Vicente Benítez: en la mira, el cómplice del gobernador
- Mussio Cárdenas Arellano
Otro mensaje para Javier Duarte: su principal cómplice, tesorero oscuro, el de los millones en Miami y Costa Rica, Vicente Benítez, tiene su diputación al filo del abismo, violando topes de campaña, en la mira del INE.
Duplicó los presupuestos límite para buscar el voto y triplicó la cifra que reportó como gasto electoral en su distrito, evadiendo controles del Instituto Nacional Electoral, falseando información, pues le mintió a la autoridad y se apropió con un fraude financiero de la diputación local por el distrito de San Andrés Tuxtla. Una fechoría más.
De eso —faltar a la ética, burlar a la moral— sí sabe Vicente Benítez González, el operador financiero más cercano al gobernador de Veracruz, implicado en inversiones millonarias en Costa Rica, la tierra de su esposa, y denunciado como integrante de la red de prestanombres de Javier Duarte, vía una empresa asentada en Miami, Florida, Estados Unidos.
Le pilla los dedos el INE, su sistema de fiscalización, el área que vigila y detecta si los candidatos y partidos se ajustan a la mesura que establece la ley, si no incurren en desproporción de gastos, si no avasallan con dinero, uno de los factores que vuelven inequitativa una contienda electoral.
Lo traba en dos puntos: se fue grande con el gasto de campaña y mintió en el reporte financiero entregado a la autoridad electoral.
Como todos los candidatos, Vicente Benítez sólo podía invertir en su campaña un millón 107 mil 403.88 pesos, de los cuales debía emitir un reporte ajustado a las normas que rigen los procesos electorales. Pero se excedió y para subsanarlo falseó datos.
Según el informe del Sistema Integral de Fiscalización (SIF), Vicente Benítez reportó gastos por 688 mil 457.69 pesos con los que buscó el voto de los sanandrescanos, postulado por el Partido Nueva Alianza, coligado al PRI.
Sin embargo, el SIF logró acreditar que el ex tesorero del gobierno duartista gastó 2 millones 390 mil 436.31 pesos. O sea, triplicó la cifra que reportó ante la autoridad electoral y duplicó el tope de campaña, al que supuestamente ni se acercó.
Vicente Benítez es único. Sí, único para robarse una elección y dejar huella, desaseado en el gobierno, desaseado en el asalto del duartismo al Congreso de Veracruz.
Sin arraigo, sin prestigio, marcado por el escándalo y su vínculo con el gobernador, Vicente Benítez fue a un distrito que sólo con un gasto descomunal lo podría ganar. Y arrebató.
Su votación fue copiosa. Le ayudó que el candidato de Morena, Filogonio Mortera Castellanos, renunció cuando faltaba una semana para la elección. No se sabe si fue por razones de salud, como adujo, si lo invitaron a volar, si hubo plata o aviso de plomo. Pero Benítez venció a Morena 2 a uno.
De los 30 candidatos priistas, o que contendieron por la coalición PRI-satélites, según el SIF, sólo Vicente Benítez violentó ese tope de campaña, que es causal de nulidad de la elección, cuando el exceso de gastos es mayor al 5 por ciento del total del presupuesto permitido. Benítez lo superó en 150 por ciento.
A Benítez le favorece que el Tribunal Electoral de Veracruz haya avalado las elecciones en los 30 distritos. Sin embargo, su triunfo irá al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde la injerencia de Javier Duarte es nula.
Su caso ya había sido expuesto por el líder de Morena en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien avizoró que las diputaciones por los distritos de San Andrés Tuxtla y Papantla serían anuladas por rebase de topes financieros de campaña.
Benítez, según le contabilizó el SIF, excedió el tope de campaña en un 215 por ciento. Diluyó parte de lo que se le imputaba y bajó la cifra a 150 por ciento de gasto de más, pero aún así, sobrepasando el 5 por ciento, ya es motivo de nulidad.
San Andrés Tuxtla, en términos de la legislación electoral, sería el único caso que se iría a elección extraordinaria por rebasar el candidato ganador los topes de campaña.
Vicente Benítez es una ficha. Con su bajo perfil, experto en las cañerías financieras, fue a San Andrés a adueñarse de una elección que de entrada era terreno explosivo, malquerido por los priistas, frente a una tendencia de izquierda que su tiempo favoreció al PRD, donde ya ocurrió una anulación en diputación federal y en la extraordinaria venció Elías Miguel Moreno Brizuela, que de ahí saltó a una senaduría y luego al gobierno del Distrito Federal.
De prestigio no sabe Vicente Benítez. De fama y aprecio, menos. Es un eslabón en la cadena de corrupción y escándalo duartista, en sus cuentas lo turbio y lo que debe desaparecer.
