Disparates reales

  • Manolo Victorio
  1. Alcaldesa en desesperación.

Octubre trae imágenes, discursos y comportamientos de emociones desbordadas que inundan, nutren y pueblan la opinión pública, despertando opiniones encontradas.

La alcaldesa de Sayula de Alemán, Lorena Sánchez Vargas, sigue en el candelero informativo, luego de su periplo en el Congreso de la Unión, donde hace algunas semanas denunció que el municipio que gobierna; más bien donde fue electa alcaldesa por la coalición Juntos Haremos Historia, jalada por Morena y sus aliados, PVEM y Partido del Trabajo, es gobernada por una banda del crimen organizado llamada “Los Chivos”.

En una entrevista que le hizo la periodista y escritora Anabel Hernández, la alcaldesa morenista dice que este grupo criminal le presionó para que firmara un cheque por 10 millones de pesos, además de ocupar varias carteras en el organigrama municipal por los favores prodigados en la campaña que la llevó a la silla municipal.

De acuerdo con la investigación de la periodista, al menos a tres de los presidentes municipales emanados de Morena que resultaron electos el 6 junio de 2021 (Lorena Sánchez Vargas, alcaldesa de Sayula de Alemán, Urbano Bautista Martínez, alcalde de Playa Vicente, y Justino Guillen Lagunes, presidente municipal de San Juan Evangelista) fueron presuntamente sometidos por “Los Chivos”.

En la entrevista, publicada por Deutsche Welle, donde escribe Anabel Hernández, autoexiliada en Alemania, se dijo también que este grupo criminal, apéndice de Gente Nueva, adherida al Cártel Jalisco Nueva Generación, tiene sometidos a los tres ediles y secuestradas sus cuentas bancarias.

En un video subido el 12 de agosto pasado, Erasmo Vázquez González, “El Chivo”, contra atacó a la alcaldesa Lorena Sánchez Vargas, tachándola de ludópata, “no sale de los casinos” y proclive a las bebidas alcohólicas.

Han transcurrido dos meses, la alcaldesa ha pedido ayuda a los diputados locales y al propio gobernador, Cuitláhuac García Jiménez dijo la semana pasada que la alcaldesa de Sayula, aceptó “favores de la delincuencia”.

Este 12 de octubre, el jefe del ejecutivo dijo que no compete a él ayudar a la presidenta municipal e instó a las fiscalías, FGR y FGE investigar las denuncias hechas por la edil sureña.

Nada ha pasado. Las 25 legisladoras que ocupan una curul en la LXVI Legislatura veracruzana no han exhibido un ápice de sororidad hacia una mujer que ha pedido auxilio a gritos. Ha sido un peregrinar estéril en el legislativo.

La fiscal Verónica Hernández Giadáns tampoco ha enviado a la trilogía investigadora (suena a una creación fantástica del Universo de Marvel o un invento del Dr. Chunga) a chequear como está la situación en esos tres municipios de la zona sur.

Aquí, en este espacio, nunca le hemos jugado ni al Mandrake ni somos pitonisos; mucho menos somos profetas de la tragedia. Se espera, además por ser alcaldesa de Morena, que algún poder le haga caso a Lorena Sánchez Vargas, antes que suceda algo serio que no tenga más compostura de echarle culpas a los medios de comunicación de un asunto irresuelto.

  1. ¡Rayos, UV!, defensa de género y tendederos.

Nuestra madre nutricia, la Universidad Veracruzana, en pausa mediocre desde la llegada del doctor Martín Aguilar Sánchez a la rectoría, parece despertar de su letargo. Esta semana dio dos notas discordantes.

En intento disruptivo, apegados, en actitud light, descafeinada, edulcorada, al llamado de Salvador Allende sobre el “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, algunos estudiantes de la facultad de Derecho tuvieron la ‘puntada’ mediática de acudir a clases enfundados en llamativas faldas.

No fue un acto de rebeldía para llamar la atención, ‘sino como un experimento social que propicie la reflexión’, sostuvo el académico Arturo Hernández Abascal.

