El Congreso del Estado de Veracruz -de mayoría priista- le niega al gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares comparecer ante la máxima tribuna del poder legislativo.
Linares pretendía exponer la importancia de que los nombramientos (como la del Fiscal Anticorrupción) sea decisión de la próxima legislatura.
La respuesta de los diputados piistas, en puño de la presidenta de la Mesa Directiva, la diputada Octavia Ortega, fue negativa. No puede subir a tribuna.
Las atribuciones del poder legislativo y las pocas facultades del gobernador electo le dan la razón a Ortega Arteaga, quien además le recordó a través del oficio fechado este 20 de junio que podrá pisar la cámara local cuando haya asumido el cargo según lo previsto por la ley.
Lo que sí es importante dejar claro es que la situación de crisis que vive el estado de Veracruz, la deuda pública, la falta de pago a proveedores, las denuncias a 26 funcionarios públicos por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), y muchos otros actos de corrupción le dan a Yunes Linares otro tipo de razón que no está escrita.
Me refiero a la razón popular, a la razón colectiva, a la razón de la voluntad popular. Hablamos de atender y exponer lo que le sucede a los veracruzanos y del futuro que les espera con decisiones unilaterales en una legislatura marchita. No suena sensato que alguien que ya se va decida para alguien que viene.
Más que hablar de razones, habría que hablar de conciencia social y conciencia política, porque a todas luces, el gobernador electo está apelando más que a sus derechos políticos a la voluntad de quienes deciden hoy en el Congreso del Estado de Veracruz el futuro y el modo de vida de los veracruzanos por los próximos dos años.
Se habla no de un buen político que cumple con las normas, si no de las personas electas por el pueblo con la sensibilidad para poder saber qué es bueno y qué es malo para Veracruz, qué le conviene y qué no. Es cuestión de humanidad: de la capacidad para sentir afecto, comprensión o solidaridad hacia las demás personas.
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Periodista independiente