Burocracia la otra crisis

  • Jorge A. González
Veracruz vive hoy un estado de emergencia financiera, así lo anunció este lunes Yunes Linares

Veracruz vive hoy un estado de emergencia financiera, así lo anunció este lunes en rueda de prensa el gobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes Linares. 

 

Al mismo tiempo dijo que asumirá una administración con total  austeridad, lo que nos lleva a pensar que las instrucciones a su gabinete serán de hacer más con menos. 

 

Y es que Yunes Linares se encontró con un aparato de gobierno acostumbrado al dispendio de recursos públicos, y no precisamente reflejado en resultados de trabajo. 

 

Durante el primer acercamiento que hubo entre los equipos de entrega-recepción, comenzaron a brotar todas las anomalías en los institutos, secretarías y organismos descentralizados. 
 

Por mencionar algún ejemplo, en las secretarías se encontraron vehículos descompuestos,  abandonados, y lo peor,  muchos sin motor, sí, sin motor. Se robaron los motores de unidades relativamente nuevas. 

 

Otras sorpresas se encontraron en las oficinas: muchas fueron desmanteladas, las recibieron sin lo más elemental como: escritorios, sillas, papel, archiveros, equipo de cómputo, impresoras, teléfonos, cableado y sin papel de baño. 
 

Quienes se han metido más a fondo han encontrado “aviadores” al por mayor, a estas alturas el número es incierto porque siguen saliendo por todos lados, que hasta entonces cobraban sin ofrecer servicio alguno. 
 

Y es que sólo basta con visitar las oficinas de cualquier secretaría de despacho, y los inmuebles son insuficientes para albergar a tanta gente con escritorio. 
 

Por si fuese poco, la falta de recursos, “aviadores” y  el desmantelamiento de las oficinas podrían ser el menor de los problemas de los funcionarios que han tomado el cargo. 
 

Hay secretarías que tienen que lidiar hasta con cuatro sindicatos de trabajadores, lo que hace más complicada la implementación de los planes de trabajo. 
 

Hablamos de una burocracia empecinada y reacia a trabajar. A la mayoría de los trabajadores sindicalizados no les importa la situación del estado. 
 

Es para muchos indiferente quién vaya o quién venga. Están preocupados por trabajar menos, salir a sus horas y cobrar más. 

 

El sindicalismo es un muy buen recurso para defender los derechos de los trabajadores, pero se ha discutido mucho hasta dónde resulta productivo para las empresas y sobre todo para las instituciones de gobierno su existencia. 

 

Como podemos darnos cuenta, los problemas financieros de la administración estatal no sólo van de la mano con el saqueo, no hay que perder de vista el gasto en recurso humano. 

 

El crecimiento desmedido de la nómina es un asunto de raíz que en algún momento iba a reventar pero que Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz prófugo, dinamitó. 

Síguenos en: [email protected], @jorgeglezz75 y Fan Page: Jorge Glezz