El profesor dijo que “es en esta Facultad donde más se deberían promover los derechos humanos y de donde más deberían salir este tipo de iniciativas, pero no suele ser así. Es una Facultad sumamente conservadora”, expresa en entrevista el académico Arturo Hernández Abascal.

El lead de la nota en Diario de Xalapa apunta: con falda roja estilo escocés, el catedrático de la experiencia educativa Introducción al Amparo explica que la convocatoria surgida en su clase por estudiantes busca romper la inercia en la cual la Facultad ha caído desde hace muchos años.

“Es momento de sentirnos orgullosos de promover los derechos de las personas, de hablar de inclusión… La vestimenta no tiene género, es una construcción social”, dijo el catedrático.

Quizá ese grupo planifique desde ya las togas en rosa y los birretes multicolores para la ceremonia de graduación, en apertura in crescendo hacia las mujeres.

Y mientras los falderos o enfaldados futuros abogados se hacen manicure en reflexión de cortarse las venas o dejárselas largas, en defensa de las mujeres, éstas, estudiantes de Antropología, acusan que un estudiante colombiano llamado Daniel Rocha, cortó con navaja un tendedero de denuncias en el que es señalado por acosar a compañeras y maestras.

Ahí deben ir los enfaldados estudiantes de Derecho, por lo menos a aplicarle el articulo 33 constitucional para que envíen en volandas al estudiante colombiano a su tierra, con mascada incluida como recuerdo de la valentía de los futuros abogados, off course.

Esa la acción que se espera, la asesoría, acompañamiento, orientación y justicia para sus compañeras mujeres.

Revolturas y campechaneses aparte, que bueno que la población estudiantil de nuestra Universidad Veracruzana salga de este letargo mortal y generen opinión pública. En los tiempos estudiantiles de este reportero, la flota universitaria de la Facultad de Comunicación tomaba los desvencijados autobuses urbanos de la ruta Playa Villar del Mar para ejercer presión. Los tiempos cambian, nos vamos volviendo viejos, como dice Milanés.

“La mujer pasará su cabello al hombre y el hombre pasará su ropa a la mujer. Ambos mandarán en igualdad de mando, pero el tiempo los hundirá”, preconizó en 1936 el vidente y artista argentino Benjamín Solari Parravicini.

 

  1. Si esa es la cura, imagínense la enfermedad.

Un sacerdote católico se enamoró de una mujer que iba a sanar el espíritu a una capilla de la colonia Las Hortalizas, el amor derivó en tragedia, el cura, Luis Alfonso T.M. la asesinó en 2017, fue aprehendido este lunes en Puebla.

Una tragedia garciamarquiana donde el cura, representante del amor, trastoca el sentimiento hacia la pasión carnal, con desembocadura en la muerte.

 El acusado sostenía una relación sentimental con la víctima, oficiaba misas en la Colonia de Las Hortalizas, ubicada en la zona norte de Veracruz

Tras cinco años prófugo por feminicidio, el hombre de Dios que cedió a las pasiones humanas, fue detenido este lunes en Puebla Luis Alfonso T. M., ex sacerdote de la Diócesis de Veracruz, ordenado en 2013.

La investigación ministerial reflejó en la Carpeta de Investigación Criminal que el sacerdote sostenía una relación sentimental con la víctima, quien fue hallada sin vida el 17 de enero del 2017 en la cajuela de su vehículo en la Colonia Reserva Tarimoya I.

Tras cometer el feminicidio, el detenido confesó lo sucedido a las autoridades católicas, quienes le pidieron que se entregara a la justicia, sin embargo, decidió huir.

Por ello, el Obispado en Veracruz presentó la denuncia correspondiente en la que señaló al ex sacerdote como autor del feminicidio.

‘El diablo no descansa’, decía doña Pina, cubierto el rostro con una chalina negra, en luto cerrado, mientras languidecía en la parroquia del pueblo, en rezo perenne por el marido muerto después de 30 días de borrachera.

Vaya semana.