En alguna ocasión hablando con una mujer española ya bastante mayor me contaba sobre cómo, cuando era joven conseguía distintos métodos anticonceptivos que contrabandeaban desde Francia, esto debido a que durante el Franquismo estaba prohibido cualquier cosa que evitara la reproducción, hasta esa plática nunca había pensado en cómo se las arreglaban antes de tener acceso a las diversas técnicas de planificación familiar.

En mi generación (millenial) es relativamente fácil conseguir desde condones hasta el DIU o el implante asistiendo al centro de salud más cercano, hay mucha más apertura hacia la educación sexual en las escuelas y los gobiernos tanto estatales como federales llevan a cabo campañas de concientización acerca de las consecuencias de los embarazos adolescentes o no deseados, aún con todos estos recursos uno de cada cinco embarazos en México es en jóvenes que no alcanzan la mayoría de edad, lugares como la Ciudad de México aparte de contar con todas las facilidades antes mencionadas tienen también el recurso de la interrupción legal del embarazo antes de las 12 semanas de gestación, aprobada desde el 2007.

La legalización del aborto de manera general en todo el país ha sido motivo de choque entre los grupos conservadores o “pro-vida” y los colectivos que se rigen por la agenda de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres donde se le considera que para garantizar una vida plena es necesario darles la opción de interrumpir su embarazo si es que así lo desean, la realidad es que no importa cuánto debate genere el tema sigue habiendo abortos de manera clandestina, muchos de ellos al ser mal realizados terminan en secuelas como infertilidad y en el peor de los casos la muerte de quien se lo practica.

En el estado de Veracruz la ley que protege la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural acepta únicamente tres causales por las cuales es legal un aborto: en caso de una violación, si la vida de la mujer peligra o si a juicio de dos médicos el producto tiene alteraciones físicas severas; varios organismos internacionales han señalado que esta ley vulnera los derechos de las mujeres, tanto así que en la segunda alerta de violencia de género por agravio comparado que recibió el estado se solicita, entre otras acciones, despenalizar el aborto y garantizar las condiciones para que las veracruzanas puedan acceder a él en caso de desearlo.

A pesar de ser un tema prioritario en materia de derechos de las mujeres la mayoría de aspirantes a algún puesto de elección popular deciden no tocarlo ya que socialmente las opiniones están polarizadas; decidirse por uno de los dos bandos significaría el perder votos del otro, no es de extrañarse que en los discursos políticos hacia las elecciones del 2018 sean completamente grises y evasivos si de interrupción legal del embarazo se trata.

De mi parte creo que es necesario fijar una postura clara cuando surge el tema si queremos que se nos tome en cuenta, yo estoy en contra del aborto, tengo un hijo pequeño a quien amo desde el momento en que supe que estaba embarazada, no me gustaría que ninguna tuviera que pasar por la experiencia de tener un aborto, esa fue la decisión que tomé sobre mi propio cuerpo, me gustaría que todas tuvieran la oportunidad de decidir en ellas mismas, bajo ese principio yo propongo que un aborto se pudiera practicar exclusivamente en una situación de extrema necesidad, como por ejemplo cuando una mujer no quisiera convertirse en madre, la maternidad no tendría que ser un castigo sino una elección propia.

 Aborto sí, aborto no, eso lo decido yo.