Por Yadira Hidalgo

Hace años que en Veracruz se viven tiempos oscuros. Este fin de semana no fue la excepción: los cuerpos de Génesis, Leobardo y Octavio fueron tirados por sus victimarios para que los encontrara la autoridad. Desde ese momento las redes se encargaron de informar o en algunos casos, de desinformar sobre el minuto a minuto de lo que los familiares estaban viviendo mientras se hacían las averiguaciones sobre si los cadáveres pertenecían a los jóvenes desaparecidos. Desafortunadamente así fue.

La violencia que desde hace más de un sexenio se ha apoderado de nuestro país, ha dejado un rastro con las más espeluznantes historias, en las que mujeres y hombres de todas las edades ha pasado a formar parte de una numeralia de muertes y desapariciones que en su crecimiento desenfrenado, normaliza y despoja de humanidad a las víctimas de estos delitos.

Por ejemplo, desde hace una semana los feminicidios han ocupado parte importante de la información vertida por los medios de comunicación nacionales. Puebla, Estado de México, Cd. de México, Michoacán, Veracruz, Yucatán, han sido algunos de los estados de la República en los que varias mujeres han muerto en la última semana víctimas de su condición de género.

La saña que alcanzan los asesinatos de mujeres, cuyos cuerpos son ultrajados sexualmente en la mayoría de los casos, nos dan una idea de lo que caracteriza a ese delito tipificado desde el 2011 en este estado, como feminicidio.

¿Cuándo nos encontramos frente a un feminicidio? Depende mucho de las hipótesis establecidas en cada Código Penal, pero en Veracruz un feminicidio se considera como tal cuando el asesinato de una mujer reúne una, dos o todas estas características: que haya existido una relación de parentesco entre la víctima y el victimario, una relación de jerarquía, la víctima haya sido amenazada por el victimario; que su cuerpo haya sido abandonado en vía pública, que antes de su muerte la mujer haya sido incomunicada, que el cuerpo presente heridas infamantes o mutilaciones, que haya sido abusada sexualmente.

Sin embargo, a pesar de estar tipificado y con una pena que alcanza los 40 o 70 años de prisión, el feminicidio sigue siendo cosa común en Veracruz. En el mes de septiembre 14 mujeres fueron asesinadas, según datos del proyecto “Asesinatos de mujeres y niñas por razón de género. Feminicidios en la entidad veracruzana”, realizado en la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana. Aunado a esto, sólo existe un solo caso de una persona presa por feminicidio en el Estado.

Esta situación no es exclusiva de Veracruz, mujeres organizadas de otros estados comentan situaciones similares, en las que la justicia para las víctimas de feminicidio parece no existir. Los últimos días han sido angustiosos y apabullantes, cada día la noticia de un nuevo asesinato, o dos, o tres, no se hizo esperar. Por ello, grupos de mujeres jóvenes activistas lanzaron una estrategia de visibilización nacional a través de lo que las y los jóvenes conocen y utilizan más: las redes sociales.

Así nació #FeminicidiosEmergenciaNacional, una acción que lleva como objetivo decirle al mundo que en México están matando mujeres y que parece que a una gran mayoría no le importa. Así mismo, se busca proyectar la negligencia y omisión de las autoridades en muchos de estos casos e incluso, levantar ámpula y molestia en aquellas personas que no quieren ser molestadas en su cotidianidad virtual hecha de mensajes de superación personal y oraciones colectivas.

El hashtag no pretende ser la única acción para visibilizar esta Emergencia Nacional. Constituye una iniciativa, cuyo origen es el ímpetu de las más jóvenes, esas mismas a las que les ha tocado el peor momento para ser joven en este país, pero que no se dejan amilanar por el miedo y quienes desde la inseguridad que el contexto plantea, echan mano de todas las formas para difundir la información a su alcance.

Hoy más que nunca hay que escuchar y unir esfuerzos con las y los más jóvenes. Sin ellas y ellos, Veracruz ni México tendrán futuro.