Veracruz huele a muerte

  • Mussio Cárdenas Arellano

Son 90 fosas. Y en ellas, cientos de restos humanos —quizá 100, quizá 300— hallados por particulares que deploran vivir en la angustia que mata, el no saber qué fue de los suyos, quién los ultimó y por qué los sepultó. Veracruz huele a muerte.

Hurgan ellos en este camposanto monumental que es Veracruz, en cada centímetro de tierra en que yacen los cuerpos de quienes reclaman justicia, el desaparecido y el levantado, las víctimas de la violencia y el silencio oficial.

Hallan en cuatro meses lo que la Policía Federal y la Fiscalía de Veracruz no pudo hacer en años. Hallan primero 15 fosas, en abril, y 75 más en los últimos días de agosto.

Y contrastan sus cifras con el récord ignominioso, vergonzoso, de quienes gobiernan a palos de ciego: en cuatro años la Policía Federal solo encontró seis fosas.

Revela datos el portal Animal Político:

“Veracruz es, por delante de Tamaulipas, la segunda entidad en todo México con mayor cantidad de personas desaparecidas reportadas ante la PGR; el pasado fin de semana, un grupo de madres encontró 75 fosas en el puerto de Veracruz. Y en abril, otra brigada ciudadana halló 15.

“En los últimos cuatro años, la Policía Federal sólo ha podido confirmar el hallazgo de seis fosas clandestinas con restos humanos en el estado de Veracruz, la segunda entidad en México con la mayor cantidad de personas desaparecidas reportadas ante la Procuraduría General de la República (PGR); en contraste, del pasado mes de abril a agosto del presente año, esto es en apenas cinco meses, grupos ciudadanos organizados han encontrado 90 fosas clandestinas con cientos de restos humanos”.

Cita cada hallazgo, los 51 restos hallados entre 2013 y 2016 sin que a la fecha se haya reconocido la identidad de los muertos.

Y la Procuraduría General de la República reporta solo dos fosas en 6 años, el último de ellos en 2011 cuando fueron descubiertos 28 cuerpos en Altamirano.

Otro dato que revela la intención de ocultar:

“La PGR reporta en los últimos tres años el hallazgo de más de 150 fosas clandestinas en el país. Pero ningún caso es correspondiente a Veracruz”.

También la Secretaría de la Defensa Nacional tiene sus cifras. Habla de siete cuerpos hallados en fosas clandestinas entre 2012 y 2014. Pero no abunda más.

Veracruz ocupa el segundo lugar nacional en desapariciones. Al 31 de julio, fecha del último corte, son 195 casos.

“Estos casos corresponden a personas desaparecidas relacionadas con averiguaciones previas por delincuencia organizada o por algún delito del orden federal. Es un registro distinto al de personas no localizadas que reportan las autoridades estatales, en este caso la Fiscalía de Veracruz.

“El único estado que registra un mayor número de casos federales de personas desaparecidas es Guerrero con 280. Luego de Veracruz se encuentra Tamaulipas con 145 casos. Ninguna otra entidad del país registra más de cien desapariciones.

Impresionante, el caos de las cifras exhibe a un gobierno sin capacidad para identificar el problema. PGR, Sedena, Sistema Nacional de Seguridad Pública, todos tienen su propia estadística. Y ninguna coincide.

Según la PGR, en 2014 y 2015 se registraron 239 casos de personas desaparecidas en Veracruz, “cantidad que solo es inferior a la de los estados de Guerrero y Tamaulipas”.

Son precisos los esfuerzos de los particulares y los colectivos que hurgan en el campo veracruzano. Disponen de “mapas anónimos” aportados por lugareños.

“El descubrimiento más reciente lo anunció el pasado sábado el colectivo ‘Solecito’, el cual está integrado por 50 madres de familia que buscan a sus hijos desaparecidos. Este grupo halló en el mes de agosto 75 fosas clandestinas en el predio Colinas de Santa Fe, en el municipio Veracruz-puerto.

“Lucía Díaz, representante de este colectivo, narró en entrevista que la ‘pista definitiva’ para encontrar este rancho que escondía bajo la tierra decenas de fosas les cayó como un inesperado ‘regalo’ en el Día de la Madre.

“Todo comenzó, precisamente, el 10 de mayo de este 2016. Ese día, durante una marcha en el Puerto de Veracruz convocada por varias organizaciones dedicadas a la búsqueda de personas desaparecidas, ciudadanos repartieron de manera anónima entre los asistentes unos misteriosos mapas.

