Violencias machistas

  • Mujeres Que Saben Latín

Por Yadira Hidalgo G.

Esta semana hemos atestiguado el inmenso odio que muchas personas no tienen reparo en expresar contra las mujeres: impunidad y casos en los que la víctima es presentada como la culpable de su situación, violaciones viralizadas en las redes sociales, videos que hacen apología de la misoginia y el feminicidio y que apelan a la “libertad de expresión”, golpes, vejaciones, insultos y amenazas contra las mujeres que se atreven a poner un alto a las agresiones hacia su persona; varones que creen que los cuerpos de todas las mujeres les pertenecen y pueden tomarlos no importa si es en el transporte público o en la calle, la casa o cualquier otro lugar.

La violencia machista se expresa de diferentes formas, ya lo ha dejado muy claro la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Sin embargo, estas violencias se sofistican cada vez más o se adaptan a los tiempos, el ejemplo más claro son las que provienen de las redes sociales; así como la normalización de las mismas, pues muchas personas las ven como una “expresión” de la cultura, algo que pasa porque sí, porque siempre ha pasado.

La buena noticia es que nada es para siempre. Y aunque aún hay personas que defienden ideas arcaicas que se enfocan más en culpabilizar a la víctima, tampoco podemos decir que nuestra sociedad se ha quedado estancada en ese decir. Poco a poco hemos visto cómo los argumentos que apelan a no re victimizar o a enfocarse más en la comisión del delito que en la ropa, la conducta o la hora en la que fue agredida la víctima, van ganando terreno en la opinión pública.

Expresiones ciudadanas diversas también han demostrado que cada vez construimos un enorme escudo contra el odio, sin embargo, la construcción es lenta, sufre retrocesos y ha tomado no sólo tiempo, también se ha llevado vidas (físicas y emocionales) de muchas mujeres que con el ejemplo de sus experiencias, afianzan esa tarea enorme que consiste en el cambio de paradigmas, una tarea titánica que no sólo nos corresponde realizar a las mujeres.

En ese tenor, familia, escuela, sociedad, instituciones y medios de comunicación deben hacer lo propio y dejar las reticencias para entrarle al tema de la violencia contra las mujeres de lleno y de frente. De qué vale que en casa se eduque en el respeto y la igualdad, si los medios de comunicación nos mandan mensajes en los que se sigue promoviendo a las mujeres como objeto de consumo masculino; de la misma forma cualquier buen mensaje se diluye si el sector educativo no cambia sus prácticas o las instituciones siguen despachando bajo el manto de la misoginia y el desinterés.

De la misma manera los varones deben integrarse a las acciones en contra de la violencia hacia las mujeres. Es cierto que porcentualmente son varones los que en su mayoría agreden a las mujeres, pero esto no quiere decir que todos los varones van a agredir o están de acuerdo con la agresión. Sin embargo, aún son pocas voces de varones las que se atreven a manifestar su indignación hacia la violencia que cotidianamente enfrentamos las mujeres.

Hace un par de días un amigo me comentaba, como quien le ha caído el más grande de los veintes, que no podía creer el nivel de acoso con el que tenemos que vivir las mujeres todos los días y en todos los ámbitos. Lo relacionó directamente con él, con su vida y sus experiencias. Llegó a la conclusión de que él nunca iba a saber qué era ser violentado de tantas maneras y tener que acostumbrase a ello y encima creer que esas violencias forman parte de la cultura. Dijo que iba a ser lo propio y lo está haciendo. Algunas veces veo que recibe comentarios asombrados o burlones, pero sigue en su dicho.

De eso se trata, de asumir compromisos personales pero que puedan impactar en lo colectivo. Así se cambian paradigmas.

Aprovecho este espacio para invitarles a la Movilizacuión Nacional contra las Violencias Machistas que se realizará el próximo 24 de abril. En Xalapa partirá desde el Monumento a la Madre a las 13:00 horas. ¡Participa!