Tolerancia vs Chantaje

  • Héctor Yunes Landa

Es innegable que el ambiente socio - político de México esta crispado, sin embargo, debemos separar las muestras de descontento social en las que de manera pacífica expresan su apoyo a los familiares de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, de aquellos que se encuentran ejerciendo la violencia en contra del patrimonio y las instituciones del país, afectando además a terceros, amparados bajo la bandera del dolor que dicho sea de paso nos tiene conmocionados a ciudadanos y autoridades.

Los manifestantes violentos, tienen como estrategia principal lucrar con el dolor, con la única finalidad de recuperar o hacerse de prebendas que perdieron, derivado en parte por las reformas estructurales, especialmente, los que se sintieron amenazados por la reforma educativa.

Dichos grupos esconden la cara actuando ruinmente, convirtiendo un acto de solidaridad y reclamo social en actos que incitan a la desestabilización de la gobernabilidad del país en la búsqueda del chantaje gubernamental en el que durante años incurrieron.

Está claro que los familiares de los normalistas desaparecidos en ningún momento han llamado a la violencia y jamás han desconocido a las autoridades, por el contrario, el gobierno federal en comunión con las familias persiguen el mismo fin: encontrar a los normalistas y hacer justicia hasta las últimas consecuencias haciendo valer el estado de derecho.

Paralelamente, los grandes capitales tienen su propio juego y lo ponen de manifiesto a través del golpeteo mediático al gobierno federal. Utilizando a connotadas figuras como sicarios mediáticos al servicio de estos grandes intereses.

Nuestro país transita por un momento difícil, de exaltación social, alentado por diversos grupos en aras de obtener beneficios. No obstante, hay confianza de que prevalecerá el concepto del gobierno fuerte, estable, que garantiza la gobernabilidad, la estabilidad económica, sin menoscabo de los derechos humanos.

Sería mezquino ceder y solapar la satisfacción de intereses retorcidos, bajo la falsa premisa de que ello evitará se arriesgue el bienestar social y la estabilidad del país.