Resurge teatro independiente

  • Jorge A. González
Nos atrevemos a decir que el teatro local en el puerto de Veracruz está más vivo que nunca.

La estructura municipal y estatal en el estado de Veracruz se ha olvidado del teatro local en todas sus aristas: apoyos que van desde los espacios, difusión, capacitación y actualización.

En el ámbito municipal no está muy claro y concreto lo que estipula la Ley Orgánica del Municipio Libre sobre la obligatoriedad de los ayuntamientos  con la comunidad cultural, pero en la ley con la que se creó el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC), la responsabilidad es clara y total.

Si hablamos de los municipios de Veracruz y Boca del Río, a simple vista, a simple oído, pareciera que no existe esta manifestación de las artes escénicas; podríamos afirmar que casi es una percepción generalizada.

Y me refiero al teatro local, al que se hace en Veracruz: textos, actores y espacios públicos; porque teatro comercial foráneo siempre ha existido desde hace muchos años.

De la ciudad capital Xalapa no tenemos queja, hay toda una tradición teatral de muchos años, sobre todo porque hay una facultad de teatro y un importante sector interesado en las manifestaciones artístico-cultural.

Se ha esquematizado a Veracruz-Boca del Río como sitios turísticos de música, playa y sol, no obstante si levantamos una piedra encontraremos actores, directores, colectivos y grupos enteros dedicados al teatro de manera muy comprometida.

De alguna forma, la literatura y el teatro han sido como “las muñecas feas” de las políticas culturales, reciben más impulso las exposiciones plásticas, conciertos y la danza.

La publicación de un libro y el montaje de una obra requieren mucho más que un cartel y una palmada de buena suerte para emprenden proyectos en estas disciplinas.

Veracruz es uno de los municipios que tiene una importante actividad teatral, pero se ha manifestado de una manera distinta, como parte de la falta de apoyo de las autoridades de los distintos ámbitos.

Nos atrevemos a decir que el teatro local en el puerto de Veracruz está más vivo que nunca, lo relevante aquí es que ha resurgido de manera autónoma buscando sus propios caminos y alejándose más de la parte subsidiaria.

De repente estos actores, directores y grupos teatrales –no sabemos si por hartazgo ante el abandono o por convicción- decidieron caminar y avanzar sin la mano del paternalismo institucional.

Quizá la actitud de estos artistas tiene que ver con los sueños y deseos de hacer teatro, lo que les gusta y aman a pesar de sus carencias. Entonces decidieron apostar por el teatro independiente, poniendo de sus bolsillos y enfrentándose al mostro de las compañías teatrales que vienen de la ciudad de México con artistas de televisión.

Para una persona que se dedica al teatro local nada es fácil, y no me refiero a la parte profesional, ahí quizá tendríamos que recurrir a un experto para ver si lo que se presenta es bueno o de mala calidad, nuestra observación va en otro sentido.

Aquí estamos hablando de lo que implica hacer teatro: disposición, tiempo, espacio, vestuario, escenografía, publicidad, boletaje, luces, audio, ensayos, maquillaje, entre otros.

Todo eso implica inversión de recursos que muchas veces no se recupera por dos razones: una es la parte publicitara, no se tiene acceso a la televisión, radio, espectaculares y, lonas; sin duda lo más económico y efectivo son las redes sociales.

La otra responde a que, las obras de teatro comercial traen elencos conformados por actores de televisión famosos, y aunque las historias no sean del todo interesantes y las actuaciones extraordinarias, el gancho siempre serán los personajes que el público ve en sus casas a través del televisor. El hecho teatral deja de tomar importancia para concentrarse en la simple admiración de los “talentos de televisión”.

Al ver que los teatros municipales no siempre están disponibles para quienes hacen teatro local, y ante la desventaja de las grandes producciones foráneas, el teatro en Veracruz-Boca del Río ha tomado un comportamiento difícil pero favorable, aún más, admirable.

Han surgido una gran variedad de espacios independientes, la mayoría pequeños y con capacidad que va de 100 a 60 personas por función.

Creemos que este sector se cansó de esperar y tomó las riendas para hacer algo por ellos mismos, y entonces habilitaron espacios para recibir a los amantes del teatro -que sí los hay en Veracruz- y comenzaron a darle curso a sus textos, actores y producciones sencillas pero con miras a un teatro de calidad.

Así surgen sitios como la Casona del Teatro, Dragón Rojo, Yabeberí, Tinglado Compañía Teatral, Foro 99 y el recién abierto Foro Emergencia; todos impulsados por gente que hace teatro y que presentan sus trabajos con importante aceptación.

En su momento estuvo de moda Micro Teatro, este concepto español de obras cortas presentadas simultáneamente en pequeños espacio, pero que ha hecho una pausa y se perfila para reabrir sus puertas.

De esta manera surge un abanico de posibilidades y alternativas para disfrutar del teatro en las ciudades de Veracruz y Boca del Río. El resto está en llegar a más públicos. 

Si tan solo estos sitios contaran con un espacio en radio, televisión, diarios y el impulso del aparato municipal y estatal, no dudamos que se crearía una cultura del teatro entre la población y al mismo tiempo se aprendería a valorar el trabajo, esfuerzo y creatividad de la comunidad teatral en ambos municipios.

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