De fiscalizador a cómplice

  • Jorge A. González
Nunca antes la honestidad había costado tanto como hoy.

Para nadie es una novedad que la difícil situación económica, social y de seguridad que padece Veracruz se debe a la alta corrupción que impera en la clase gobernante.

Nunca antes la honestidad había costado tanto como hoy, un valor humano que hoy está en peligro de extinción y por la que hay que pagar muy caro como sociedad.

Como no hay claridad y transparencia en el manejo de los recursos públicos, el mismo sistema de gobierno instauró órganos vigilantes y fiscalizadores.

Hablamos de organismos que tienen buenas intenciones, no obstante mientras sus recursos dependan o pasen por manos de los gobierno estatales, su eficacia siempre estará en entredicho.

Si usted analiza bien la situación se dará cuenta de la gravedad del gasto desmedido en el que hemos caído por la falta de algo tan sencillo: la honestidad.

La reflexión es la siguiente. Nosotros pagamos el sueldo a un funcionario público, y además le pagamos un sueldo a otro funcionario público para que le cuide las manos al primer funcionario.

La transparencia y la fiscalización dependen de la honestidad en el ejercicio de gobierno, honestidad que tendría que venir intrínsecas en los sujetos que nos gobiernan y disponen de los recursos púbicos.

La avaricia de la clase política nos ha rebasado de una forma descomunal que hay que gastar para ponerles candados, piedras en el camino y amarrarles las manos, y aun así, se llevan todo, ejemplo: Javier Duarte de Ochoa.

El caso del ex gobernador de Veracruz prófugo de la justicia nos deja una verdad, pueden esfumarse miles de millones de pesos aun con la presencia del Orfis.

Con sus impuestos  usted pagó este 2016 al Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz (Orfis) la cantidad de 175 millones de pesos, para vigilar el uso de los recursos públicos de dicho ejercicio fiscal.

El desfalco más grande en la historia de Veracruz usted ya lo conoce, pero lo que ignora es cómo este órgano utiliza su presupuesto para “garantizar” “disque” la transparencia financiera.

De acuerdo con el Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de Veracruz para el Ejercicio Fiscal  2016, el monto de los 175 mdp se ejerce de la siguiente manera.

Ponga usted atención en el rubro en el que se dispone de casi la mitad del monto general, las cifras hablan por sí solas.

Servicios personales: 108 millones 500 mil pesos, Materiales y suministros: 5 mdp, Servicios generales: 60 millones 500 mil pesos; y Bienes Muebles, Inmubles e Intangibles: un millón de pesos.

Con todo ese recurso, Duarte se fue con las bolsas llenas y las manos limpias, y digo limpias porque el Orfis, hasta entonces, no le había hecho ninguna observación.

Fue hasta la pasada legislatura, cuando vio que la situación del estado estaba fuera de la realidad y se vio obligado a realizar observaciones  apenas del ejercicio fiscal del año 2015.

Los expertos han dicho que la estela de corrupción del gobierno estatal viene desde el 2012 a la fecha, así que este organismo le debe muchas explicaciones a los veracruzanos. 

Una de dos, o el Orfis desaparece por su complicidad e inoperancia, o se hace una reestructuración a fondo que permita una autonomía y fiscalización verdadera.

Para nadie es un secreto que este órgano pasó de ser el contador del Gobierno del Estado, a ser el mayor cómplice del saqueo, porque aun siendo su facultad no vio ni escuchó nada.

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