Cuenta una anécdota de la política veracruzana que alguna vez, cuando aún estaba en la “plenitud del pinche poder”, Fidel Herrera Beltrán expresó ante quienes estaban a su lado y lo escuchaban, palabras más, palabras menos, que nunca un Yunes llegaría a ser gobernador de Veracruz.
Este dicho encerraba en buena medida su intención de impedir a toda costa que algún día llegara al poder su más odiado adversario, Miguel Ángel Yunes Linares, en la víspera de la definición de las candidaturas a la gubernatura en el 2010.
Pero de paso, incluía en el mismo paquete a otros dos políticos que llevan ese apellido: José Yunes Zorrilla, a quien hizo candidato a senador en 2006 para luego dejarlo a la deriva en plena campaña; y Héctor Yunes Landa, a quien le aplicó las clásicas tomaduras de pelo a las que era (y debe seguir siendo) tan afecto el ex gobernador oriundo de Nopaltepec.
A ambos les hizo creer que apoyaría o al menos no obstruiría sus aspiraciones de contender por la gubernatura al término de su sexenio. Falso. Desde un principio, su proyecto político transexenal estaba fincado en la construcción de la candidatura de Javier Duarte de Ochoa, a quien impuso como abanderado del PRI contra viento y marea, aprovechando que los mandatarios estatales priistas todavía eran pequeños reyezuelos que no le rendían cuentas a nadie, pues la Presidencia la ocupaba un panista que los dejaba hacer y deshacer.
El escenario ha cambiado por completo y los gobernadores del PRI han perdido toda preponderancia. En ese sentido, también cambiaron las reglas del juego y los actores con capacidad de competir. Y por esa razón, el apellido Yunes volvió a tomar relevancia con miras a la sucesión de 2016.
Encabezando la lista se encuentra el senador José Yunes Zorrilla. Del traspié de 2006 se repuso política y emocionalmente con disciplina, dedicación y un comportamiento institucional, que le hizo ver que no había condiciones en 2010 para competir por la candidatura a la gubernatura. Con paciencia, esperó a 2012 para repetir la búsqueda de un escaño al Senado, el cual logró al ganar la elección.
Hasta ahora, José Francisco Yunes Zorrilla es visto como el candidato natural del PRI para 2016. Es amigo cercano del secretario de Hacienda Luis Videgaray, lo que le valió ser nombrado presidente de la misma comisión en la Cámara alta. Y al ser Videgaray uno de los hombres más cercanos al presidente Enrique Peña Nieto, en la lógica priista del poder se le considera como el favorito del Altiplano, que es donde se tomará la decisión final de la candidatura tricolor.
En el PRI le sigue Héctor Yunes Landa, quien llegó al Senado como compañero de fórmula del propio José Yunes. De larga carrera política, se “rebeló” en 2010 ante la imposición de la candidatura de Javier Duarte, aunque luego pactó con él para terminar con su “oposición”. Su fortaleza política está basada en su añeja relación de amistad y colaboración con el actual líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones.
Héctor Yunes es el único priista que se ha ido por la libre y admite abiertamente sus aspiraciones por ser candidato a Gobernador, lo que ha aumentado la animadversión en su contra del grupo político que en este momento tiene el poder en Veracruz. Yunes Landa está consciente de ello, y juega el juego con la estructura que ha armado desde el sexenio de Miguel Alemán Velasco. Llegado el momento de la definición, pondrá en la mesa todas sus cartas, así como los resultados de las encuestas.
En el PAN también hay Yunes. El jefe del clan, Miguel Ángel Yunes Linares, ha arreciado en los últimos días su activismo en las redes sociales, donde hace gala de su estilo pendenciero y provocador de hacer política propinando golpes a diestra y siniestra contra el Gobierno del Estado. Apoya abiertamente la candidatura de Gustavo Madero para reelegirse como dirigente de Acción Nacional, lo que de lograrse le abonaría el camino para hacerse de la candidatura a la gubernatura.
Sólo que no sería necesariamente él quien se postulase. Hace unos días, su hijo menor, el senador Fernando Yunes Márquez, manifestó públicamente su deseo de ser candidato a Gobernador.
A diferencia de su padre y de su hermano Miguel Ángel, actual alcalde de Boca del Río, Fernando Yunes tiene un estilo menos rijoso de hacer política, así como una ventaja competitiva: no tiene cola que le pisen, pues no ha ejercido cargo alguno en el servicio público, sólo ha sido representante popular. Por ende, su imagen no tiene el desgaste que arrastra la de su padre. Así que no suena descabellado que el plan de la familia vaya por ese camino.
Por supuesto que hay otros aspirantes, tanto en el PRI como en el PAN (la izquierda está desecha en Veracruz). Pero ninguno con las credenciales, los alcances y las redes tejidas por los Yunes.
Pareciera que no hay de otra, y que el próximo Gobernador de Veracruz será, inevitablemente, un Yunes, contra aquel deseo de Herrera Beltrán que mencionamos al principio. ¿O alguien más va a alzar la mano en serio?
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Twitter: @yeyocontreras
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Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Inició su carrera en el periodismo como reportero gráfico en el Diario “Cambio”, en 1995, en la ciudad de Puebla, siendo aún estudiante.
Fue Subdirector fundador de Diario “AZ Veracruz” y Subdirector de Información en Diario “AZ Xalapa”.
Entre 2005 y 2006 participa en el proyecto periodístico colectivo “Horas Extra”, el primer periódico gratuito que se publicó en el estado de Veracruz, y del cual fue uno de los fundadores e integrante del Consejo de Redacción.
De 2006 a 2014 fue Director Editorial de Grupo Líder, que edita la revista Líder en los estados de Veracruz y Puebla.
Actualmente es colaborador de la revista etcétera, del noticiario radiofónico “Infórmese” de EXA FM en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, y autor de la columna “Rúbrica”, que se publica en diferentes medios de comunicación, impresos y digitales.