Porros, autonomía y autismo en la UV

  • Aurelio Contreras Moreno

¿Hasta dónde una institución pública de educación superior puede deslindarse de los actos y decisiones de sus estudiantes, cuando lo hacen abiertamente como integrantes de la misma?

Es una pregunta que hay que hacerle a las autoridades de la Universidad Veracruzana, que decidieron aplicar la estrategia del avestruz en el conflicto generado tras el alza unilateral y abusiva de las tarifas del transporte público en el estado de Veracruz: esconden la cabeza en la tierra, aunque el trasero quede expuesto para que le sea propinada, al menos, una patada.

Al menos eso se desprende de lo declarado por la secretaria académica de la Universidad, Leticia Rodríguez Audirac, al deslindar a la institución de las protestas estudiantiles contra el incremento en el precio del pasaje, y al mismo tiempo guardar silencio sobre la presunta manipulación de otro grupo de alumnos para “avalar”, a nombre la comunidad universitaria, el madruguete de transportistas y gobierno estatal.

Esta actitud de las autoridades universitarias se ha vuelto recurrente a partir de que tomó las riendas de la Rectoría la doctora Sara Ladrón de Guevara: no se emite ninguna declaración o postura que pueda “molestar” al gobernador Javier Duarte de Ochoa, con quien la Rectora lleva una relación tan “cordial”, que lo mismo lo fue a “recibir” de madrugada en el campus universitario la primera vez que el mandatario acudió a ejercitarse, que asiste a cuanto evento político es invitada, aunque no tenga ninguna vinculación con la Universidad o su comunidad.

Hasta cierto punto es entendible –aunque hay límites– que la nueva administración universitaria quiera llevar la fiesta en paz con el gobierno estatal, pues es su principal proveedor de recursos económicos, mismos que le fueron regateados durante el rectorado de Raúl Arias Lovillo, que como es sabido, no tenía buena relación con el gobernador Duarte de Ochoa, de quien nunca se dejó mangonear.

Tanto así, que el día del último informe de labores de Raúl Arias al frente de la UV, en pleno proceso de sucesión rectoral, un grupo de porros enmascarados tomó las instalaciones donde se llevaría a cabo el acto, obligando a un cambio de sede. Además de boicotear el último evento público del Rector saliente, la intención era descarrilar la elección de su sucesor, luego de que el favorito de palacio, Víctor Adolfo Arredondo, fue descartado por la Junta de Gobierno para contender en la última fase del proceso.

La provocación llevaba todo el sello de la casa de quienes años antes tenían como rehén a la Universidad y que ahora son altos funcionarios públicos con aspiraciones desproporcionadas. La asonada porril fue desactivada cuando la Junta de Gobierno se pronunció en favor de Sara Ladrón de Guevara para asumir la Rectoría universitaria, decisión que en ese momento fue aplaudida de forma unánime por la sociedad veracruzana.

Sara Ladrón de Guevara tiene pues una responsabilidad histórica, moral y política enorme. Es su deber defender a toda costa, a cualquier precio, la autonomía de la Universidad Veracruzana, que va más allá de la sola libertad de cátedra. Tiene que impedir por todas las vías que los grupos porriles que antaño asolaban a la UV vuelvan a sentar sus reales en la institución a cambio de operar como grupos de choque del gobierno. Y no es deslindándose de todo como se va a defender a la Universidad.

La responsabilidad y tutela de la Universidad Veracruzana para con su comunidad va más allá de la mera expedición de credenciales. Se trata de una formadora de profesionales, de una generadora de ideas, de una desarrolladora de ciencia. De ninguna manera puede permanecer ajena a los problemas de su entorno, y menos aún si involucran a sus estudiantes.

El autismo no puede ser la vía. Aunque se enojen enfrente.

Email: [email protected]

Twitter: @yeyocontreras

Anteriores

Aurelio Contreras Moreno

Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Inició su carrera en el periodismo como reportero gráfico en el Diario “Cambio”, en 1995, en la ciudad de Puebla, siendo aún estudiante.

Fue Subdirector fundador de Diario “AZ Veracruz” y Subdirector de Información en Diario “AZ Xalapa”.

Entre 2005 y 2006 participa en el proyecto periodístico colectivo “Horas Extra”, el primer periódico gratuito que se publicó en el estado de Veracruz, y del cual fue uno de los fundadores e integrante del Consejo de Redacción.

De 2006 a 2014 fue Director Editorial de Grupo Líder, que edita la revista Líder en los estados de Veracruz y Puebla.

Actualmente es colaborador de la revista etcétera, del noticiario radiofónico “Infórmese” de  EXA FM en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, y autor de la columna “Rúbrica”, que se publica en diferentes medios de comunicación, impresos y digitales.