Un paso atrás

  • Jorge A. González
Los saqueos y actos de vandalismo tienen muchas lecturas para reflexionar.

Los saqueos y actos de vandalismo cometidos la semana pasada en la ciudad de Veracruz y otros municipios tienen muchas lecturas para reflexionar.

Sin duda para muchos fueron acontecimientos inéditos en la historia y la vida cotidiana de nuestra ciudad.

La mayoría de la información se concentró en los números: 370 tiendas saqueadas en todo el país, según la Asociación Nacional de

Tiendas de Autoservicio (ANTAD).

De acuerdo con un informe de la Cámara Nacional de Comercio Servicios y Turismo de Veracruz (Canaco), fueron afectados 70 comercios ubicados en los municipios de Veracruz, Boca del Río y Medellín.

El mismo organismo empresarial reportó que hubo pérdidas económicas por más de 100 millones de pesos.

No podemos negar que los números nos dan un balance de lo que representa el desastre en términos financieros y materiales.

Esas estimaciones también dan respuesta a lo que los empresarios tienen que enfrentar en términos de capital, inversión y en su caso: el cierre del negocio.

El tema de los dígitos nos concierne a todos por el asunto del empleo, el abasto y el comportamiento financiero, pero en mayor medida a los empresarios, que no hay que olvidar son los que mantienen la actividad económica del estado.

Pero hay un flanco del que se debe hablar de una vez por todas. Un tema que la sociedad ha dejado pendiente. Es más, me atrevo a decir que lo ha olvidado.

Se trata de los valores universales. Y antes de entrar en al tema, debe quedar claro que no estamos hablando de moralidad.

La palabra valores se ha utilizado en mayor medida en los discursos escolares, políticos, religiones; y ha sido bandera de campañas publicitarias comerciales y programas gubernamentales.

No obstante, se trata de una palabra que ha sido muy desgatada discursivamente, pero abandonada desde su aplicación misma.

Es como decir que eres católico pero no vas a misa, o no actúas en consecuencia ante los demás.

¿Qué son los valores humanos?

Los valores humanos son acciones que se encargan de orientar y direccionar la acción de las personas que desean hacer lo correcto.

Hay valores que permanecen al paso del tiempo y otros que no concuerdan con el contexto social.

Lo preocupante es que nuestra sociedad -la veracruzana- se ha olvidado de los más elementales y necesarios que tendrían que sostener el equilibrio de la conducta social.

Los acontecimientos de vandalismo y saqueo que dieron la vuelta al mundo la semana pasada, nos recuerda a todos que hay mucho que trabajar en ellos, que estamos un paso atrás.

¿Cuáles son los valores más importantes? Si ponemos atención, la reciente conducta social de los veracruzanos ante la posibilidad de entrar a una tienda, tomar objetos y marcharse sin pagar, nos dan la respuesta. No hay que ir muy lejos para saber cuáles son.

La honestidad, el respeto, la responsabilidad, la gratitud, la prudencia, la sinceridad, la compasión, la lealtad y la humildad.

Si por lo menos, quienes actuaron de manera indebida y fuera de la ley hubiesen tenido presente tan solo uno de estos valores, se hubiese evitado caer en un delito.

Hay dos entes a quienes les compete trabajar directamente en recobrar los valores, y hablamos de la familia como ente social y de la escuela como ente institucional. Ambos forman seres humanos.

No hay que olvidar que somos lo que escuchamos, vemos y hacemos en casa desde pequeños. Y todo eso aprendido en el hogar lo reforzamos en el aula con los conocimientos, y así salimos a la calle a enfrentar los retos individuales y sociales.

La solución está en las nuevas generaciones, los que hoy actuaron fuera de la ley, difícilmente volverán al camino.

Y es que vimos con asombro que familias enteras salieron a robar.

Y si mamá y papá lo hacen, en automático los hijos tienen la aprobación para repetirlo. Quien robó en el pasado será ratero para toda la vida.

Si los acontecimientos fueron provocados o no, ese es un tema -no menos importante- que tendría que discutirse en otro espacio.

Los valores son conductas que se adquieren en casa, no son cosas que podamos conseguir en algún lugar. Los valores se asumen y se practican a diario en lo individual y en lo general. Y eso sí, dependen estrictamente de la voluntad de uno mismo.

Fíjense ustedes, el conducirse con valores es tan importante que si no se tienen: nos cerramos puertas y como en estos casos, hasta se pierde la libertad.

Es la delgada línea que divide la paz de la guerra, la bondad de la maldad, y la verdad de la mentira.

Les comparto cuatro preguntas, y en su casa espero que encuentren las respuestas para tomar acciones en beneficio de todos, no únicamente de los suyos, de todos.

¿Cuánto tiempo le dedican los padres a sus hijos para inculcar los valores humanos?

¿Cuánto tiempo pasan los niños y jóvenes frente al televisor y en las redes sociales?

¿Cuánto tiempo le dedican esos mismo niños y jóvenes al estudio o a leer un libro?

¿En manos de quién está la formación de esas nuevas generaciones?

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