“Lucía explica que aunque los croquis estaban dibujados a mano y de manera rudimentaria, estos contenían información precisa de un camino sobre la autopista Veracruz-Xalapa, que llevaba hasta un predio ubicado al norte del Puerto, en la colonia Colinas de Santa Fe. Al final de ese camino, a escasos metros de la zona portuaria protegida por elementos de seguridad federales, entre ellos la Marina y el Ejército, el mapa indicaba con unas cruces dibujadas sobre el papel que en ese lugar había decenas de tumbas clandestinas.

“ ‘Los mapas que nos dieron estas personas desconocidas solo vinieron a confirmar lo que ya era un secreto a voces en todo el Puerto de Veracruz’, apunta Lucía Díaz, quien dice que ya en 2015 la PGR encontró a 200 metros del mismo lugar restos de al menos cinco personas. Sin embargo, Díaz denuncia que a pesar de ese hallazgo la Fiscalía no quiso continuar con la búsqueda y se retiró de la zona.

“ ‘Todo el tiempo se le dijo a la Fiscalía que buscara en ese predio y no lo quiso hacer. Por eso, cuando nos llegaron los croquis, decidimos que nosotras sí lo haríamos’, subraya la activista, madre de Luis Guillermo Lagunes Díaz, un joven de 29 años que desapareció en 2013 en su propio domicilio, en el Puerto de Veracruz.

“Equipadas con picos, palas, varillas de hierro y litros de repelente para los insectos, el grupo de 50 madres se dividió en varios turnos para comenzar a levantar la tierra arcillosa del predio el día 3 de agosto.

“Cinco días después, a partir del 8 de agosto, las fosas comenzaron a brotar hasta sumar ’75 puntos positivos’ confirmados por la Procuraduría del Estado de Veracruz”.

Detalla el último hallazgo:

“ ‘Ver todas esas fosas fue como una escena de terror, algo dantesco’, narra Díaz, quien asegura que hasta el momento la Policía Científica de la Policía Federal sólo ha podido analizar 8 fosas, en las que habría al menos 28 cuerpos completos, algunos de ellos enterrados recientemente ya que, según expone la activista, aún conservaban vísceras y tejidos. Además, Díaz apunta que algunas de las personas enterradas en el predio pudieron haber sufrido tortura, ya que hay cadáveres “con los ojos vendados”.

“La fiscalía veracruzana, aunque confirmó el análisis de las 8 fosas, dijo en un comunicado que el número de personas enterradas aún no se puede precisar.

“Para el colectivo ‘Solecito’ el hallazgo de estas 75 fosas clandestinas podría ser el más grande que se haya realizado hasta el momento en México.

“ ‘Si en 8 fosas de 75, la Policía Científica encontró 28 cadáveres, ¿cuántos más puede encontrar en las 67 restantes’, se pregunta la integrante de ‘Solecito’, para a continuación volver a cuestionarse ‘cómo fue posible que hubiera un trasiego semejante de cuerpos a un predio que está colindando con el recinto portuario, que es una zona federal muy vigilada’ ”.

Del hallazgo de abril, refiere Animal Político:

“El otro descubrimiento de fosas clandestinas por parte de la sociedad civil se produjo en abril de este año, cuando la Brigada Nacional de Búsqueda de familiares de personas desaparecidas encontró en tan solo 15 días de trabajo, 15 fosas clandestinas con cientos de restos humanos sin identificar.

“Las fosas se descubrieron en San Rafael Calería, una comunidad rural del municipio de Córdoba, en el centro del estado; y en Amatlán de los Reyes, localidad conurbada a Córdoba.

“Según explicaron a este medio integrantes de la Brigada, estos hallazgos también se realizaron gracias a la ciudadanía, la cual, de manera anónima, les hizo llegar croquis con lugares donde había cuerpos enterrados clandestinamente.

“En aquel entonces, como también ha sucedido en este caso de 75 fosas en Colinas de Santa Fe, los mapas fueron certeros, y la Brigada sacó a la luz pozos que escondía cientos de restos humanos y de ropa calcinada”.

Avizora el escándalo “Culín”, alias el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras. Intuye la masacre que viene, la de tipo mediático, la que lo va a destrozar.

Su Fiscalía, y la Procuraduría anterior, desdeñaron todo indicio de búsqueda.

Ya no le sirven los atriles y los reflectores. Quiere ahora acudir al Congreso de Veracruz, que sean los diputados quienes lo escuchen, que sepan la verdad de los hallazgos.

