Hidalgotitlán: el alcalde, su muerte, sus líos

  • Mussio Cárdenas Arellano
Santana Cruz Bahena, asesinado

Por Mussio Cárdenas Arellano

Tentando a la muerte, Santana Cruz perdió. Era el blanco de huachicoleros y autodefensas, del asedio de Edel y su Diario de Acayucan, o las notas de Alto Nivel Mina, o la traición de Flavino Ríos, el desdén de Héctor Yunes, enfrentado al PRI. De algo, pues, tenía que morir.

Ocho balas segaron su vida, embestido por un comando armado que llegó hasta las puertas de su hogar, picado y azuzado con palabras que hieren e increpan, conminado a dar la cara o ver morir a los suyos.

Aquel lunes 20, día de la Revolución, Hidalgotitlán cambió.

Por las calles se siente la marcha de aquellos hombres de rostro embozado y armas en sus manos, intimidantes y alevosos, trepados en una veintena de camionetas que atraen las miradas de la población. Aquellos que con su andar suscitan miedo, el olor a muerte, el presagio de una tragedia que habría de cimbrar a Veracruz.

Llegan hasta las puertas del hogar de Santana. Su gente, rebasada en número; su gente, que hacía las veces de escoltas del alcalde electo, no tienen más que ceder, abrirse y dejarlos actuar. O se mueren también.

Ahí lo azuzan. Que salga. Le gritan. Que enfrente a los matones que van por él. Y Santana siente que el final está por llegar.

Una arenga más. O sale o muere su familia. Y Santana se mantiene en el interior de la vivienda.

Van por el alcalde electo. Un vehículo golpea el portón. Hay disparos y los hombres armados irrumpen en el hogar.

Suenan las descargas. Suenan haciendo creer a los que se hallan lejos del lugar que son cohetes, que ya festeja Santana Cruz Bahena la Revolución. Suenan las descargas dejando comida y bebida sin tocar, pasando el pueblo de un festejo a un funeral.

Ocho disparos dan en la humanidad de Santana Cruz, que en enero habría de asumir la alcaldía por segunda ocasión, antes en la órbita del PRI, esta vez con las siglas del Panal.

Su cuerpo yace en un charco de sangre mientras sus familiares lo lloran, se duelen, viendo sin concebir que el odio de sus hombres vaya devorando así a Veracruz.

Alcalde por primera vez en 2011, se le vio reír con Flavino Ríos, entonces diputado local por Minatitlán, tener los afectos de Héctor Yunes Landa, senador, y estar en el ánimo del PRI.

Luego, cuando impuso a su hija Cleotilde en la candidatura priista a la alcaldía, el priismo lo reventó.

Cuenta Filiberto Vargas, autor de la columna Punto de Vista, de sus avatares políticos, el filo de traición, el deslinde y la búsqueda de su proyecto político personal, y al final la confrontación con el PRI.

“Santana Cruz Baena —refiere Filiberto Vargas— fue alcalde de Hidalgotitlán en el 2011. Abanderado por el PRI, realizó una importante labor para el desarrollo de ese municipio y apoyó a su partido en la región.

“En el 2013 tocó las puertas del Revolucionario Institucional. Su hija, Cleotilde Cruz Agustín, tenía interés en buscar la alcaldía y gozaba del reconocimiento de la población, pues durante el período en el que Santana Cruz ocupó la alcaldía, ella estuvo a cargo del DIF municipal.

“A pesar de algunas resistencias en el PRI, Santana Cruz consiguió que su hija fuera la candidata. Lo que no se imaginó fue que desde el seno de ese partido al que tanto le había brindado, surgiera el golpe traidor.

“Asesorados por Flavino Ríos Alvarado, los priistas de Hidalgotitlán entregaron la elección a favor de un empleado del ahora exgobernador sustituto, Omar López Castillejos, quien fue impulsado por otro partido aliado del gobierno estatal, el hoy desaparecido Alternativa Veracruzana (AVE).

“Santana Cruz asimiló el golpe y trabajó en su revancha. Fue el más celoso vigilante de la labor de López Castillejos y este año buscó su propia postulación por la alcaldía. Sabedores de su influencia en la región, los priistas corrieron a ofrecerle su respaldo, pero él no aceptó. Tampoco atendió el llamado del senador Héctor Yunes Landa, a quien en su momento le pidió apoyo cuando su hija fue traicionada, y no lo recibió.

“Santana Cruz se acercó a Nueva Alianza, donde encontró el reconocimiento a su fuerza política y el respaldo necesario para competir. Se impuso ampliamente y de inmediato se dio a la tarea de documentar las irregularidades del alcalde saliente. Hay testimonios del desvío de más de 35 millones de pesos y Santana Cruz esperaba con ansias tomar posesión del cargo para echar a andar la maquinaria de la justicia.

