta sigue abierta ante una futura rectificación.

La noticia no fue sorpresiva.

El fortalecimiento del ex futbolista es evidente. El enfrentamiento que tuvo con el Congreso de su estado luego de votar por su desafuero y la batalla que ha librado por el control de la Policía Municipal facilitaron la decisión del partido al que ya pertenece oficialmente.

A partir de ahora, el conflicto entra en una nueva etapa.

Si el cálculo del #PES fue correcto, la acción desencadenará una serie de acciones y eventos que podrían desatar la furia de sus adversarios. De igual forma establecería un precedente muy importante para los procesos de selección de candidatas y candidatos en las #Elecciones2018.

En caso de fracasar, el partido no tendría nada que perder.

Por el contrario. Frente al mal estado de ánimo que prevalece en la sociedad en los temas políticos, acciones como ésta le dan la oportunidad de posicionar su imagen como una opción audaz y —por qué no— hasta atractiva por salirse de los parámetros tradicionales a los que estamos acostumbrados.

Al mismo tiempo, se replantean algunos debates interesantes.

¿Deben o no participar en política las figuras sobresalientes del sector privado, de las organizaciones de la sociedad civil o del llamado mundo del espectáculo? ¿Es la gestión de gobierno un trabajo que solo pueden desempeñar con honestidad y eficacia los políticos profesionales? ¿La mejor ruta para acceder al poder sigue siendo la que transita por los partidos?

La discusión sobre estos temas no es reciente.

Se ha dado durante décadas en diversos países democráticos sin que se lleguen a conclusiones convincentes y definitivas. La confusión principal la han generado algunos prejuicios sustentados, principalmente, en argumentos falsos.

"Zapatero a tus zapatos", dicen algunos.

Con este tipo de premisas llegan a la conclusión de que un artista, deportista, locutor, conductor de noticias o "estrella" del medio televisivo no tiene la formación académica, la experiencia ni la capacidad de desempeñar una labor tan compleja como la que exige el gobernar.

¿Dejaría que un abogado lo interviniera quirúrgicamente?

Si caemos en la trampa de estos dilemas, entonces la política sólo sería una actividad que deberían realizar los políticos profesionales. La historia nos ha demostrado que no es así.  También que, probablemente, no sea lo más conveniente.

El ser humano es un zoon politikon.

El principio aristotélico ha confirmado nuestra naturaleza como animales ciudadanos, como animales cívicos y sociales. Bajo este enfoque, todas y todos tenemos el potencial y la capacidad de hacer política, asumiendo que quien se forma profesionalmente puede lograr los mejores resultados.

Hay muchos ejemplos de casos de éxito en el mundo.

A pesar de las opiniones encontradas que aún provoca, se puede mencionar al actor y ex presidente estadounidense Ronald Reagan. Cómo olvidar en Argentina el caso de Eva Duarte de Perón.

A nivel mundial, la lista es grande y muy interesante.

En nuestro país hemos tenido varios personajes —también controvertidos— como Silvia Pinal, Julio Alemán y María Rojo. Desafortunadamente, no todas y todos han sido analizados a partir de los compromisos y resultados que han dado, pues casi siempre se imponen los aspectos supuestamente frívolos de sus actividades en la industria del entretenimiento.

El éxito en la política depende además de otros factores.

El instinto es uno de ellos. No se puede negar que también se nace para ser político, sin importar el nivel de escolaridad alcanzado o si se tiene otra especialidad que se le considere ajena. Por otra parte, asumir un compromiso real con la sociedad y conjuntar un equipo profesional y con experiencia también cuenta. En la era del conocimiento y la información, existen demasiadas herramientas para el aprendizaje formal e informal de cómo hacer política de manera efectiva.

El paradigma es viable y factible.

Para entenderlo mejor, no olvidemos que las democracias experimentan una fuerte crisis de confianza, legitimidad y de liderazgos que cumplan las expectativas de la gente. El problema, por lo tanto, no es que tengamos más estrellas en el poder gubernamental, sino que logremos un sistema político funcional, de resultados, apegado a las leyes y sustentado en los más altos valores.

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José Antonio Sosa Plata

El autor es José Antonio Sosa Plata, especialista en información noticiosa, comunicación e imagen política. Como consultor político ha realizado investigaciones profesionales, asesorías y entrenamiento en medios a más de 650 personajes de primer nivel en El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Chile, Brasil, Perú, España, Estados Unidos y en más de 20 estados de la República Mexicana. Coordinador académico de los diplomados en Estrategias de Comunicación Política, Comunicación de Gobierno, Manejo de Conflicto y Crisis y Redes Sociales 2.0 (Universidad Iberoamericana). Director de Apoyo, Asesoría en Comunicación Política, S.C.