Por Yadira Hidalgo González

Muchas mujeres han tenido que morir violentamente para que el Feminicidio sea un tema que se discuta en la agenda pública. Este fin de semana marchamos por Mara; pero en nuestra memoria colectiva también estuvieron presentes muchos otros nombres o casos que nos remiten al asesinato de una mujer en este país, en este estado, en esta ciudad de Xalapa.

Vamos a repetirlo de nuevo: En México son asesinadas 7 mujeres diariamente, en Veracruz, según datos de la Universidad Veracruzana, de enero a agosto de 2017, 169 mujeres han perdido la vida violentamente, muchas veces a manos de quienes dijeron amarlas. Y esto, más que un simple recuento de cifras, es el trabajo que nos ha permitido argumentar lo que venimos diciendo desde hace muchos años: en Veracruz tenemos un grave problema de feminicidio.

La violencia contra las mujeres es un problema que está inserto en la estructura social. El machismo y la misoginia, aunada al poco interés que suscita el tema y la situación de las mujeres, alienta las agresiones muchas de ellas obscenas, groseras, despiadadas. Algunas a través de golpes, agresión sexual, amenazas; otras utilizando la tecnología de las redes sociales y los medios de comunicación que fomentan la burla, el descrédito hacia el ¡Ya basta! de las mujeres de este país, en el que nos están matando. 

Una de las formas más visibles de la violencia es la revictimización. Nunca falta quien aludiendo a la libertad de expresión, emite opiniones soeces sobre las víctimas para terminar culpabilizándolas por su situación. Es importante no hacer eco de estas expresiones pues no forman parte de la libertad de expresión, sino que son discursos de odio que no deberían pulular como si nada en las redes y los medios, pues fortalecen y legitiman la violencia a través del lenguaje.

En México, se mata porque se puede y porque hay garantía de impunidad. En el caos de violencia de todo tipo que vivimos actualmente en el país y en el estado, las mujeres son botín de guerra, moneda de cambio, objeto de uso y desecho. Por eso es urgente buscar estrategias efectivas para parar esta masacre. Mucho más urgente que discutir quién va adelante, en medio o atrás en una marcha o lamentarse porque algunos casos de feminicidio atraen más la atención mediática que otros. En este país están matando a las mujeres y parar eso es lo verdaderamente urgente, no nos distraigamos con los obstáculos que encontremos en el camino.

El asesinato de Mara Castilla ha puesto en la conciencia de muchas personas la reflexión sobre lo que cada quién puede hacer para evitar los feminicidios y la violencia contra las mujeres. Nunca como antes, por ejemplo, se había visto a tantos varones manifestarse contra la violencia de género. Eso, aunque valorado de diferentes formas desde diversas posturas feministas, ha sido emergente y positivo.

Porque parar los feminicidios no es asunto sólo de mujeres, los hombres tienen una gran responsabilidad pues quienes cometen este delito, son varones. Y no se trata de dividir o de culpabilizar, se trata de asumir responsabilidades para evitar que estas atrocidades sigan sucediendo, tal como lo expresó la madre de Mara durante la marcha de este domingo:

"Puede ser la hija de cualquiera de ustedes. Sólo necesitas ser mujer para poder ser lastimada. Ojalá que con la partida de mi hija Mara, se pueda dar un gran paso para que esta situación se termine. Ni una más. Que mi hija Mara sea la última", dijo.