El estado de Veracruz vive en 2025 un momento histórico en materia de seguridad pública. De acuerdo con cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), los primeros seis meses del año registraron 446 víctimas de homicidio doloso, lo que convierte al periodo enero–junio en el semestre con menor violencia letal en los últimos diez años.

La noticia tiene un profundo impacto en la percepción de la ciudadanía, pues se trata de uno de los indicadores más sensibles para medir la seguridad de un territorio: la privación intencional de la vida. En un país que durante la última década ha enfrentado tasas nacionales superiores a los 25 homicidios por cada 100 mil habitantes, el avance de Veracruz no pasa desapercibido.

Una tendencia descendente tras años críticos

El repunte de la violencia en Veracruz tuvo su punto más crítico en 2017 y 2018, cuando la tasa superó los 20 homicidios por cada 100 mil habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En esos años, el estado fue uno de los focos rojos en el mapa nacional de la inseguridad. Sin embargo, a partir de 2019 comenzó una tendencia sostenida a la baja. Hoy, con el cierre del primer semestre de 2025 y una tasa del semestre de 6.7 y anualizada de 11.48, Veracruz se confirma como uno de los estados con mejor desempeño en reducción de homicidios.

Comparativo nacional e internacional

Las cifras toman aún mayor relevancia al analizarse en el contexto nacional e internacional. Mientras Veracruz se ubica en 11 homicidios por cada 100 mil habitantes anualizados, el promedio nacional alcanzó en 2024 los 19, de acuerdo con el SESNSP. Si la comparación se extiende al continente, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) reporta que la tasa promedio de las Américas es de 15, es decir, Veracruz también se coloca por debajo de la media regional.

A nivel mundial, el promedio se reduce a 5.8, mientras que la Unión Europea se mantiene como la región más segura del planeta, con cifras cercanas a 1 por cada 100 mil habitantes. En contraste, algunos países latinoamericanos superan los 40 homicidios por cada 100 mil, ubicándose entre los más violentos del mundo.

Más allá de los números, el impacto en la vida cotidiana

Para las familias veracruzanas, estas cifras representan más que estadísticas, significan calles con mayor tranquilidad, comunidades con más confianza y un entorno más propicio para el desarrollo económico y social.

No obstante, la lectura de los datos no está exenta de polémica. Quienes buscan que a Veracruz le vaya mal —ya sea desde posiciones políticas opositoras o desde actividades criminales— tenderán a minimizar los avances y a resaltar los problemas pendientes. Sin embargo, los números oficiales son claros; la violencia letal se ha reducido y Veracruz está avanzando.

Por ahora, Veracruz puede presumir con fundamento que vive su semestre más seguro en diez años, un hecho que fortalece la confianza social y marca un precedente para seguir construyendo comunidades más seguras.

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