Dentro de las modificaciones y ajustes del Presupuesto de Egresos 2017, el gobernador del estado de Veracruz tiene pensado desaparecer los Organismo Públicos Descentralizados (OPD´s) que no tengan razón de ser.

Se trata de una acción que permitirá la simplificación del manejo, transparencia y ubicación del destino de los recursos públicos federales y estatales.

Con el tiempo, estos organismos se convirtieron en cajas chicas para los gobernadores, porque su figura administrativa –hasta entonces- depende del ejecutivo estatal.

De acuerdo con la Ley de Egresos del Estado de Veracruz 2016, existen 30 OPD´s, y en su artículo 23 indica que los gastos de operación representan: 10 mil 828 millones 704 mil 342 pesos.

El aumento de los organismos se disparó cuando se dispuso, por ley, que estos no tendrían que pasar por la lupa del congreso del estado.

Al tener esta facultad el ejecutivo estatal, muchos comenzaron a meter la mano con la libertad de que no serían llamados a cuentas.

Por ejemplo, el año pasado el organismo con mayor presupuesto fue el Régimen Estatal de Protección a la Salud con más de 6 mil millones de pesos. ¿Alguien notó algún resultado en el trabajo de este organismo?

Claro que hay otros más que merecen la pena continuar y quizá respetar o aumentar sus presupuestos, como el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) o el Instituto Veracruzano del Deporte (IVD).

Otra de los objetivos de Miguel Ángel Yunes Linares es acabar con los fideicomisos públicos, fórmula que fue la favorita de las dos últimas administraciones para disponer de las finanzas públicas.

La misma Ley de Egresos del año pasado especifica que existen ocho fideicomisos públicos que paradójicamente “no son públicos”.

El presupuesto más abultado para esta figura es el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública con más de 400 millones de pesos, de los cuales tampoco se han visto resultados alentadores.

Los gastos de operación serán justificados en la medida en que se beneficie el bien común, que resuelvan problemas de fondo, no simplemente sean proyectos de membrete e inútiles.

Esperemos que dichos ajustes de la administración pública sirvan para optimizar el presupuesto y orientarlo a lo verdaderamente importante y urgente.

Mientras haya cuentas claras en los recursos de los veracruzanos, habrá confianza y certeza de gobernabilidad en el ánimo de la población.

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