Bermúdez: la Comisión de la Verdad, cómplice

  • Mussio Cárdenas Arellano
Se resisten a fincarle desaparición forzada. Se irritan los colectivos.

Bermúdez, el falso general, está de plácemes. Lo encumbró Javier Duarte hasta alcanzar rango de capo, el zar de la violencia. Y hoy lo ayuda la Comisión de la Verdad del Congreso de Veracruz a burlar la ley y librar la desaparición forzada.

Goza en prisión del manto de la impunidad, sólo acusado por delitos vinculados a su riqueza inexplicable, al otorgamiento de contratos a familiares y socios, al peculado y de usar su cargo, secretario de Seguridad Pública del duartismo, para atropellar la ley.

Por delitos menores se le juzga al general de cero estrellas, el número dos de Javier Duarte, sin carrera policíaca o militar, el que hizo de la violencia un negocio, vendiendo seguridad privada vía empresas diseminadas a lo largo de Veracruz, dejando operar a la delincuencia, implicada su policía en lo ilegal, el levantón, la entrega de las víctimas al crimen organizado, la tortura y el asesinato.

Pero de la desaparición forzada, nada, intocado e intocable Arturo Bermúdez Zurita por el gobierno yunista y por el Congreso de Veracruz, por su Comisión de la Verdad que actúa como Comisión de Impunidad.

Teóricamente la mentada comisión es una panacea. Es la palanca para hallar a los desaparecidos, para apretar a la Fiscalía General, para atesorar información que lleve al esclarecimiento de cada vida perdida o para encontrar la verdad.

Lo suyo no es investigar ni juzgar. No busca en la tierra ni escarba en el pantano. No atesora croquis ni mapas para ubicar fosas clandestinas. No acompaña a los colectivos en su lucha contra las bestias que cazan humanos ni explica cómo y por qué Veracruz se convirtió en el fosario del que habla el padre Alejandro Solalinde en una mezcla de ira y dolor, quién lo ideó, quién se implicó y a cambio de cuánto se llegó a ese nivel de complicidad.

Su fuerza está en el peso moral. Su esencia es conocer los alcances de cada actor público en la debacle de la violencia que llevó al fenómeno de la desaparición, qué grado de responsabilidad tuvo el gobierno de Javier Duarte y los orígenes del conflicto desde los días de la fidelidad, cuándo las policías pasaron de cómplices pasivos a sicarios que arrancan vidas.

Es instrumento que busca acreditar a partir de evidencia directa, documentación oficial, testimonios directos, con un diagnóstico claro, el por qué de la desaparición de personas en Veracruz. Más o menos como si no se supiera que la raíz es la corrupción. Y que quienes ejercieron el poder actuaron como lo que son: delincuentes con nombre y con rostro.

Vigilaría la Comisión de la Verdad a la Fiscalía General, lo que hace y lo que no. Y ahí vería —como lo sabe— que los hallazgos de cuerpos y más cuerpos obedecen al empeño de los colectivos, a la búsqueda de familiares, aprendiendo a hurgar en la tierra, a no violentar el proceso legal, a no alterar la evidencia.

Su función es dar seguimiento a la acción judicial, a los expedientes de los desaparecidos, a la actualización del marco legal, generar presupuestos para la búsqueda de víctimas, contar con áreas especializadas para el análisis de muestras de ADN que permitan identificar el origen de los restos hallados.

Sí. Mucho verbo, cero resultados.

Sin recursos, sin dinero, hacen más los colectivos que el gobierno de Veracruz. Ellos y ellas en Colinas de Santa Fe y en otros cementerios clandestinos, exhibiendo la complicidad oficial desde los días en que Luis Ángel Bravo Contreras era fiscal y obstruía su labor, negaba acceso a la prensa, prohibía usar teléfono celular con la argucia de que se violaba el debido proceso.

Van 253 cráneos hallados en Colinas de Santa Fe, a un costado del fraccionamiento habitacional cercano a la zona portuaria de Veracruz, y más de 17 mil restos óseos. Y es hallazgo de los colectivos, no de la autoridad.

Van hallando la verdad los del Solecito Veracruz y otros 11 colectivos más, mientras la Comisión de la Verdad del Congreso estatal se pierde en el laberinto de la información, el rollo legislativo, la elaboración de la Ley de Víctimas que si nace “sin uñas y sin dientes”, diría Lucy Díaz Henao, a nadie le va a servir.

Febrero fue un mes para medir a la Comisión de la Verdad. Dialogó con los colectivos y recibió evidencia de las andanzas del “general” Bermúdez, la acción policíaca a favor del crimen organizado, la complicidad, la vinculación de un régimen criminal con la delincuencia formal.

