IPE-VERACRUZ. CRECEN MAS PENSIONADOS QUE TRABAJADORES ACTIVOS
- Hilario Barcelata Chávez
Una característica que identifica el sistema de pensiones de Veracruz, es que se compromete a garantizar el pago de la pensión hasta la muerte del trabajador y a sus beneficiarios durante el tiempo estipulado en el plan. Por ello debe contar con los recursos suficientes para hacer frente a sus obligaciones presentes y futuras, razón por la cual debe estimar el valor presente de los pasivos de todas las generaciones aseguradas, para conocer con precisión los pagos que deberá realizar en el mediano y largo plazo, y estar en condiciones de determinar cuál debe ser el monto de las contribuciones que se requiere recibir de los derechohabientes, con el fin de que el sistema esté bien fondeado de manera permanente. Cuando es el caso que el sistema no está suficientemente financiado aparece un déficit actuarial, situación en la cual se encuentra actualmente el Sistema de Pensiones de Veracruz.
A mayor abundancia, es conveniente señalar que el déficit actuarial es la diferencia entre las obligaciones futuras de seguridad social y el monto de los ingresos futuros para el pago de dichas obligaciones. Cuando el sistema de pensiones está en déficit actuarial se debe a que los ingresos futuros totales estimados son menores al costo total futuro de las pensiones a pagar para cualquier período de valoración dado. En este caso se reconoce que el Sistema de Seguridad Social es "insolvente".
El déficit actuarial debe considerarse como una “deuda” que el sistema tiene con sus afiliados para el futuro, porque deberá de cumplir obligaciones con el pago de las pensiones hasta que se mueran y después a la viuda y a sus hijos menores de edad, y adicionalmente, dar préstamos y otras prestaciones previstas en la Ley.
Un factor que explica la aparición de estos déficits es la alta sensibilidad al cambio demográfico que presentan este tipo de sistemas de pensiones, lo cual influye fuertemente en las posibilidades de su financiamiento. En sus inicios, este sistema presenta una etapa de acumulación de recursos, porque el número de trabajadores activos es mayor y aumenta más que los pensionados. Es una etapa en la que los fondos no utilizados para el pago de pensiones pueden utilizarse en inversiones rentables que multipliquen su monto.
Con el transcurso del tiempo la población envejece y el número de pensionados y los pagos a realizar se incrementan, mientras que el ritmo de crecimiento del número de trabajadores en activo, así como los ingresos tienden a ser menores que los gastos de manera continua y sistemática, hasta que aparece y se profundiza el déficit actuarial.
Según puede observarse en el siguiente cuadro, el Déficit actuarial de largo plazo del sistema de pensiones de Veracruz, es de 114,962.5 millones de pesos. Lo cual significa que el IPE carece y carecerá en el futuro de recursos para asegurar el pago de las pensiones actuales y futuras, toda vez que el Activo actuarial, es decir, las aportaciones futuras de los trabajadores activos, es menor que el Pasivo Actuarial, compuesto por el valor de las obligaciones futuras a pagar.
Asimismo, puede observarse el deterioro que ha venido presentando el sistema de pensiones, el cual en 1999 tenía un Déficit actuarial de 53,556.1 millones de pesos, mismo que se incrementó en 115% para el año 2017. Esto como resultado de un aumento del Pasivo actuarial en 162% en el mismo período, a pesar de que el Activo actuarial creció en 194%.
Lo anterior es resultado, entre otros aspectos, de la dinámica demográfica y la tendencia histórica que sigue la contratación de personal al interior del gobierno estatal, ya que ha propiciado que la Tasa de dependencia sea sumamente baja, 3.3 trabajadores por cada pensionado en 2016, lo cual imposibilita financiar suficientemente el sistema con cuotas y aportaciones de los trabajadores de nueva contratación.
Ello porque a menor tasa de dependencia, menor es la capacidad de financiamiento del pago de las pensiones, porque indica que existe una proporción muy pequeña de trabajadores activos contribuyendo para el pago de una pensión.
Esto se debe a que el ritmo de crecimiento de los trabajadores en activo desde 2009 es inferior al del número de pensionados, observándose que mientras que el volumen de pensionados creció en 52% de 2009 a 2016, el número de trabajadores decreció -6.2% en el mismo período. Con grandes diferenciales año con año, como en 2011 en que los pensionados crecieron en un 8.4% mientras que los trabajadores se redujeron en -0.3% y en 2016 en que los primeros crecieron en 4.2 y los segundos disminuyeron en -1.2%.
Lo más grave es que la tendencia hacia una Tasa de Dependencia cada vez menor continuará en el futuro, agravando la situación financiera del sistema de pensiones. Según se deriva de la proyección demográfica de activos y pensionados elaborada en el Estudio actuarial 2017 (Valuaciones Actuariales del Norte 2017) se espera que el valor de este indicador caiga a 2.7 trabajadores por cada pensionado en 2020 y llegue a 1.9 en 2028. Es decir, en un plazo no mayor a diez años habrá descendido a casi la mitad de su valor, debido a que se estima que el número de pensionados alcanzará ese año, un monto de 53,208 personas, un incremento esperado de 69% comparado con el valor registrado en 2017, mientras que el total de trabajadores activos apenas habrá crecido un 7% en el mismo período, pasando de 96,778 en 2017 a 103,943 personas, esto es, un incremento absoluto de 27,165 personas, cantidad que representa apenas la mitad del incremento absoluto que registrará el número de pensionados.
En el largo plazo, en 2040, el número de pensionados se habrá duplicado con respecto a su valor en 2017 (en ese período crecerá un 108%) alcanzando un número de 61,722, y la tasa de dependencia será de 1.8 trabajadores por pensionado, porque el número de trabajadores apenas habrá llegado a 113,422, creciendo tan sólo un 17% en el mismo período. Esto agudizará la fragilidad financiera del sistema de pensiones, acercándolo peligrosamente a un colapso, de no tomarse medidas para corregir su deterioro.