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Solidaridad...

Desde que desaparecieron los cinco jóvenes de Playa Vicente traigo un coraje guardado, ahí mérito donde palpita la vida, ahí lo tengo.

Desde entonces estoy confundida porque no entiendo cómo las autoridades se esmeran más en limpiar el cochinero que en tratar con respeto a los padres y ser comprensivos con su dolor, investigar y dar con los todos, todos los responsables.

Con qué cara pueden ir por la vida las autoridades escribiendo tuits para lavarse las manos.

No puedo imaginar qué se siente cuando a un padre le dicen que a su hijo se lo llevó la policía y no aparece.

No imagino que se siente cuando el Fiscal General, Luis Bravo (sólo de apellido) es evasivo en sus declaraciones y dice no saber más sobre los hechos, sólo lo que los policías de la SSP quieren decir. Minimiza la barbarie y cuida de proteger la imagen de su jefe en vez de procurar justicia.

No imagino la tortura de saber que no están vivos pero los quieren vivos.

No imagino que se siente cuando informan que durante la búsqueda encuentran a otros muertos. Supongo que la respiración se detiene, se guarda el alma y se reza para que ninguno de los cuerpos tirados por ahí, sea el de los jóvenes.k

No imagino cómo se espera cada noche, cada día, cada hora a que aparezcan los hijos.

No imagino cómo las autoridades sabiendo la verdad se callan e incrementan el dolor con el silencio y la mentira.

No imagino que se siente cuando le llevan a un padre al rancho El Limón, en Tlalixcoyan, donde hay cuerpos quemados y molidos, y se mira ropa y zapatos por ahí, y pedazos de hueso y polvo y muerte.

No imagino cómo se encoge el alma, como se llena el cuerpo de enojo, frustración, desesperanza, como llega la profunda tristeza y las ganas de tener enfrente a todos los responsables.

No imagino cómo se contiene el enojo y se aguantan las ganas de mentar madres, de gritar a los cuatro vientos que todos en el gobierno son culpables.

No, no imagino que se siente cuando a un padre le entregan el pedazo de un hueso, y le dicen que eso es lo que quedó de su hijo.

Qué se siente cuando le dicen a un padre que su hijo fue secuestrado, torturado, asesinado, quemado y triturado para desaparecer todo vestigio de existencia de un ser querido a quien se le dio vida.

¿De qué tamaño es el dolor y la impotencia? ¿De qué tamaño el enojo? ¿De qué tamaño?

No lo imagino, pero me solidarizo con esas familias que están en vela, esperando, esperando, esperando.

Y traigo este coraje atorado porque me resulta incomprensible que se hable de resultados para limpiar una imagen, para evitar las críticas, para no admitir responsabilidades.

Los autores de la barbarie son policías ligados a la delincuencia, son cómplices. Qué más hicieron o permitieron o protegieron, qué más. Y nadie se dio cuenta de todo lo que hacían, nadie!

Tiraderos donde se arrojan cuerpos, ranchos donde se queman cuerpos. ¿Y nadie en el gobierno sabía? ¿Nadie ?

Ese es uno de los resultados, la ineptitud y la impunidad. Por supuesto que no lo van a poner en Twitter. Y no lo harán porque es una cosa mal, pésima, de 99 que, dicen,  se hacen bien.

Y todavía el dirigente nacional del PRI Manlio Fabio Beltrones y su candidato Héctor Yunes se atreven a decir que ellos están aparte, que no son iguales a este gobierno insensible. Que no todos en el PRI se parecen.

No imagino qué hicieron los últimos cinco años, porque este desastre en Veracruz comenzó hace tiempo y todos los priistas, todos, incluidos Héctor y Manlio, han callado y han vivido muy bien en estos años.

No escuché a ninguno hablar del desastre, criticar la ineficiencia del gobierno y el desorden en que estaba incurriendo. Tampoco les vi acompañando a años familiares de los desaparecidos, ni hablar de ello.

No imagino que sienten esos políticos, tal vez sienten que se ahogan con sus palabras y sus actos de proselitismo. Tal vez sientes que están hundidos y a punto de perder la elección del 5 de junio.

No imagino que les motiva a deslindarse ahora de su gobernador y jefe político.

No, no imagino la vida de todos esos padres que buscan y buscan a sus hijos sin apoyo de las autoridades.

No imagino que sienten cuando leen las noticias sobre todos los muertos y el polvo que queda en los ríos.

No imagino que se siente, ¿usted sí?