Mes y medio después Bermúdez ríe. Goza con ser reo VIP en Pacho Viejo, el penal que pronto será gobierno alterno —Flavino Ríos fue gobernador, Bermúdez secretario de Seguridad, Mauricio Audirac titular de Finanzas—, tratado con pinzas por el yunismo, como si el pacto fuera —o es— acusar por enriquecimiento y abuso de autoridad, y nada más. Como si el acuerdo fuera no entrar en los vericuetos de la desaparición forzada y en los delitos lesa humanidad.

Solecito Veracruz se indigna y tiene por qué: por la inacción, por el disimulo, por la indiferencia de la Comisión de Verdad.

Desde febrero pasado, el colectivo Solecito Veracruz aportó elementos, expedientes, evidencia a diputados locales que condensan la actuación de Bermúdez y su policía en crímenes y desapariciones. Y nada ocurre.

Lo reseña el periodista Miguel León Carmona, del portal e-consulta, al recoger la denuncia de Lucía de los Ángeles Días Henao, vocera de Solecito Veracruz:

“Yo creí que esa era la intención de la Comisión de la Verdad, como en otros países. Yo mandé casos que tenemos denunciados ante la CNDH y no he visto acciones. Yo pensaba que por ahí estaría el asunto, pues evidentemente hay evidencias y bastantes indicios para iniciar un proceso por desaparición forzada”.

Lucy Díaz es madre de Guillermo Lagunes Díaz, un DJ del puerto de Veracruz, quien desapareciera en junio de 2013.

“Según marca el Código Nacional de Procedimientos Penales (CNPP) —agrega Miguel León—, los cinco diputados integrantes de la Comisión de la Verdad estuvieron obligados a denunciar dicha solicitud de las familias de desaparecidos ante el ministerio público y en caso de urgencia ante cualquier agente de la policía. Sin embargo tampoco sucedió.

“En una reunión en el palacio legislativo veracruzano, integrantes de 13 colectivos de desaparecidos, sostuvieron este miércoles una reunión a puerta cerrada con los diputados que conforman la Comisión de la Verdad. Allí, los agraviados reprobaron que dicho organismo no ha puesto en marcha actividades sustanciales”. ¿Acaso una farsa?

Su dolor es infinito. Su angustia se acrecienta por la impunidad de los llevaron a Veracruz a la violencia total.

Su queja se vuelve denuncia, ira y dolor, motivada por la exigencia de que Bermúdez y el ex fiscal Luis Ángel Bravo Contreras paguen por los desaparecidos a menos del aparato policíaco y por la omisión, por la obstrucción de la justicia, por las pruebas de ADN extraviadas con dolo.

120 días después, en 120 días de yunismo, la burla duele. Lucy Díaz cuestiona: se tienen recursos, elementos, despliegue para ir por el ex secretario de Finanzas del duartismo y el titular del ORFIS en la fidelidad, Mauricio Audirac Murillo, y no para hallar los cuerpos de los desaparecidos, las víctimas de un gobierno criminal.

Hay delitos lesa humanidad. Hay tortura, hay desaparición. Extravían perfiles genéticos de ADN. Hay obstrucción de la justicia pues sabiendo de las fosas clandestinas, callaron; de las inhumaciones ilegales en panteones municipales. Y no hay una acción legal para que sean enjuiciados.

“Vivimos en un afán incansable, en una carrera que no termina, pero no la vamos a dejar porque son nuestros hijos y los amamos. Desafortunadamente nos vamos siempre con las manos vacías, pero hoy nueve colectivos coincidimos en exigencias y veremos si los gobiernos reaccionan”, agrega.

Mes y medio ha tenido la Comisión de la Verdad la evidencia contra Bermúdez y no actúa. No presiona a la Fiscalía General. Pudiendo acreditar desaparición forzada y que se le juzgue por su responsabilidad, le allana el camino a la libertad, sin que se le imputen los crímenes que cimbraron a Veracruz.

No desmaya Lucy Díaz, ni las madres que buscan en la tierra, que encuentran fosas y más fosas, que sin recursos prosiguen en la ingrata misión de hallar a las víctimas y darles un final con dignidad.

Con ellas está Veracruz, los que se conmueven por su dolor, los que se irritan porque un fosario así, un cementerio clandestino así, con migrantes y mujeres, jóvenes y ancianos, buenos hasta que no se pruebe lo contrario, no se construye a espaldas de quienes detentaron el poder, los Duartes, los Bermúdez, los Flavinos, los Bravos.

 

Mes y medio después, evidencia en mano, la Comisión de la Verdad del Congreso ni presiona a la Fiscalía, ni actúa contra el falso general Bermúdez, ni le encuadra la desaparición forzada.

