Veracruz. El show mediático

  • J. Enrique Olivera

Congruente con el estado de descomposición política que prevalece en Veracruz, el proceso sucesorio transita por el nada edificante sendero del absurdo. Exhibiéndose entre dimes y diretes, intercambio de acusaciones y pedestres actitudes de ramplón protagonismo, una crisis institucional que desde endenantes ya tocara fondo. Haciéndose eco de ésta, los medios de comunicación al fin y al cabo compañeros de camino, tomando parte activa en un pleito que a la mayoría de la población ni le va ni le viene pero si le perjudica,  pierden el piso sumándose a la descomposición existente hacen de la sucesión un show mediático  opera como el gran distractor.

Problemas torales que aquejan a todos los sectores de la población, como la recesión económica que se hace acompañar por restricción del gasto público, desempleo,  pérdida del valor adquisitivo del salario y, por ende mayor desigualdad, pobreza y abatimiento del mercado interno en detrimento del aparato productivo, pasan a segundo plano. El show que vende está referido al diferendo entre el gobernador  saliente y su sucesor. Descontándose de antemano el que la alternancia sirva para maldita la cosa, salvo para profundizar y agudizar una crisis estructural que va más allá de  los dimes y diretes en torno a una administración pública estatal fallida, el saqueo impune de la hacienda estatal, y el destino carcelario de un gobernador por ahora intocable.

Siempre en el camino de lo absurdo, sin el menor talante crítico, se festina mediáticamente al gobernador electo por su iniciativa de diseño y puesta en marcha de un “Plan Veracruzano de Desarrollo” para el bienio, haciendo de lado el hecho irrefutable de que en las condiciones actuales, ni será un plan ni mucho menos de desarrollo para una entidad federativa con una economía postrada, por decir lo menos. Lo importante es seguir el libreto del show distractor, a sabiendas de que en escasos 18 meses, mucho se habría de avanzar si todo para en un simple rescate y reordenación de la administración pública recuperándose confianza y credibilidad.

Lo destacable es que la señora rectora de la Universidad Veracruzana, se trepe al carro de la simulación, haciendo gala de deshonestidad intelectual respaldando la iniciativa de un inviable “plan de desarrollo”, comprometiendo  a la institución de educación superior a su cargo con su participación activa en el llamado “Comité Rector del Plan Veracruzano de Desarrollo”; tarea en la que, de entrada, se  desconoce o a priori se descarta el contexto más amplio de la crisis nacional e internacional dentro de la cual se inscribe la que particularmente vive Veracruz. Lo urgente es seguir le el juego al sucesor del peor gobernador que ha padecido la entidad. Lo importante puede quedar en el tintero para mejores ocasiones.

El absurdo sobre la razón. La visión kafkiana por sobre el pensamiento crítico. Al fin y al cabo, solo es un show mediático con el que distraer en  los tendidos al siempre mirón de palo, en tanto Peña Nieto desentendiéndose de su papel de embajador de Obama, toma las riendas del gobierno nacional.

Hojas que se lleva el viento

En este surrealista escenario y teniendo como fondo las declaraciones del comisionado de Peña Nieto para la depuración y renovación del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Ochoa Reza,  respecto a la honestidad a toda prueba del priísmo, en la entidad veracruzana la fuerza inercial  de la costumbre,  ¿o interés creados específicos?, exhibe una paradoja mediática:   En tanto de manera orquestada se combate en los medios informativos a Javier Duarte, gobernador priísta origen del descontento y el hartazgo que se volcara en las urnas en contra del dinosaurio tricolor, derramando ríos de tinta en torno a las hasta ahora sólo declaraciones del gobernador electo,  simultáneamente se destaca como un hecho el que para el 2018 el PRI renovado recuperará la gubernatura de Veracruz.

Se considera nuevamente a Héctor Yunes Landa como el llamado a revertir la alternancia. O bien, elevándose a la calidad de iluminado al senador José Yunes Zorrilla, se le augura  seguro triunfo como candidato del PRI en el 2018 a la gubernatura de Veracruz sin entender que el joven y dinámico político peroteño dejó hacer, dejo pasar, perdiendo la quizá más importante oportunidad de su vida pública. La candidatura en el 2016 era suya y la dejó ir.

El 5 de junio se registraron traspiés coyunturales que serán superado gracias al espíritu renovador de un partido político hoy copado por la aristocracia tecnócrata del presidente, es la tónica de la mayoría de los medios de comunicación en la entidad que aún no registran el cambio de época. Triunfalismo sin sustento como en su momento se echaran las campanas al vuelo con la imposición del carga maletas  de Fidel Herrera aplaudiéndose a Duarte de Ochoa por  sus nefastas y aberrantes  ocurrencias, tendiéndole la alfombra roja por más de cinco años de pésimo mandato. 

Con los resultados de la elección de junio, quedó en evidencia la recomposición de las fuerzas políticas y político electorales en Veracruz. No más un partido hegemónico en una sociedad plural de desiguales. La sociedad veracruzana es otra y en el 2018 se repetirá el fenómeno de una elección a tercios, con la salvedad de que gracias a Peña Nieto, es de esperarse que el PRI descienda a tercera minoría. Ya no será Duarte de Ochoa el responsable de la debacle tricolor, serán las fallidas “reformas estructurales” las decisorias. A más gasolinazos e incremento de las tarifas eléctricas, menos votos para el PRI y para la alianza PAN-PRD. A mayor resistencia de la protesta social mayor presencia para una izquierda responsable. Nuevos vientos para una nueva época en el despertar de los veracruzanos, que la inercia mediática no puede o no quiere asimilar.

[email protected]

http://pulsocritico.com

http://pulsocritico.wordpress.com  

Anteriores

J. Enrique Olivera

Como reportero laboró en los diarios, “Tiempo” y “El Imparcial de Xalapa”, del que fuera jefe de redacción. Fundando más tarde el boletín diario de noticias “Correo de la Noche” y la revista “Análisis”, en la capital veracruzana.  

Se incorporó a la Confederación Nacional Campesina, participando como delegado del CEN en el Plan Chontalpa, Tabasco. En el sector público federal prestó sus servicios como Sub residente de promoción social y económica de la Comisión del Grijalva en el Plan Balancán-Tenosique; Subdelegado de organización de la SRA en Quintana Roo y Yucatán; Supervisor técnico en el sureste del Fideicomiso de Organización y Capacitación campesina del BANRURAL; Jefe de la Unidad de Supervisión y control de la Delegación de la Secretaría de Programación y Presupuesto en Yucatán; Director de Evaluación Regional en la Subsecretaría de Evaluación de la SPP; Gerente del Banco Nacional Pesquero y Portuario para los estados de Yucatán y Quintana Roo; Delegado federal de Pesca en Quintana Roo; Responsable de promoción de proyectos productivos pesqueros, en la Comisión Intersecretarial para la atención de La Chontalpa y Región Lagunar del Estado de Tabasco. 

También se desempeñó como Jefe de la Unidad de Supervisión del Comité Promotor de Desarrollo de Yucatán, Director de Fomento Industrial en el gobierno del estado de Yucatán, y como Secretario Estatal de Pesca en el de Quintana Roo.

Retomando el periodismo actualmente edita el Semanario en línea Pulso crítico y como articulista independiente  sus colaboraciones se publican en diversos medios digitales en el internet.