Falleció Doña Alicia Ávila de Fernández

Raúl Rizo / Diario de Xalapa

Xalapa, Veracruz.- Ayer, en la madrugada, murió doña Alicia Ávila Camacho viuda de Fernández, cuyo altruismo y fomento a las artes marcaron toda una etapa en el estado de Veracruz.

Nacida en Coyoacán, en la ciudad de México, un 30 de noviembre, fue hija del general Maximino Ávila Camacho y sobrina del que fuera presidente de la república, don Manuel Ávila Camacho.

Por su matrimonio, en 1940, con el coatepecano Justo Félix Fernández López pasó a residir a nuestra ciudad, a la que amó y en la que ha dejado imborrables huellas perennes.

Doña Alicia residió en la calle de Revolución, en la que fuera casa de la familia Fernández y posteriormente y hasta su fallecimiento en la hacienda de Las Ánimas, donde crecieron sus hijos Justo, Maximino, Manuel, Alejandro, Carlos Rodrigo y Maximino Alejandro.

* Su obra

Aunque principalmente se le recuerda por dos grandes aportaciones: la fundación de la Casa Hogar del Niño Xalapeño y sus actividades en la asociación cultural "Adopte una Obra de Arte", su labor se remonta a la construcción de la capilla de Nuestra Señora del Carmen, en la hacienda de Las Ánimas en 1950, joya arquitectónica y símbolo de toda esa zona de nuestra ciudad. Fue patrocinadora y benefactora del Centro de Desarrollo Artístico Integral (CEDAI) así como de la Escuela Industrial "Concepción Quirós Pérez". También se le debe la construcción de la escuela primaria Las Ánimas para hijos de los trabajadores en 1948. Desde ese año y durante un largo período de tiempo pagó de su peculio desayunos escolares a todos los niños de la escuela Las Ánimas, así como subsidios para dar a los alumnos útiles escolares.

Cabe resaltar que dotada de una sencillez y modestia notables nunca quiso que estas obras se hicieran públicas y no le agradaba que se las mencionaran. Pero un hecho que por inédito hay que citar es que en 1958, durante la gira del candidato presidencial, la señora Ávila de Fernández le mostró a doña Eva Sámano de López Mateos la labor que realizaba al dotar de desayunos escolares a más de cien hijos de trabajadores, ejemplo que sirvió de inspiración para los desayunos escolares que desde esa época fueron otorgados a la niñez de todo el país. Igualmente, encabezó por más de veinte años la coordinación de la Cruz Roja en las empresas de su esposo con un grupo de amigas, contribuyendo notablemente al patrimonio de esa gran institución.

Pero sería su papel de benefactora principal de la Casa Hogar del Niño Xalapeño, desde el año de 1977 hasta que su enfermedad le impidió continuar trabajando a finales del año pasado, lo que le concedería el reconocimiento de los que la conocieron gracias a su entrega y desprendimiento. Hoy no sólo los niños, sino los que fueron habitantes de la Casa Hogar y ahora son profesionistas en un número cercano a los 500 lamentan su pérdida.

Otro papel de relevancia que desempeñó con singular pasión fue la presidencia del Consejo Regional de Veracruz de "Adopte una Obra de Arte" durante más de veinte años. Bajo su dirección se realizaron múltiples obras de rescate y conservación de nuestro patrimonio cultural como lo son el Callejón de Jesús te Ampare, el Monumento a la Madre, la propia iglesia de Las Ánimas, la colonial iglesia de Chiltoyac, las pinturas de la pequeña iglesia de Santiaguito, y tal vez una de las más relevantes: la restauración de pinturas y del Paraninfo del Colegio Preparatorio de Xalapa, obra monumental, por no hablar de otra aportación de gran envergadura: el rescate que inició en 2010 de la iglesia de San Antonio Limón, en Totalco, obra de arte cuyo estado físico era lamentable, hasta que la señora Fernández, con tesón y diligencia, no solo la restauró, sino que obtuvo del Gobierno del Estado tres hectáreas donde se construyó un salón de recepciones así como consultorios médicos y diversos locales comerciales para beneficio de esa apartada comunidad veracruzana en un proyecto no solo artístico, sino con un trasfondo económico social de gran importancia.

Ya en el atardecer de su vida, en 2012, todavía tuvo energías para patrocinar y donar a la ciudad de Xalapa el hermoso mural del Xalapa Antiguo a la entrada del fraccionamiento de Las Ánimas.

Hoy ante su ausencia, la sociedad xalapeña hace suyas las palabras que expresaron los pequeños habitantes de la Casa Hogar del Niño Xalapeño: "Damos las gracias a aquella que, durante tantos años, nos dio su ejemplo, su aprecio y el cariño que sólo puede proporcionar un hogar".