Salud: el errático aprendizaje

  • Roberto Rock
Señales de alerta surgen en torno a escasez de medicamentos y vacunas, contra el discurso oficial

El sistema nacional de salud encabeza los espacios públicos mayormente sometidos a improvisación en los casi nueve meses del gobierno López Obrador. Se han cometido enormes errores, que ya generan explosividad en diversas áreas.

Señales de alerta surgen en torno a escasez de medicamentos y vacunas, contra el discurso oficial. Falla incluso el abasto de vacunas contra sarampión, en plena alerta mundial por nuevos brotes. El experimento de un nuevo sistema para compra de medicamentos y la licitación independiente a distribuidores generó caos tanto dentro del gobierno y en la provisión hacia los estados como en la participación de empresas privadas. Abundan señales confusas que atraen incertidumbre sobre las pretensiones de la Cuarta Transformación para federalizar los sistemas estatales de salud; la inminente aprobación del Instituto Nacional de Bienestar (INB) que sustituirá al Seguro Popular, o los mecanismos de aprobación de medicamentos, que corre a cargo de Cofepris, cuyos mandos recorren una larga curva de aprendizaje.

Tras la ansiedad ocasionada por la novatez de secretario de Salud, Jorge Alcocer, y el cambio de mandos en el IMSS (que carga con 50% de todo el sistema), con la apresurada llegada de Zoé Robledo, los principales actores del sector abrigan la esperanza de que se haya acumulado un volumen tal de experiencia que permita empezar a hacer las cosas mejor.

Si esto es así, aquí hay cinco bombas que urge desactivar:

            1.- Menos dinero, mal gastado. El presupuesto federal en salud para 2019 es de 597 mil millones de pesos (mdp), por debajo de 2018 (0.5%) y de 2017 (0.81%). Cada vez se gasta más en suelos y prestaciones (y pese a ello, faltan médicos y enfermeras en todo el país) y menos en infraestructura y en medicamentos, como proporción del total. 

2.- Urge mayor presupuesto. El consenso de los expertos y de amplios sectores del gobierno y del Congreso es que se dote al sector con un punto más del PIB (cerca de 200 mil mdp), pero para eso se precisan mayores ingresos fiscales. Diputados como los morenistas Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Presupuesto, y Miroslava Sánchez, que encabeza la de Salud, aceptan no crear nuevos impuestos (camisa de fuerza adoptada por López Obrador) pero sí elevar aquellos especiales (IEPS) que se aplican a cigarrillos y bebidas azucaradas, y destinar al menos parte del dinero recaudado a atender las enfermedades que esos productos causan, como obesidad, hipertensión y cáncer. El poderoso cabildeo de las industrias respectivas  apuesta a frenar esa propuesta.

3.- Revisar el acuerdo para federalizar todo el sector. El 15 de diciembre, en Mérida, López Obrador firmó junto con ocho gobernadores un acuerdo que, sin sustento legal, prevé la transferencia a la Federación de todas las instalaciones y recursos financieros que los estados estén disponiendo para la salud. Se programó que, cada seis meses, otros ocho estados se incorporarían a este acuerdo. El proyecto se estancó desde el primer momento y no ha traído a los sistemas estatales firmantes un solo peso más o una caja de medicamentos adicional. Mientras que para estados del sur-sureste esta iniciativa sería una salvación, si entra en vigencia,  en el centro y del norte de la República (e incluso en Yucatán, con mayor solidez económica), la intromisión federal atraería una crisis constitucional y enfrentaría a Palacio Nacional con los estados el resto del sexenio.

4.- Tras la fallida licitación de medicinas y distribución de las mismas que inició en abril, lo importante está por venir: las compras consolidadas de medicamento por cerca de 70 mil mdp para 2020, lo que traerá nuevas reglas del juego para múltiples actores y establecer criterios, por ejemplo, para la asignación de recursos, económicos y en especie, hacia las dependencias federales y los estados.

5.- Del Instituto Nacional del Bienestar dependerá la salud de decenas de millones de mexicanos ubicados en las franjas más vulnerables. Hay señales de ajustes pertinentes sobre lo que se hizo al inicio de año. Pero un nuevo ciclo de experimentaciones y ocurrencias puede ser, literalmente, mortal. ([email protected]).

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Roberto Rock

Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Fue Subdirector Editorial de El Universal y Director Editorial General de El Gráfico y de El Universal.  Actualmente, es vicepresidente de la Comisión Contra la Impunidad de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).