“No lo dejaron llegar”.

Ocho balas lo echaron de la vida. Una leyenda llegaba a su fin.

Era el tipo al que fustigaban sus adversarios, imputándole nexos con malos y malosos, ciertos o no, y hasta un muerto cuando presuntamente conducía en estado de ebriedad.

Aquel 2 de noviembre de 2011, el portal Alto Nivel Mina reportaba:

“De acuerdo a varios testigos se dice que el Presidente Municipal de Hidalgotitlán Santana CRUZ BAHENA, alcoholizado, atropelló y mató con su camioneta  a un ciclista en esa población, de nombre RAUL MARTINEZ BERNAL.  Desde ese día el Munícipe no se asoma para nada. Los familiares piden justicia”.

Un día, el Diario de Acayucan, del consorcio propiedad del presidente del Poder Judicial de Veracruz, Edel Álvarez Peña, le imputó que había sido detenido en posesión de un automóvil robado.

Bajo el título “Apañan a Santana Cruz Bahena por robo de carro”, lo balconeaba:

“Una fuente al interior de la Secretaría de Seguridad Pública —refería el rotativo 19 de marzo de 2016—, informó que el ex alcalde de Hidalgotitlán, Santana Cruz Bahena, pudo haber sido detenido por el robo de vehículos. Se sabe que un nuevo grupo de esta secretaría realiza investigaciones en toda la zona sur por el hurto de automotores, y una de esas pistas pudo llegar hasta Cruz Bahena, el ex polémico alcalde, señalado en su momento por homicidio imprudencial”.

Otra. Diario de Eyipantla reportó el 16 de enero de 2017:

“Dagoberto Peralta Méndez alias ‘El Inge’, de 38 años, es uno de los detenidos en las acciones contra la delincuencia (en el municipio de Oluta). En Hidalgotitlán dicha persona fue conocida en el 2010, por ser un elemento de confianza del ex alcalde Santana Cruz Bahena, a quien se le atribuye el homicidio de un campesino al que atropelló en estado de ebriedad el primero de diciembre del 2011”.

Y así mientras Santana Cruz Bahena se enfilaba a adueñarse de la alcaldía una vez más. Haya sido con votos buenos o comprados, con el de sus seguidores o a cambio de vales de gasolina, como se le imputa, habría de asumir el 1 de enero de 2018 la presidencia municipal de Hidalgotitlán.

Tierra brava, tierra del sur de Veracruz, colindante con Oaxaca, sábese que ahí se dan con todo las bandas del crimen organizado. Y ante el vacío de autoridad, las autodefensas imponen su ley.

Al cuarto día de la ejecución de Santana Cruz, hay impunidad.

Habría sido una célula de huachicoleros y esa es la pista que sigue la Fiscalía de Veracruz. Habría de ser un grupo de autodefensas con los que se habría confrontado, según otra versión. Lo que no se sabe es por qué.

Traía el santo de espaldas. Y aún así, derrotando al PRI, a contrapelo de Flavino, el ex gobernador que encubrió a Javier Duarte, con el silencio de Héctor Yunes, la inquina informativa de Edel, sería alcalde de Hidalgotitlán por segunda vez.

Y de pronto el comando armado lo mató.

 

Archivo muerto

Así como se le metió a Callejas, lo hace con el PRD, y en un descuido, con al PAN. Sagaz, Patricia Peña Recio ya se ve azul o amarilla, extraída de la oscuridad y el olvido, apuntalada por otros trapecistas sin pudor que lo mismo saltan del Perderé al PRI, a los brazos de la ex diputada duartista, Mónica Robles de Hillman, a la campaña tricolor de Héctor Yunes Landa o coquetean con Morena. Sabiendo del extravío panista-perredista en el sur de Veracruz, Patricia Peña supone que sus pifias públicas han quedado atrás.

Error. Agravió a los migrantes indocumentados cuando les llamó delincuentes, prostitutas y rateros, que causaban molestias a los vecinos de Coatzacoalcos, el distrito que representó cuando suplió a Joaquín Caballero Rosiñol en el Congreso federal. Muerto Juan Nicolás Callejas Arroyo, su papucho y líder, ni quien la fume en el gremio magisterial, la Sección 32 del SNTE, al que pretendió encabezar con una postulación que todos desdeñaron.

