Es definitivo, en Veracruz no hay control de nada ni sobre nada.
No hay respeto, no hay mesura, no hay ejercicio de la política, se denota angustia y desesperación, enojo y depresión en quienes están al frente del Gobierno de Veracruz.
Ya lo había comentado antes, las emociones son las únicas que tienen el control en Veracruz y no hay ya para donde hacerse, los berrinches están a flor de piel.
Hace una semana al Gobernador se le ocurrió llamar "perro chihuahueño" al diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares por las críticas que éste le lanzó. Esa es la respuesta que eligió el representante de 8 millones de veracruzanos.
Luego envió una iniciativa de reforma al Código Financiero para aumentar el impuesto conocido como 2 por ciento a la nómina y su argumento es que con ese ingreso podrá acelerar el pago de deudas y subsidios; después les mandó un operativo de revisión de documentación a los hoteleros de Xalapa que le habían cobrado lo que les debe.
En el curso de la semana pasada, el senador Héctor Yunes se refirió a la corrupción en la administración pública y anunció que de ser gobernador atraparía a los peces gordos, y de todos los tamaños, que han saqueado al estado y sugirió que los funcionarios que estén en el nuevo gobierno deberían de someterse a un examen para detectar que no consuman drogas porque hay quienes se meten de todo y les llamó "metodistas" en tono de broma.
Obvio, la respuesta fue con enojo y en un nivel de pleito callejero porque el Gobernador se dio por aludido.
En un acto multitudinario, Duarte, en su calidad de primer priísta del estado, le obsequió una caña de pescar al senador Héctor Yunes quién según las crónicas sentía que ya lo estaban "destapando" como regalo de cumpleaños, pero conforme el Gober le recomendaba cómo usar la caña de pescar, la sonrisa y el ánimo se le congelaron.
El Gobernador Javier Duarte dijo: "Hoy, es el cumpleaños del senador Héctor Yunes y he escuchado y he leído en algunos medios de comunicación su afición por la pesca, así que me permito regalarle al senador Héctor Yunes esta caña de pescar para que pesque esos peces gordos que busca”.
“Le recomiendo, aquí, muy cerquita de aquí, en el Estero (o sea, en Boca del Rio, donde viven sus primos Yunes), hay unos peces gordos también muy importantes que puede pescar con esta caña”.
Y todavía más, le dijo que midiera con la misma vara a sus familiares, quienes son peores, en eso de la corrupción, que los priistas.
Resumen: el Gobernador admitió tácitamente que en la administración pública sí hay corruptos y son del PRI.
Javier Duarte se burló de Héctor quién se llevó a casa su caña de pescar.
Cuando le cayó el veinte, Héctor envió a su amigo Jorge Moreno a regresar la caña de pescar que le había regalado Duarte y luego emitió un comunicado en donde, palabras más o menos, le llama incompetente, omiso, incapaz, ocurrente, escandaloso, permisivo, burlón y....pasadito de peso al pedirle que le envíe un barco para pescar peces de gran tonelaje porque la caña sólo le sirve para charales.
Claro que su respuesta está de tal manera redactada que Hector puede afirmar que nunca le dijo tales cosas al primer priísta del Estado. Pero...las entrelineas también son fondo.
Y para colmo en esa misma reunión de la CNC, el Gobernador se pasó a traer a Pepe Yunes, quién también anda en campaña por la gubernatura.
A Pepe le recordó que como diputado federal aprobó el incremento al IVA y como senador la reforma Hacendaria.
Y todo porque Pepe expresó que antes de aumentar impuestos se debería hacer un esfuerzo desde el Gobierno para disminuir los gastos, actuar contra la corrupción y castigar a quienes han incurrido en ella para poder acabar con la impunidad.
Este pleito de vecindad no es lo único que pasa en la entidad.
Mientras el Gobernador Duarte se peleaba con sus compañeros de partido, la Junta de Gobierno de la UV hizo pública su petición al Gobernador para que le pague a la institución los más de 2 mmdp que le debe y cuya falta afecta el desempeño de la máxima casa de estudios de Veracruz.
Incluso, precisa la Junta de Gobierno que 400 de los 2 mmdp son recursos federales que el Gobierno estatal no les transfirió y que el adeudo es desde que inició el actual rectorado de Sara Ladrón de Guevara. Es decir, no están sumando lo anterior.
Hace unos días, el Gobernador quiso "ningunear" a la Rectora y negar el adeudo. Ya obtuvo una respuesta fría de la junta de notables de la UV.
Así van las cosas en Veracruz, nada más falta que los empresarios hagan marchas y protestas para rechazar el incremento del impuesto al 2 por ciento a la nómina en un momento de crisis.
Cabe mencionar que Javier Duarte justificó el incremento al impuesto con el argumento de que es para acelerar el pago de deudas y subsidios.
O sea, los empresarios pagarán más impuestos para que el Gobierno les pague lo que les debe.
Todo este enredo no tiene más explicación que: ya se gastaron o se robaron el dinero, vienen elecciones y no hay para las campañas, no han hecho nada productivo para el estado, el Gobierno está cuestionado por la federación, los planes político-electorales no están saliendo como lo planeado, a los priistas les da pavor que Miguel Ángel Yunes llegue a ser Gobernador, no quieren que Pepe o Héctor sean candidatos del PRI, no quieren competencia interna en el PRI porque los candidatos ya están cantados y/o ante el descrédito, los reclamos, los Memes, la rebeldía de los aspirantes tricolores y la molestia del empresariado no hay más que enojo y desesperación.
Sentirse acorralados les lleva a los priistas en el Gobierno a sumar error tras error y a comportarse como peleadores callejeros.
Javier Duarte ha perdido la brújula y pareciera que navega sin rumbo arrastrando a Veracruz y no puede compartir la responsabilidad con quienes le embarcaron en esta aventura.
Las emociones están desbordadas, el riesgo es el ahogamiento y ni Protección Civil puede salvarlo.