Quiero contarle que el domingo fui a misa, en el discurso explicativo del sacerdote dos frases llamaron mi atención.

Entre muchas cosas interesantes decía que es difícil aceptar que no se sabe algo o no se puede hacer algo y ejemplificó con el sistema económico.

"Este sistema económico ya se les salió de control en el mundo y nadie quiere aceptarlo. Tendrá que colapsar", dijo.

Las cosas están fuera de control, pero las autoridades no tienen la capacidad para aceptarlo.

Mientras, las personas seguimos obedeciendo y viviendo como nos indican, "escuchen esta música, vistan de esta manera, compren estas cosas, piensen lo mismo, todos sean iguales. Nadie debe ser diferente. Por qué no? Por qué no ser diferente?", preguntó el sacerdote.

Tales frases me llevaron a pensar que en Veracruz pasa esto. Todo esta fuera de control.

El grupo político del PRI que se apoderó de la gubernatura y del estado perdió el control de todo.

Se pensaron infalibles, confiaron en que podían tirar un poco de dinero y quedarse con la mayor parte. Pidieron préstamos tras préstamos para ganar elecciones. Compraban almas, conciencias, dignidades, todo lo que tuviera precio.

También compraban propiedades, creaban empresas constructoras, contrataban servicios a los cuates, les daban obras a los amigos, a los empresarios, a todos les decían que sí, repartían dinero entre los necesitados de apoyo en los mítines, se regalaban y se regalan autos a la prensa, viajes, plazas en la SEV y otras dependencias.

Se dilapidó el dinero, los genios de las finanzas diseñaron esquemas para contratar créditos que se usaron para diversas cosas, menos en lo necesario y prioritario para Veracruz, pero como en todo, sin orden y control, los intereses se los comieron.

Ahora, se deben, oficialmente, 45 mil millones de pesos. Cada año hay que pagar miles de millones en intereses y atender lo que no se ha hecho, carreteras, ciudades, servicios, campo, educación, escuelas, seguridad, etcétera.

Pero no alcanza el dinero y para colmo hay elecciones, mucho más difíciles y necesitan dinero para comprar votos, los ciudadanos están cada vez más rejegos porque ya aprendieron el camino de la negociación.

Se les salió de las manos la situación y ahora el gobernador Javier Duarte empeñará a Veracruz pues contratará más deuda para pagar una parte de lo que ya debe y quedarse con un poco de dinero para "inversión pública productiva" en zonas marginadas. Es decir, invertirán en el voto de los pobres.

Fuera de control, así está todo en Veracruz. Y tendrá que colapsar, no hay de otra.

Qué van a administrar si están empeñando las participaciones y las aportaciones federales. Haga de cuenta que están en el refrendo y para pagarlo pidieron prestado por otro lado y pusieron en garantía el sueldo.

La deuda alcanzará, según los analistas, los 75 mil millones de pesos.

Tal cosa a todos debería interesarnos, porque es nuestro Veracruz, no es de ellos, es nuestro.

No queremos entender ni nosotros ni ellos que los gobernantes son nuestros empleados, que llegaron al cargo porque los votos, mal o bien, los favorecieron. Son administradores que deben entregar buenas cuentas de lo que se les confió.

Veracruz está quebrado gracias a una mala, pésima, administración.

Veracruz está quebrado y este grupo político del PRI es responsable de ello.