No pudo ser diputada plurinominal por el Partido Verde en la elección de 2016. Y ahora, sin futuro en el PRI, se enfila a la candidatura a diputada por el PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, donde Morena la va a masacrar. Eso se llama restarle votos al proyecto Yunes… Todo le falla a Marcos Theurel, incluida la memoria. Áspero, habla el ex alcalde, hoy líder de la Sociedad Mexicana de Ingenieros, de los responsables de obra en los inmuebles dañados por el sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México.

Unos ni la preparatoria terminaron. Otros son incapaces y negligentes. Acusa corrupción, mal desempeño de la función pública. Se explaya el priista con el diario Reforma, que consigna sus palabras a todo lo que da. Le falla, pues, la memoria al ex alcalde de Coatzacoalcos. Siendo secretario de Comunicaciones del gobierno fidelista, Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— protagonizó algo peor. Apenas construido, el puente Murillo Vidal, en Xalapa, se vino abajo.

Un accidente lo caló. Un camión pesado cayó y estalló. Y con él se desprendió parte de la estructura del fallido puente. Negligente, Theurel no volvió a dar la cara hasta que Fidel Herrera lo impuso como candidato del PRI a la alcaldía de Coatzacoalcos, donde también hizo de las suyas.

Su período como titular de la Secom registró observaciones graves por parte de la Auditoría Superior de la Federación, obligado a devolver recursos mal aplicados. Fue la corrupción el sello del fidelismo. Y fue aquel puente caído lo que marcó a Theurel. Algo así como un director responsable de obra chafa… Samantha es, para empezar, torpe. Hiere y vuelve a herir. Y arrastra a Morena.

Samantha Sáez Ruiz muestra la fobia y la inquina, su desdén por la prensa, el toque agreste hacia los reporteros con los que se roza y convive. “Hay mucho muerto de hambre”, suelta en un comentario en corto, entre su grupo de “amigos”, tras el sainete del pastelazo en el Congreso de Veracruz. Su tía —o prima, según la categorizan los medios—, Tanya Carola Viveros Cházaro, la pejediputada, tuvo la ocurrencia de llevar a la Legislatura un pastel para el diputado panista Bingen Rementería por mantener un año en la congeladora una de sus iniciativas.

Y como no acudió el legislador, ofreció las sobras a los periodistas que cubren la fuente. Metida la pata, terminó con una disculpa por el agravio. Samantha, por el contrario, comentó en un grupo cerrado en redes sociales con sarcasmo hiriente: “De antemano una disculpa por los que se sientan ‘ofendidos’, pero al que le quede el saco que se lo ponga: los periodistas si viven su día a día y trabajan arduo para conseguir la foto, la nota, etcétera, pero sí hay mucho muerto de hambre (como en todos los medios) llenos ambición (sic) y que les encanta la grilla para conseguir más $ que brincan de ser del PRI al PAN o al que se les suelte más la lana.

No se ofendan si les regalan un café, una torta o un pastel CÓMANSELO, malagradecidos jaja no querían una rebanada ?? jaja”. ¡Ah, tipa! Soltó a las fieras. La fotógrafa —camarógrafa, de acuerdo con la nómina del grupo parlamentario de Morena en el Congreso estatal— quiso justificarse. “Hace rato hice un comentario PARA MIS AMIGOS y alguien lo pasó a la prensa. Me parece que es una violación a la privacidad y estoy investigando quién pasó el pantallazo”. Pudo decir que la hackearon, que fue un burdo montaje.

Pasó su desfogue a sus “amigos” y uno la empinó. Samantha trasluce su fobia a un gremio que de inmediato la increpó. Si el Pejelagarto les llama “maiceados”, #LadyMuertadeHambre los sobaja peor. Con esas vejigas nada Morena… Se llama Ronald Toledo y con el Vactor rentado a CMAS se llenó. Su unidad para desazolvar drenajes, propiedad de la firma IPP 022, S.A. de C.V., cobraba a razón de 10 mil pesos diarios más IVA, trabajara o no, ausentándose y transgrediendo el contrato con la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos —o CAEV—.

Llegó a acumular 22 días sin prestar el servicio y cuando le suspendieron los pagos, Toledo retiró el Vactor. Se dio el lujo de reclamar lo correspondiente a julio, agosto y septiembre de 2017, y al final ganó. Sin haber dado golpe, según testimonio de trabajadores de CAEV, le dobló la mano al ex director, Rafael Abreu. Y Abreu feliz. Supo del caso el ex subdirector de Administración y Finanzas, Jorge Cuauhtémoc Ursúa Centeno, y consintió los pagos. Y Abreu feliz. Todos en CAEV sabían que el Vactor de Ronald Toledo, el Vactor de IPEP 022, cobró sin prestar servicio completo. Y Abreu feliz. Eso es daño patrimonial y hay evidencia. Al detalle, se sabe en Xalapa…

 

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