Enfrenta, por ejemplo, un escándalo en Costa Rica, pillado con una decena de propiedades a nombre suyo y de su esposa, Mariela de Los Ángeles Núñez Rodríguez, investigado no sólo por lavado de dinero sino por vínculos con el narcotráfico (La Jornada Veracruz, 12 julio 2016).
Uno de los reportes periodísticos, difundidos por Teletica, refiere que Javier Duarte viajó a Costa Rica semanas antes de asumir el gobierno de Veracruz, en 2010. Llegó a las 9:20 del 7 de octubre y al día siguiente, a las 11 de la noche, se marchó.
Hoy es objeto de una investigación para determinar si el gobernador de Veracruz forma parte de un “grupo de mexicanos” que estarían invirtiendo millonarias cantidades de dinero en negocios inmobiliarios, si se trata de lavado de dinero y si existen vínculos con el narcotráfico.
De acuerdo con la información del periodista Jair García, la investigación incluye los detalles de los vuelos realizados por Vicente Benítez, los de carácter privado, los que pudieran haberse realizado con aeronaves del gobierno de Veracruz y “o si las matrículas de esas aeronaves reportan ingresos con personas distintas y sus nacionalidades”.
Vicente Benítez está señalado en la investigación y “advierten que hay más políticos mexicanos, entre los cuales no se descartó el nombre del gobernador veracruzano”, refiere la información de La Jornada Veracruz.
Su vínculo con Javier Duarte es quizá el más estrecho de todo el círculo duartista. Fue su tesorero, el que movía el dinero en efectivo, como en aquel episodio en que una aeronave del gobierno de Veracruz, con una maleta con 25 millones de pesos en efectivo, fue retenida en el aeropuerto de Toluca, al inicio del sexenio. Benítez se trasladó al DF y fue sometido a investigación.
Pasó por la Secretaría de Desarrollo Social, por la Oficialía Mayor de la Secretaría de Educación de Veracruz, donde se halla uno de los mayores boquetes financieros con recursos de origen federal, que en conjunto, de 2011 a 2014, suma 50 mil millones de pesos que reclama la Auditoría Superior de la Federación por no haberse demostrado su aplicación, porque no se solventaron observaciones o porque simulaba la pandilla duartista que devolvía los recursos, los depositaba en una cuenta y antes que el gobierno federal dispusiera de ellos, los retiraba de nuevo.
Benítez González es pieza de la red de prestanombres de Javier Duarte, denunciado por Miguel Ángel Yunes, el gobernador electo, en calidad de socio, junto con su esposa, de la empresa Capital Investment Porperty Services, con domicilio en Miami, Florida, Estados Unidos, valuada en una cantidad superior a 100 millones de dólares que presuntamente se han invertido en bienes muebles e inmuebles.
Cien millones de dólares son algo así como mil 900 millones de pesos. Seguro los ahorró Vicente Benítez con su salario de burócrata de alto nivel. Quizá son recursos de Javier Duarte, igualmente ahorrativo.
Hoy, por rebasar los topes financieros de campaña, según el INE, está a punto de perder su diputación, su protección, el fuero con el que evite la cárcel.
Otro aviso para Javier Duarte.
¿Sigue el gobernador?
Archivo muerto
Cunde el pánico en el Congreso. Rémoras y esbirros de Javier Duarte casi suplican que Peña Nieto y Osorio Chong, presidente y secretario de Gobernación, amarren y amordacen al gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares. La “Rémora”, alias Juan Nicolás Callejas Arroyo, encabeza a su rebaño legislativo en una carta abierta que trasluce miedos y rencores, la zozobra de quienes han sido cómplices del gobernador de Veracruz, los que le aprueban todo, créditos, cuentas públicas, programas de obras que no se ejecutan, presupuesto que incluye egresos que son millones de pesos, o miles de millones que nadie sabe a que bolsillo fueron a parar. Acusan a Yunes azul de exhibirlos, de promover una campaña de linchamiento y amedrentamiento público, de promover juicio político con consecuencias penales, de amenazas personales, de llamarlos “esbirros y cómplices”, de ofrecer hacer públicos en las redes sociales sus direcciones particulares, correos electrónicos y números telefónicos, exponiéndolos al escarnio —como si el pueblo no los mentara la madre todos los días— tras aprobar la basificación de la burocracia duartista. Lo que es la desvergüenza. La Rémora Callejas y su runfla fueron cómplices de la quiebra de Veracruz, la deuda descomunal, el saqueo y el naufragio de Veracruz, y aún lloran. Con cartitas lacrimógenas o sin ellas, con quejumbres y alaridos, no evitarán los diputadetes el juicio político, sus consecuencias legales, la entrega de cuentas en los tribunales por el