Por Sheyla Fuertes Lara

Este miércoles 15 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Rurales, establecido en el año 2008 por la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas, que reconoce la función y contribución decisivas de las mujeres rurales, incluidas las indígenas, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza.

Ellas tienen un papel muy importante dentro de la economía, porque participan activamente en las actividades agrícolas, ganaderas, sin un pago justo; sin olvidar las labores domésticas y el cuidado de adultos mayores, estos últimos no remunerados.

Tengo la oportunidad de conocer a mujeres de la zona rural, ahora ya adultas mayores, que dedicaron gran parte de su vida a las labores agrícolas, apoyando a los esposos en las faenas cotidianas, contribuyendo en la economía familiar, sin remuneración. Que al terminar su jornada en el campo, llegaban al hogar a realizar la otra tarea.

Mujeres que vivían en condiciones de desigualdad, sin conocimiento de sus derechos, sin la oportunidad de la educación, que no exigían un pago justo, porque eso fue lo que vivieron y creyeron que era lo que les correspondía.

Actualmente siguen viviendo en condiciones difíciles. Algunas llegan a las ciudades a vender diversos productos cultivados por ellas mismas, pero lo que obtienen apenas les alcanza. El hambre y la pobreza siguen enmarcando sus vidas.

¿Cómo apoyamos a las mujeres del medio rural? Lo primero es visibilizarlas, ellas siguen ahí. No son lejanas a usted y a mi. Llegaron a las ciudades en busca de mejores oportunidades, pero no todas las encontraron. Hay que apoyarlas para que mejoren su calidad de vida educación, la mayoría no sabe leer ni escribir; sólo de esta manera podrán informarse y conocer sus derechos para ser mejores ciudadanas.

Es necesario un trabajo coordinado de los tres niveles de gobierno, para que impulsen políticas públicas que las beneficien, dejando atrás el asistencialismo no funciona. Espero que no pase mucho tiempo para que les hagamos ver esto a los gobernantes y dejen de aplicarlo.

Otra de las alternativas es crear programas de apoyo a los que puedan acceder, porque la mayoría están destinados a los hombres. Sin trámites ni requisitos engorrosos, para que puedan salir adelante.

Contribuiremos a abatir la brecha de desigualdad en la que se encuentran millones de mujeres en todo el país, si las apoyamos para que sean mejores ciudadanas y para que se empoderen; si no les negamos sus derechos, exigirán mejoren oportunidades para ellas y sus familias.