Playas de Veracruz, a reventar

Raymundo León / Diario de Xalapa

Playa Villa Rica (Actopan), Veracruz.- Esta playa ubicada en el centro de Veracruz sigue siendo una de las más visitadas por turistas del Estado y del resto del país. Cientos de personas disfrutaron de una muy agradable temperatura ayer y ni el mar un tanto picado ni los barruntos de tormenta los hicieron salir de las cálidas aguas.

Para los turistas nada importaba más que tomarse una cerveza bien fría, degustar un mango con sal y chile, comerse un elote asado o tirarse al sol y olvidarse de los problemas del mundo, o cuando menos del trabajo.

Según habitantes de esta playa, los turistas comenzaron a llegar desde muy temprano, desde las 8 de la mañana. "Unos llegaron e inmediatamente corrieron hacia el mar, como si nunca lo hubieran visto. Unos muchachos nos asustaron porque se alocaron mucho al contacto con el agua, después supimos que son del Distrito Federal y que no habían visitado la playa desde hace meses", dijeron.

Poco a poco la playa se fue llenando de hombres, mujeres y niños dispuestos a disfrutar de un día de playa y sol. Algunos llegaron hasta con los perros y estacionaron sus automóviles justo frente a la puerta de la pequeña capilla que tiene esta localidad, donde -se sabe- el sacerdote se molesta que lo hagan los turistas.

Toda la mañana y toda la tarde fue un día de ir y venir de hombres y mujeres luciendo sus mejores bermudas, trajes de baño, sus bikinis sin importar que ajustaran bien a las carnes o no. Lo importante era sentirse cómodos y tratar de adquirir el mejor bronceado a la veracruzana. Y como para que los turistas no olvidaran que disfrutan de la playa en plena Semana Santa, dos hombres bien vestidos y con corbata, pastores de alguna iglesia, a la entrada de la playa repartían generosamente cuadernillos con la palabra de Dios y el mensaje dejado por Jesús en la Tierra. Curiosos se les acercaban y los dos hombres aprovechaban esos escasos segundos para predicar, para decirles que está bien "divertirse y disfrutar del mar y el sol, pero que no es conveniente olvidarse de Dios y su hijo Jesús que hacen posible disfrutar de estos días".

No faltaron quienes llegaron a la playa hasta con el perro. ¡Cómo olvidarlo si es parte de la familia! Quienes prefirieron dar un paseo en banana tuvieron que perderle el cariño a 50 pesos por un paseo de 10 minutos frente a la costa y con riesgo de que la banana se volteara, pero eso sí, cada quien con su chaleco salvavidas.

La playa, para muchos, se ha convertido desde este viernes en una katarsis: correr, jugar, elevar cometas, brincar o tirarse como ballenato varado a la orilla de la playa es una especie de ejercicio para la liberación del estrés.

Se advirtió que a la hora de la comida muchos bajaron de sus vehículos sus itacates. No faltó el lugareño que se acercó a varios y les dijo que la playa Villa Rica estaba habitada en la antigüedad por totonacos dominados por los nahuas y que la palabra "itacate" procede del náhuatl "itacatl" que significa mochila, vientre y por esa lección etimológica solicitaba "una monedita para el refresco". Otros prefirieron dirigirse a los modestos restaurantes en donde comieron la tradicional comida veracruzana y hasta bailaron con música en vivo contratada especialmente para los visitantes. En los puestos informales de comida se ofrecían órdenes de cinco tacos a 40 pesos o un kilo de carne de cochino surtida en 160 pesos acompañada de salsas, cebolla, cilantro y otros ingredientes.

Entre los restauranteros está Gilberto Martínez Castellanos, quien es a la vez subagente municipal de playa Villa Rica. "Nosotros esperamos que mañana sábado y el domingo venga más gente. La llegada de ellos nos beneficia. Aunque han llegado muchos nos gustaría que vinieran más y por ello hemos solicitado al alcalde que ponga señalización para que la gente sepa que aquí hay playa", dijo.

Este sábado y domingo, muchos de los paseantes expresaron que regresarán a esta playa e incluso algunos pernoctarán en ella, en las tiendas de campaña que han cargado en sus autos ex profeso. Otros, este viernes, aún buscaban un hotel, un cuarto en donde dormir para disfrutar de la playa mañana nuevamente.