gravísimo daño que le han causado y le siguen causando a Veracruz… Y Yunes azul le zumba de nuevo a Javier Duarte. Toca el tema de las finanzas, la quiebra, el desorden de las cifras, la insolvencia, la parálisis inminente. Invoca en conferencia de prensa lo que reportan las calificadoras de deuda, HR Ratings, una de ellas, quien hace un mes colocó a Veracruz en “observación negativa”. El 11 de julio, Moddy’s de México redujo la calificación de 12 créditos respaldados con participaciones federales. Tres días después, HR Ratings bajó la calificación crediticia y mantuvo la “observación negativa”. Las razones fueron: la no presentación de la cuenta pública para el año 2015; la no presentación de la Cuenta Pública de los dos primeros trimestres del año 2016; la “falta de visibilidad alrededor de la deuda de corto plazo quirografaria”; la estimación de que en 2015 Veracruz tuvo un deficit de -2.4% de los ingresos totales; mientras la media nacional es de superávit de 1.5% de ingresos totales; el crecimiento de los niveles de deuda hasta alcanzar el 40.4% de los ingresos totales frente a una media de 26.2%; la expectativa de que la deuda total del Estado aumente hasta 43% debido a “sus altas rigideces en el gasto”; altos gastos de operación respecto de los ingresos totales del Estado, los cuales serán aún mayores con la reciente basificación aprobada por el Congreso; las calificadoras estiman que estos pronósticos puedan ser “revisados substancialmente una vez que la cuenta pública 2015 sea presentada”, es decir, pueden ser peores; puede haber una baja adicional en las calificaciones financieras, y la decisión de destinar el impuesto del 3% a la Nómina al pago de deuda y no a inversiones productivas contribuirá a que la calificación crediticia de Veracruz siga cayendo, lo que provocará un grave daño a las finanzas públicas. ¿Qué puede ocurrir? Aplicar sobretasa adicional de intereses a los créditos de Veracruz, y activar el “vencimiento anticipado, que para 2016 sería de 834.6 millones de pesos y en 2017 de 1906 millones de pesos. En alta, el conflicto Yunes-Duarte deja ver un hecho gravísimo: el ocultamiento de la Cuenta Pública 2015, pues ni Moody’s ni HR Ratings hallaron publicaciones parciales en la página en internet de la Secretaría de Finanzas y Planeación. Según el gobernador electo, la Rémora” Callejas y sus compinches diputados aprobarán dicha cuenta sin observaciones “que no fue nunca entregada al Congreso del Estado, solo se llevó a cabo un evento de simulación el 31 de marzo del presente año, pero la misma no está en poder de los legisladores ni publicada en la página de SEFIPLAN”. Se trató de una mascarada a la que se habría prestado el diputado Francisco Garrido Sánchez, el desterrado de AVE, a quien le entregaron una caja vacía, según expresó Yunes Linares. Algo tendrán que explicar los diputados de la Comisión de Vigilancia que encabeza Francisco Garrido, sobre quienes ya se teje una denuncia por omisión de un deber legal. Demencial lo que ocurre: Veracruz va al naufragio, fraguada en la quiebra en el perturbado cerebro de Javier Duarte, y todavía los diputados infames y cómplices se sienten agraviados y le piden a Peña Nieto frenar a Yunes Linares… Van dos y el deslinde sigue. Niega Joaquín Caballero que haya firmado la carta de apoyo Javier Duarte, el orate que desgobierna a Veracruz. Esta vez ante el pull de reporteros citados ex profeso, agregados otros que supieron que haría la declaración con la que el edil comienza a aplicar la “sana distancia”, dejando sólo a quien lo llevó al poder, de la mano de Karime Macías, esposa de Javier Duarte y paisana de Joaquín Caballero, a quien vieron como la pieza a modo para quebrar al marcelismo por dentro, y en parte lo lograron. Primero fue una tibia declaración, el mismo día en que lo hacían el edil de Orizaba, Juan Manuel Díez Francos, y el alcalde postizo de Minatitlán, Héctor Cheng Barragán —el verdadero y terrible alcalde es Saúl Wade León—. Más tarde lo hizo Manuel Rosendo Pelayo, presidente municipal de San Andrés Tuxtla. Ahora, por segunda vez, niega Joaquín Caballero que hubiera firmado la carta en que 128 ediles le dan su apoyo a Javier Duarte, le hayan reconocido su respaldo para realizar obra pública, cuando es sabido que se ha robado las participaciones federales a los municipios, y que ha sido garante de la paz social, en un Veracruz violento, entregado al crimen organizado. A centímetros Joaquín Caballero de un encuentro con el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, lo que no se dio cuando le fue propuesto que fuera el primer alcalde con el que tuviera un acercamiento…