Cuitláhuac ignoto

  • Manolo Victorio
  1. Golpe de escritorio.

El gobernador veracruzano, aterciopelado en las formas, discretísimo en el fondo, políticamente correcto, parco en la narrativa espontánea, atropellado en conferencias sin telepronter ni tarjetas informativas, parece que se ha decidido por la confrontación directa, sin ambages.

Al actual inquilino de Palacio de Gobierno se le imbuyeron los espíritus de Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines, que gobernaron México de 1946 a 1958, como citó el presidente Andrés Manuel López Obrador el miércoles 17 de marzo en Palacio Nacional, donde ambos se tomaron una foto, justo debajo de los cuadros de los expresidentes veracruzanos.

Apenas pasó el jolgorio en el sureste por la pasada visita presidencial, cuando el gobernador Cuitláhuac García Jiménez ha dado manotazo en el escritorio que alguna vez usó Heriberto Jara Corona.

“Hay tiro” dicen los comentaristas televisivos cuando suena la campana en el primer asalto en las sesiones sabatinas de box.

“Hay tiro” exclamó el selecto grupo de reporteros que logran traspasar cada lunes las imponentes puertas de fierro fundido que resguardan Palacio de Gobierno, franqueándoles la entrada a la conferencia de los lunes.

A la firma del acuerdo “Veracruz por la democracia 2021”, convocado por Cuitláhuac García, no asistieron -off course- los dirigentes estatales de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Sergio Cadena Martínez, Revolucionario Institucional (PRI), Marlon Ramírez Marín y de  Acción Nacional (PAN), Joaquín Guzmán Avilés,  Podemos, Francisco Garrido Sánchez,  Movimiento Ciudadano, Sergio Gil Rullán  y Todos por Veracruz, Héctor Yunes Landa, perdón, Jesús Vásquez González, se firmó el acuerdo.

En la impronta pareciera que la firma se convocó de ultima hora, para cubrir el requisito de la gobernabilidad, tarea indispensable e irrenunciable para los tres poderes cuyos depositarios firmaron el documento institucional, debido a que la lógica indica que el proceso electoral del domingo 6 de junio, donde se elegirán mil 104 cargos de elección popular, no requiere más que el respeto y apego marco legal vigente, tanto para electores como para elegibles. Ni más ni menos.

Acudieron, como era previsible, ocho abajo firmantes de los 14 partidos con presencia en Veracruz, la mayoría de estos de reciente confección y aliados a Morena, para firmar el acuerdo cuya representación tuvo el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, Burgos.

El pacto, que no el parto de los montes, señaló Cuitláhuac García Jiménez, busca generar las condiciones durante el proceso electoral local de este año, incluidas las condiciones de seguridad necesarias a los candidatos participantes en el proceso electoral y que los partidos políticos vigilen el proceso de selección de sus candidatos para que “pasen el filtro” de probidad, honorabilidad y honradez.

No fue un llamado a misa, por citar la frase común, fue también una demostración de las nuevas habilidades de esgrimista del gobernador morenista, que fue directo al uppercut para marcar el alcance de los golpes dirigidos a la trinca infernal de “Va por Veracruz”.

Luego de la caravana y la genuflexión implícita en lo cortés no quita lo valiente, Cuitláhuac García Jiménez lanzó la carga contenida una semana.

Dijo que será respetuoso de la decisión de los líderes de partidos políticos en el estado que no firmen el acuerdo, ya que es como el llamado a misa o a comer, se trata de un tema voluntario.

“Tengo que ser respetuoso de su decisión, no puedo caer en el juego de decirles a los que sí reprimieron tanto como el ex gobernador, mi antecesor, en la época de Salinas de Gortari porque era señalado de represión, cuando era Secretario de Gobierno; en esas fechas el PRD perdió a más de 500 militantes, en ese régimen represor reprimieron a más de 500 integrantes del PRD”, remachó con destinatario teledirigido.

Refrescó la flaca memoria de los amarillos, sobreexpuestos mediáticamente debido a la detención de Rogelio Franco Castán, al decir que le causa extrañeza que el PRD se olvide de eso pues dijo que pareciera que los actuales dirigentes de partidos “no tienen memoria” de los asesinatos que han ocurrido en pasadas administraciones por motivos políticos.

Hay tiro, dicen en La Huaca, la democracia a la veracruzana, inaugurada este lunes por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, está basada en el principio de quien tenga oídos que oiga.

Así, o que les sirvan un huevo estrellado encima de una camita de arroz, les habrían dicho a los tres alegres compadres.

 

  1. Tríada insurrecta.

A la hora de la firma del pacto, Marlon Ramírez Marín, dirigente estatal del PRI, orondo, vestido camisa de lino blanco, pantalón azul de vestir y zapatos ilustradísimos, sentado en una mesa del Gran Café La Parroquia, a orillas del Malecón del Paseo, decía al reportero: “no nos vamos a sentar, nunca”.

Ya se había redactado un documento de la triple alianza, lanzado una vez que en Palacio de Gobierno se firmó el documento “Veracruz por la democracia 2021”.

Previamente, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés (PAN), Marlon Ramírez Marín (PRI) y el perredista Sergio Cadena Martínez, informaron que no firmarían este acuerdo porque en Veracruz habita un gobierno “represor” que se vale de la mayoría que tiene en el Congreso del estado para “someter a quienes no piensan igual”.

El revés de los tres opositores, como era previsible, se basó en que “esta propuesta se presenta 75 días de la jornada electoral cuando Veracruz ha tenido que enfrentar dos años de un Gobierno soberbio, represor, a cargo de un partido que amplía, mediante su mayoría en el Congreso del Estado, los mecanismos para someter a quienes no pensamos igual y nos oponemos a las malas decisiones de este Gobierno”.

Ya entrados en gastos, acusaron que Morena, el partido en el poder, firmó un documento a través del Gobierno del Estado, un acuerdo innecesario porque los preceptos ya se encuentran establecidos en las leyes federales y estatales.

Es un pacto, acuerdo, mamotreto, sostiene la tríada rebelde, “en un marco de crisis sin precedentes en la historia de Veracruz en donde los únicos números altos son los del desempleo, la inseguridad y el desinterés por la salud de los veracruzanos”.

En aras de salvar un proceso oneroso para los veracruzanos, estimado en los mil 400 millones de pesos, sería bueno que, en la selección de candidatas y candidatos a estos mil 104 puestos de elección popular, usen el filtro de probidad, honorabilidad y honradez.

No vaya a ser que vean visiones si salen de noche.

Los tres alegres compadres saben la máxima juarista esgrimida por la 4T: para los amigos, justicia y gracia; para los enemigos, la ley a secas.

Hay tiro.

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