¿Manufactura o Mentefactura?

  • Martín Michel Rojas
Inversión en ciencia. Mentefactura y producción de conocimiento. Falta avanzar en este rubro.

Los países que se encuentran en constante desarrollo y crecimiento económico-tecnológico, son aquellos que se han arriesgado ha romper el paradigma de siempre hacer y obtener lo mismo con los mismos recursos, este riesgo no ha sido de a gratis, se ha tomado gracias a la inversión en la generación de conocimiento e investigación que como consecuencia ha provocado la innovación de alternativas y soluciones a diversas necesidades sociales. Parafraseando al físico más reconocido en el siglo XX, Albert Einstein, “si quieres resultados distintos, haz cosas diferentes, no hagas siempre lo mismo”.

Según los últimos informes anuales del Foro Económico Mundial, coloca a Suecia, Finlandia y Singapur como los tres primeros países potencialmente desarrolladores de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) ante una lista comparativa de 140 economías, esto debido a su gran avance en la calidad educativa, ya que son países referentes para todo el mundo en la vanguardia pedagógica. Esto quiere decir que la fórmula de desarrollo supuestamente comprobada hasta la fecha, sigue siendo la inversión en educación y conocimiento que se pueda transferir y capitalizar en las nuevas generaciones humanas a quienes se les identifica también por ser generaciones de “posgrados académicos al por mayor” desde una edad relativamente joven, lo cual les ha permitido pensar más y usar su conocimiento como su modus vivendi, la mentefactura. Pero y esto ¿qué? si en México el contexto y situación económica es totalmente diferente. Bueno pues la respuesta está en la diferencia entre países manufactureros y países mentefactureros, un nuevo concepto promovido por el académico español, Juan José Goñi Zabala.

Evidentemente, México, siempre se ha caracterizado por ser un país manufacturero de gran competitividad mundial, no por algo el polémico presidente estadounidense Donald Trump ha cometido varias trumpetadas al querer detener y castigar la inversión de empresas extranjeras manufactureras en nuestro país, como lo es el caso del sector automotriz, ahí está la Ford. Tampoco es ninguna casualidad que en Puebla se tengan dos plantas automotrices como lo es la nueva atracción de Audi y la popular Volkswagen, y mucho menos es casualidad que empresas extranjeras prefieran contratar la mano barata de inmigrantes mexicanos, por algo existe la Puebla York con aproximadamente unos 30 mil poblanos viviendo en Nueva York. Bien me decían mis abuelitos cuando no quería estudiar de niño, ¿por qué quieres que te paguen en la vida? ¿por lo que sabes o por lo que haces?, claro que para cualquiera de las dos respetables opciones, existen vocaciones, pero invariablemente una pareciera que tiene mayor mérito que otra. Y claro que ante la crisis educativa y económica que siempre ha vivido México, lo que abunda en el día a día es la fabricación de productos con las manos y máquinas convencionales, “por lo que haces”, la manufactura.

Sin embargo, México también ha tenido sus pinceladas de mentefactura, inclusive desde antes que se catalogara este término; tenemos el ejemplo de Guillermo González Camarena, gran ingeniero mexicano que innovó el sistema para la transmisión de la televisión a color por allá en la década de 1940 , pero que desafortunadamente ante la falta de apoyo de nuestro país a la investigación profesional de nuestro compatriota, tuvo que optar por continuar el patrocinio y financiamiento de varias de sus patentes por los Estados Unidos, misma innovación que por lo mismo se le atribuye a nuestros vecinos los gringos; así como este caso, existen muchos en la actualidad de grandes genios mexicanos que han tenido que emigrar a otros países ante la falta de oportunidades y condiciones para desarrollar, compartir y transferir el conocimiento, como se le caracteriza a la mentefactura.

La mentefactura consiste en cambiar algo que durante mucho tiempo ha permanecido igual para poder transformarlo en algo más eficiente, ahorrativo y menos costoso, por lo que el sector tecnológico en las TIC, es con el que se le identifica popularmente al término, pero no lo hace exclusivo. Muchas potencias en la actualidad, tienen algo en común, por lo menos una empresa reconocida e identificable con su país de origen, y en varias ocasiones relacionadas con la tecnología; Alemania con sus innumerables marcas de autos en diferentes países, destaco dos, Mercedes Benz y Volkswagen, Estados Unidos con marcas de celulares y de autos, Ford y Motorola, Japón con la Nissan y Sony, China con Huawei, Italia con Ferrari, y podría continuar...

Solo que no nos pase como a Kodak y su fracaso rotundo ante la innovación de la cámara digital, una empresa totalmente manufacturera en la revelación de fotos que quebró por no invertir en investigación y así poder mutar a tiempo ante la nueva tendencia de la foto virtual; otro ejemplo similar,  el de la Blackberry, que fue destronada por Apple con la llegada del iphone, pensar en mentefactura, invertir en la generación del conocimiento es el gran reto que tenemos como sociedad, crear empresas inteligentes, sin dejar a un lado lo rescatable en manufactura que nos devuelve el sentido humano de nuestro hacer.

“La inversión en ciencia y tecnología es el camino correcto para llegar a una sociedad basada en la economía del conocimiento, lo que permitirá que nuestro país migre de la manufactura a la mentefactura, donde la innovación tecnológica enfocada en el beneficio de la sociedad, sea la punta de lanza para el desarrollo”, dijo Salvador Flores Ortega, director regional centro del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Enhorabuena…

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Martín Michel Rojas

Es licenciado en Ciencias de la Comunicación con especialidad en Comunicación Política por la UPAEP. Cursa actualmente la maestría en Ciencias Humanas en la Universidad Anáhuac. Es docente de bachillerato desde 2004 a la fecha. Ha tomado cursos y diplomados en materia de transparencia y rendición de cuentas en la UPAEP y la BUAP y ha sido columnista y reportero en temas relativos a la arquidiócesis de Puebla.