Son desfiguros marca “Culín”. Bravo Contreras es el mismo que eludía el bulto, negaba fosas clandestinas, amordazaba medios de comunicación.

Un caso le quema las manos: los 192 cuerpos que la Procuraduría, hoy Fiscalía, depositó en la fosa común del panteón Palo Alto, en Xalapa, sin cumplir con los protocolos de inhumación. O sea, entierros ilegales.

Dice la información de Eirinet Gómez, corresponsal de La Jornada en Xalapa:

“Las diligencias para localizar el cuerpo de una mujer desaparecida en mayo de 2011 puso al descubierto este fin de semana la existencia de una fosa común en el panteón Palo Verde, en la capital del estado, donde la Procuraduría General de Justicia del Estado —actualmente Fiscalía General del Estado (FEG)— depositó 192 cuerpos en los seis años recientes sin cumplir con los protocolos de inhumación e identificación establecidos en la ley.

“Lucía de los Ángeles García Henao, coordinadora del Colectivo Solecito Veracruzano, definió a Palo Verde como el Tetelcingo veracruzano, en alusión a un caso similar en el estado de Morelos, y considera que es prioritario cerrar el panteón, hacer un inventario, e iniciar un trabajo de identificación serio, profesional, digno, confiable y responsable”.

Con el agua al cuello, algo habrá de explicar el fiscal. Veracruz es otro Tetelcingo, el caso que sacude al gobierno de Morelos donde su policía inhumaba cuerpos de manera clandestina.

Por lo pronto van 90 fosas en este cementerio llamado Veracruz.

Archivo muerto

Como era de suponerse, la ruta del saqueo conduce a Tuxpan. Denuncia el Órgano de Fiscalización Superior un desvío de 940 millones de pesos, toca a tres dependencias, implica a operadores duartistas y hay una pista hacia Alberto Silva Ramos, alias El Pato de Tuxpan, vocero del gobernador. Sería responsable de malversar 500 millones su responsable financiero, Humberto Benítez Pérez, jefe de la unidad Administrativa en la Sedesol, antes, y hoy con el mismo cargo en la Coordinación de Comunicación Social. Lo plantea así el periodista Arturo Reyes Isidoro en su columna Prosa Aprisa, el miércoles 7: “Luego de que ya había enviado mi columna, casi a la media noche se me informó que uno de los directamente implicados es el actual Jefe de la Unidad Administrativa de la Coordinación General de Comunicación Social (CGCS), Humberto Benítez Pérez, a quien acusan como responsable del desvío de más de 500 millones de pesos como administrativo de la Secretaría de Desarrollo Social del estado cuando el titular de la dependencia era el actual diputado federal con licencia Alberto Silva Ramos, hoy titular de la CGCS. Él fue colaborador también del ex Secretario de Finanzas y Planeación, Mauricio Audirac”. Silva no sólo ordeña los sobres de los chayotes. Tiene en su área financiera a quien estaría señalado del desvío de 500 millones de pesos. Grueso… Marcha por la paz que suscita esperanza y tirantez, solidaridad y rencor, reclamo y exclusión. Irán las víctimas y quienes sin serlo aún, viven con el temor en la piel. Convocan a todos, pero no a la autoridad, mucho menos al alcalde de Coatzacoalcos, Joaquín Caballero Rosiñol, que puede ir a Gobernación, tocar puertas en Los Pinos, publicar desplegados y más desplegados en la prensa nacional, gestionar la Gendarmería Nacional, pero para un sector de la sociedad es tan culpable de la violencia como los malosos que la desatan a diario. Pueden asistir ciudadanos, víctimas del secuestro y del levantón, del robo y el homicidio. No puede asistir la autoridad, pues es corresponsable por acción u omisión del caos y el miedo. Así se van definiendo los criterios de los que organizan la Marcha por la Paz en Coatzacoalcos, este sábado 10. Ni por error asistiría Caballero a la Marcha por la Paz, a menos que quiera recibir gritos y mentadas de quienes verían su presencia como un acto de oportunismo. Relajada la seguridad, el problema no es local. Lo gestaron Javier Duarte y su falso general, Arturo Bermúdez Zurita, cuando se percataron que a medida que se incrementaba la violencia  florecía el negocio de la seguridad privada. Entonces proliferaron las empresas de seguridad, con un Mando Único atado de manos y los alcaldes excluidos de toda decisión. Miles marcharán el sábado 10. Será por la paz…

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