Felícitas, orgullosa de sus 31 años en la albañilería
Xalapa, Veracruz.- La albañilería no es sólo cosa de varones. Felícitas Salazar se abrió paso en la difícil tarea de la construcción y lleva 31 años como trabajadora en ese ramo y logró ser reconocida por sus compañeros.
Una pala, dos escobas, cubeta, chaleco y casco son los implementos utilizados y hoy en el festejo del Día de la Santa Cruz tendrá un toque femenino gracias a la presencia de Felícitas y su grupo de cuatro mujeres que realizan las tareas de "embellecimiento" a la obra realizada en la calle Ignacio Zaragoza.
Limpieza Fina, así se le conoce al área dirigida por Felícitas, ya que a través de ella se realizan las tareas de barrer, recoger escombro, pintar, emplastecer, rebatir, resanar y pulir pisos.
Las tareas realizadas no son fáciles, pero el grupo de mujeres a cargo de esta trabajadora se empeña diariamente en dejar limpio, ordenado y sin rastros de mezcla los espacios que ya fueron repellados por sus compañeros.
Tiene más de siete meses que trabaja en esta obra desde muy temprano y hasta que el sol se empieza a ocultar, aunque el tiempo parece no pasar porque el compañerismo, colaboración y reconocimiento de los más de 80 varones con los que convive causan que las horas se "vayan volando".
Al inicio ni siquiera ella tenía permiso para ingresar a la obra y poder trabajar debido a que las tareas para la realización de los cimientos eran pesadas; sin embargo, con su insistencia Felícitas logró obtener el espacio para cinco mujeres.
"Con un poco de paciencia, esfuerzo y ganas de demostrar que se pueden hacer las cosas todo es posible, hasta lo que no se permitía que fuera realizado por mujeres", comenta.
La labor de esta trabajadora es reconocida por algunos arquitectos e ingenieros, quienes le llaman para solicitar sus servicios y del grupo de mujeres a su cargo, a fin de darle una "manita de gato" a la construcción para que quede presentable antes de ser entregada a los propietarios.
"A veces ya no necesito solicitar trabajo, quienes me conocen me van llamando y todo el año tenemos una obra o vamos a lugares fuera de la ciudad para hacer nuestra labor", dice.
Pese al camino de 31 años recorrido por Felícitas en las labores de construcción, su edad de 46 años refleja que se involucró con el cemento, pala, arena y blocks desde los 15 años.
"Algunos dicen que el trabajo es complicado, pero cuando se hace con amor nada puede ser difícil. Yo estoy aquí porque me gusta lo que hago y no porque no tenga de otra", expone.
Los cortos estudios de tercer grado de primaria fueron el principal motivo para que se acercara a esta labor, y aunque actualmente podría dedicarse a otra actividad, asegura que disfruta ver la manera en que se edifica un espacio para el disfrute de miles de personas.
Sus hijas, menores de edad, en diversas ocasiones le han solicitado que deje esta actividad, pero su respuesta es clara, "con esto he crecido, de aquí nos hemos mantenido y no he corrido ningún peligro".



