¿En la ruta del voto antisistema?
- José Antonio Sosa Plata
Las campañas políticas en las #Elecciones2017 se están realizado sin grandes sorpresas ni novedades. Si bien se perciben diversos intentos creativos para aprovechar de mejor manera los medios digitales, persisten la #GuerraSucia y los viejos modelos de comunicación para tratar de influir en la ciudadanía.
Las denuncias de #Corrupción se mantienen en el centro de la agenda.
Como si el tema fuera el recurso retórico esencial para ganar. Los argumentos principales de las y los candidatos en los eventos, entrevistas, debates y mensajes en las #RedesSociales ocupan los espacios más destacados.
El escándalo es el recurso y el video su arma principal.
¿Por qué tendría que ser de otra forma, si este modelo de #ComunicaciónPolítica está presente en prácticamente todas los procesos electorales democráticos del mundo? La lección que recibimos con el plebiscito de Gran Bretaña, el triunfo en Estados Unidos de Donald Trump y las recientes elecciones en España no deán lugar a dudas.
Francia no ha sido la excepción.
En las elecciones presidenciales que se están llevando a cabo, las denuncias de corrupción y nepotismo han tenido espacios significativos en el discurso político. Y ya lograron afectar a los partidos tradicionales, dejando como ganador de la primera vuelta a Emmanuel Macron, representante del movimiento proeuropeo ¡En Marcha!
El sistema de partidos entró en una crisis sin precedente.
La comunicación ha contribuido al incremento del voto antisistema. Los detonantes de esta nueva actitud y tendencia han sido el desencanto, la decepción y el enojo que han provocado tanto los gobiernos como los partidos políticos, sin importar la dureza del voto que se lee en las encuestas, la ideología que representan ni la calidad de las propuestas que hacen durante las campañas.
El escándalo opera, entonces, como eficaz catalizador.
Partidos y candidatos de varios países no parecen percatarse de que, en lugar de motivar la participación y fortalecer sus niveles de credibilidad, las acusaciones que buscan el escándalo solo contribuyen al reforzamiento del voto antisistema. Además influyen en la conformación de escenarios complejos e inciertos, en los que termina dañándose la confianza en las autoridades y, por lo tanto, la gobernabilidad.
En México estamos transitando por el mismo camino.
El video en el que Eva Cadena fue exhibida recibiendo 500 mil pesos en efectivo, presuntamente para Andrés Manuel López Obrador, es el ejemplo más reciente. Y de nuevo un probable delito electoral se mete en la campaña presidencial del líder de #Morena.
El material se difundió con rapidez en las #RedesSociales.
Como era de esperarse, logró también un alto impacto en los medios tradicionales. La ahora ex candidata de #Morena a la presidencia municipal de Las Choapas, Veracruz; consideró que fue víctima de una “trampa orquestada” y reconoció que cometió un error al recibir ese dinero.
El tema reapareció en el #Debate del martes pasado.
En la confrontación que tuvieron las candidatas y candidatos al gobierno del Estado de México se sumaron más acusaciones y denuncias, dejando en segundo término las propuestas. Los ataques entre los tres punteros reformaron la línea sobre la que se mantendrán en el resto de la campaña.
Según algunos, el #Videoescándalo logró su cometido.
El golpe a la imagen del presidente de #Morena le restará puntos en las encuestas. Sin embargo, de acuerdo con lo que interpretan otros, el hecho lo terminará beneficiando porque, ante la debilidad de los precandidatos independientes, seguirá siendo el personaje que “representa” la intención de voto de millones de ciudadanas y ciudadanos contra el sistema.
¿De qué depende que se mantenga la tendencia en su favor?
El llamado “laboratorio” de las #Elecciones2018 está demostrando que si no hay cambios sustantivos en la forma de entender y operar la #ComunicaciónPolítica, el rechazo de la ciudadanía terminará conformando un escenario inédito en la geografía electoral del país. Es evidente que los delitos y actos de corrupción tienen que ser perseguidos, difundidos y castigados. Lo que no resulta lógico es que sean el elemento estructural de las campañas.
De una u otra manera, los grandes partidos terminarán siendo vencidos.
La precandidata y los precandidatos a la Presidencia no están contribuyendo a modificar las perspectivas. Tampoco los medios de comunicación ni los consultores políticos. Aunque hay tiempo de sobra para hacer los ajustes que se requieren, no parecen estar dadas las condiciones de los giros y adaptaciones que hacen falta.
En otras palabras, nadie quiere arriesgarse demasiado.
Sin embargo, lo que tal vez no estamos viendo es la posibilidad de que surjan algunos liderazgos emergentes —tanto a nivel nacional como local— que podrían aprovechar la ventana de oportunidad que se ha abierto con esta resistencia al cambio comunicacional que tanta falta nos hace.
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El autor es José Antonio Sosa Plata, especialista en información noticiosa, comunicación e imagen política. Como consultor político ha realizado investigaciones profesionales, asesorías y entrenamiento en medios a más de 650 personajes de primer nivel en El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Chile, Brasil, Perú, España, Estados Unidos y en más de 20 estados de la República Mexicana. Coordinador académico de los diplomados en Estrategias de Comunicación Política, Comunicación de Gobierno, Manejo de Conflicto y Crisis y Redes Sociales 2.0 (Universidad Iberoamericana). Director de Apoyo, Asesoría en Comunicación Política, S.C.