Los apodos

  • Alberto Delgado

Mi madre, un día salió de la casa y mi hermana le preguntó a dónde iba. Ella contestó: “Voy a casa del Fanta de uva, ahorita regreso”. Y cuando mi hermana cuenta eso, no puede parar de reírse. ¿Cómo puede alguien ser conocido como el “Fanta de uva”? Mi papá tiene un conocido al que le dicen “El Big Cola”, porque es un señor enorme y de piel oscura. Yo conocí a un tipo que le dicen “Caricias”. En serio, ¿qué tienes que hacer en la vida para que te digan “Caricias”?

Para los veracruzanos, el talento para poner apodos se trae como carga genética. Y nuestros políticos son el blanco perfecto para poner en juego ese talento. Así, tenemos a La Rana” Méndez de la Luz, El Perro” Yunes Linares, “El Negro” Fidel, El Cisne” Silva, Carlos Rodríguez Velasco “El joven gris”, y a nuestro actual gobernador  le han llovido apodos durante toda su administración: creo que lo último que se supo en ese sentido es que le decían el “¡Sáquenlo!” o el “¡Cállenlo!” (Eso me contaron unos maestros, no me crean. La verdad esos no eran apodos, pero sí serían muy chistosos. Imagínese, amable lector: “El Sáquenlo” Duarte)

A mí no me gusta eso de poner apodos. Claro que hay personas inmunes a los sobrenombres.  Yo pensaba que todos los candidatos a Gobernador tenían apodo, pero pues hay a quien no le hace falta, como a Doña Alba Leonila o Cuitláhuac. Creo que esa es una medida muy inteligente de algunos padres: ponerles a sus hijos nombres que sean apodos en sí mismos, para evitar que sus hijos sean molestados por sus características físicas. Porque ¿quién se animaría a intentar un apodo para doña Alba Leonila? ¿O a Cuitláhuac? Digo, hace unos días escuché a uno de los colaboradores de éste último decirle “Cui”, y pues no pude evitar pensar que Atanasio García Durán, su padre, es un hombre brillante por “blindar” a su hijo de apodos.

No hay peor apodo que el que uno mismo se pone. Los apodos tienen un ánimo cariñoso, pero destructivo, no sirve para exaltar nuestras mejores características, sino para lo contrario. Por eso suena tan estúpido cuando Héctor Yunes dice: “La gente me dice Yunes el Bueno. Yo nunca había escuchado que alguien le dijera “El Bueno” antes que él. A lo mejor lo que pasa es que es un nivel de sarcasmo al que no puedo acceder.

Digo todo esto, porque hace un par de días iba yo caminando por una de las hermosas calles de nuestra ciudad, cuando en una barda, vi pintado el nombre de una aspirante a diputada, y debajo de su nombre, la leyenda “La Güerita que ayuda”.  Ese apodo es malísimo. Primero, porque insisto, no hay peor apodo que el que te pones tú mismo. Lo de  “Güerita” se refiere a una característica física  que a ella no le molesta para nada. Sinceramente, no creo que si la tal candidata fuera morena pusiera en su propaganda “La Negra que ayuda”, que además se lee feo. Lo segundo que hace tan malo a ese apodo, es el “que ayuda”, porque en serio es muy molesto saber que nuestros jóvenes políticos no entienden nada del servicio público. Los electores no queremos a alguien que nos ayude, sino a alguien que haga su trabajo. El sobrenombre de “La Güerita que ayuda” es muy malo,  pero hay que aceptar que entre sus características físicas no hay mucho más de dónde cortar. Ni modo que ella misma se pusiera algo así como “La Güerita que se parece a Elba Esther”.

LO BUENO DE: LOS APODOS

En otras culturas, los sobrenombres  sirven a la inversa de como los conocemos. Sirven para exaltar lo mejor que tenemos, y volvernos leyendas: todos conocemos al “Manos de Piedra” Durán, que era un boxeador que golpeaba durísimo. O al gran Eric Clapton, a quien le decían “Mano Lenta” porque era muy veloz para tocar. Esos son buenos apodos.

Hablando de apodos buenos, uno de los mejores recuerdos que tengo es el de una serie mundial de beisbol, la de Los Azulejos de Toronto contra los Phillies de Filadelfia. Me impactó el apodo de un jugador, a quien le decían “Wild Thing” (“La cosa salvaje”). Cuando Mitch Williams saltaba al diamante, el sonido local ponía esta canción, que ahora les recomiendo en una versión muy extraña, con Aerosmith, Billy Idol, Slash, Ratt, Bon Jovi y Tommy Lee. Bien ochentera. Disfrute:

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