Mal signo. Mejor dicho, Comisión de Impunidad.

Archivo muerto

Desbocada, Rosalinda Tolentino lo mismo amaga con renunciar a la candidatura a la sexta regiduría en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, que con emigrar a Morena. Dice que se va del proyecto panista, que regresa a su plaza en Sedesol estatal y la pillan entregando apoyos sociales sin acreditar que su separación temporal del cargo ya cesó. Su caso es explosivo. Si Rosalinda Tolentino goza de permiso para ser elegible como regidora, ¿en calidad de qué acudió a entregar apoyos en la congregación Villa Allende junto con la agente municipal, la priista Keren Prot? ¿O usurpó funciones? Y si volvió a su plaza, en breve dejará de ser elegible para contender por una regiduría, sea por el PAN, por Nueva Alianza o por Morena, donde dice que esperan con agrado y emoción. Explosivo, su caso ya alerta al PAN estatal. Keren Prot Vázquez, agente municipal de Allende, hace pública la entrega de apoyos de Sedesol a media contienda, en días de veda electoral. Y con ella Rosalinda Tolentino. La misma Keren Prot externa que será candidata a las regidurías uno o dos en planilla de Nueva Alianza, dependiendo de quién contienda por la alcaldía. O sea, entregando recursos de Sedesol y haciendo talacha electoral, lo que suena a delito y sanción. Y los desvaríos de Rosalinda Tolentino son como para Netflix. Pregona —y que los panistas la escuchen— que el ex secretario general del PRI, Alberto Mijangos Martínez, ya fuera del tricolor, le garantiza una de las primeras regidurías en Morena y si algo faltara, Keren Prot le ofrece la uno o dos de Nueva Alianza. Algo así como párenme porque me les voy. Qué show… Horas críticas, cruciales, las de Armando Arrieta Granados, luchando por su vida el jefe de redacción de La Opinión de Poza Rica, baleado la madrugada del miércoles 29, a las puertas de su hogar. Grave, según el reporte médico, se halla en el área de terapia intensiva en un hospital de Veracruz, monitoreado día y noche, esperando que su recuperación se dé sin contratiempo. Dos días después del ataque, no hay pistas ni avances, no se sabe el perfil del sicario ni se tiene claro quién puede ser el autor intelectual del atentado. Armando Arrieta, por lo que a él toca, lo único que quiere es vivir… Más paja que realidad, la salida de Alfredo Phinder Villalón del PAN. Lo ven fuera los medios de comunicación, los portales de internet, los usuarios de las redes sociales, sea Twitter o Facebook, y el médico les sigue el juego. Pero oficialmente no hay nada. De hecho, alienta ese juego. Avizoran que será candidato de Nueva Alianza a la alcaldía, y Phinder no lo termina de pensar. Lo confirma el dueño del Panal en Coatzacoalcos, Gersaín Hidalgo Cruz, y Phinder persiste en afirmar que pronto dará el sí o continuará en el PAN. Demasiado obvia la estrategia del galeno: no define si acepta la propuesta del Panal y tampoco rompe con el PAN, su partido. Así prosigue el jaloneo por las regidurías. Phinder es útil a grupos exigen las primeras regidurías. Sirve a los grupos panistas que repudian la postulación de priistas en los espacios que son, o debieran ser, para el rebaño azul. Y aunque Phinder sabe que no será candidato panista a la alcaldía de Coatzacoalcos, sus aliados quizá logren mejorar la cosecha en la planilla que contenderá por la presidencia municipal de Coatzacoalcos. Pero si operan para Morena o el PRI, el PAN los echará… Que será más verde que roja la campaña de Carlos Vasconcelos. Que no destacará el emblema del PRI. Que todo se cargará hacia el Partido Verde Ecologista de México, pues el tricolor no suma, resta, concita rechazo, se le asocia con Javier Duarte y el saqueo de las arcas y la violencia que tiene en ascuas a la sociedad. No uno sino varios sondeos de opinión coinciden en que el Verde tendría mejor votación que el PRI en la elección por la alcaldía de Coatzacoalcos, pero con nada se le acercan a Morena, que lleva la delantera y salvo los propios errores de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, difícilmente perderán la contienda. De ahí que las regidurías en la planilla del PVEM, en la que Roberto Chagra Nacif ocupa la primera, sean vistas ya con codicia y ambición… Ajuste en la planilla del PRD en Coatzacoalcos. Si no hay cambio de señal, entra Mayra Gutiérrez Cruz, agente municipal en Mundo Nuevo, tratando de aportarle al partido del sol azteca votos que serán cruciales para tener representación en el próximo cabildo…

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