¿Cuántas veces hemos escuchado que todos los cuentos de hadas terminan en lo mismo: “y fueron felices para siempre”? y ¿cuántas veces hemos asegurado que esto no es posible porque la felicidad eterna no existe (hasta los estudios científicas lo demuestran)?

Para todos los que nos hicimos estas preguntas, existe el libro “Érase una vez lo que no fue”, escrito e ilustrado por Juan Palomino y publicado por Ediciones Castillo. El libro está dirigido a lectores con cierta experiencia en eso de los cuentos de hadas.

“Todo sería distinto si a la princesa no le hubieran enseñado a desmayarse frente al peligro. O si el príncipe hubiera seguido su vocación”, esto según el narrador. Y, agrego: ¿qué tal si la bruja no era tan aferrada y hubiera preferido salir a tomar el té con las amigas o irse a un spa para relajarse después de tanta creación de pócimas?

¿Y si la mala suerte del príncipe ocasionara que los remedios para despertar a la princesa escasearan? Toda una serie de cosas se pudieron conjuntar para que el príncipe y la bella dama no fueran felices para siempre, pero… ¿qué tal que sí fueron felices aunque no sucedieron todas estas cosas fantásticas?

Toda una serie de preguntas motiva este libro de Juan Palomino, que junto con las ilustraciones forma una enredadera de cuestionamientos en los lectores que inician así: “y qué hubiera pasado si…”

Palomino nos demuestra que ningún cuento fantástico está acabado o que no puede ser transformado. El escritor nos motiva (casi podría decirse que nos provoca) para cuestionarnos qué más encontramos en los cuentos de hadas o qué historias paralelas podemos imaginar. Nos llama a apropiarnos de los textos y a crear nuestra propia historia.

No existe nada mejor que los libros que nos motivan a imaginar y cuestionarnos. ¿Se imaginan si los docentes y padres de familia usaran este tipo de lecturas para motivar a los niños a construir y cuestionarse su mundo? Otro gallo nos cantaría.