Somos lo que contamos. Nuestra cultura y el entorno donde estamos arraigados adornan las palabras que salen de nuestra boca. La cadencia de nuestro andar y el ritmo de nuestros bailes evidencian nuestras raíces.

Si de algo estamos orgullosos en Veracruz es de la música y de la chispa que brota de los versadores cuando sienten las notas en sus venas y su lengua rimada crea versos que dejan sin posibilidades a la indiferencia.

Mucho se ha escrito sobre raíces veracruzanas. Hay también quienes se han dedicado a registrar en libros las transformaciones que ha vivido la música. Y mejor aún, hay quienes han cuidado la edición para que la música jarocha llegue a los niños.

Apenas un ejemplo de lo anterior es el libro Ariles y más ariles. Los animales en el son jarocho, escrito por Caterina Camastra e ilustrado por Julio Torres Lara. Bajo la dirección editorial de Ana Laura Delgado, este libro publicado en 2007 con el sello de El Naranjo complementa la bibliografía infantil sobre la música de Veracruz.

En Ariles y más ariles se logra conjuntar la alegría de los sones con los colores de las ilustraciones. En las páginas encontramos a los juiles, el balajú, el toro zacamandú, la iguana, la víbora de cascabel y hasta el pájaro zu, todos protagonistas de los versos.

Un libro que trate de sones sin música estaría incompleto, como si fuera una suerte de zapateado sin tarima. Pensando en ello, incluye un disco de sones interpretado por el grupo Son de Madera, cuya trayectoria alcanza casi los 25 años. ¡Vaya si es un agasajo lecto-musical jarocho!

Así como la música veracruzana, las tradiciones orales deben heredarse. Y es justamente  ahora que le toca a nuestra generación conservarlas y transmitirlas a los más pequeños. ¿Qué otra cosa nos puede rescatar de estos tiempos tan violentos que no sea la cultura, nuestra cultura, nuestras tradiciones?

¿Qué hacer en la semana?

A propósito de conservar nuestras tradiciones y dejar que la música nos haga felices. Esta semana toca recordar y acompañar a nuestros muertos por el camino hacia “una mejor vida”. En Xalapa se ofrecerán los ya tradicionales recorridos que se organizan en el Parque Bicentenario, los panteones y, por primera vez, se unirá el recinto cultural del IVEC: Ágora de la Ciudad, a partir de las 18:30 horas del martes 28 de octubre. Por un camino de veladoras iremos riendo con las representaciones teatrales de la muerte.

Este año también habrá una nueva forma de recordar a los que ya no están con nosotros. El Jardín de las Esculturas lanzó una convocatoria para que se intervengan artísticamente las esculturas de su colección permanente y surjan propuestas novedosas de altares de muertos.

Para terminar como empezamos: con música, nada más apropiado que referirnos al compositor veracruzano Agustín Lara. Esta semana se hará el anuncio formal de festival que se hará en su honor del 4 al 8 de noviembre en Veracruz, Xalapa y, desde luego, en su natal Tlacotalpan. El programa artístico estará de lujo.