¿Un espía a Comunicación Social?

  • Aurelio Contreras Moreno

El plazo fue marcado nítidamente por el vocal ejecutivo del Instituto Nacional Electoral en Veracruz: a principios de enero, todos los funcionarios públicos que pretendan ser candidatos a diputados federales en los comicios de 2015 deberán renunciar a sus cargos.

Una vez clara la fecha fatal, se intensificaron las grillas en torno de los acomodos al interior del gabinete del gobernador Javier Duarte de Ochoa, pues varios de sus secretarios de despacho se irán de campaña y buscarán dar el salto a una diputación federal.

Quizás los movimientos que más llaman la atención son los que previsiblemente se darán en la Secretaría de Gobierno y en la Coordinación de Comunicación Social, pues sus actuales titulares, Erick Lagos Hernández y Alberto Silva Ramos, respectivamente, aspiran no sólo a ocupar una curul en San Lázaro, sino a desde esa posición, saltar a la candidatura a la gubernatura.

Pero más allá de lo que pretendan hacer estos políticos, cuyo verdadero peso apenas está por verse, ha hecho mucho ruido la posibilidad de que regrese a la política veracruzana un oscuro personaje que ha sido “candidateado” para ocupar tanto la Secretaría de Gobierno como la vocería y la Coordinación de Comunicación Social.

Se trata de Enrique Ampudia Mello, quien ha sido mencionado en diferentes espacios como el posible sucesor tanto de Lagos como de Silva en las respectivas dependencias.

Como recordará el lector avezado en política local, Ampudia ya ocupó un cargo en la presente administración estatal. Llegó como titular de la Subsecretaría de Gobierno poco antes de que iniciara el proceso electoral federal de 2012, precisamente cuando Erick Lagos dejó ese cargo para ocupar la dirigencia estatal del PRI veracruzano.

Pero la carrera y andanzas de Ampudia en Veracruz se remiten a mucho tiempo atrás, a los años del sexenio de Patricio Chirinos, en cuyo gobierno ocupó la Dirección de Gobernación, siendo su jefe directo el aquel entonces secretario general de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, con quien siguió colaborando durante varios años más, hasta su supuesto rompimiento en 2012.

Desde esa época es que Enrique Ampudia se hizo fama de espía. En el techo del palacio de gobierno en Xalapa instaló las que en esos años eran unas sofisticadas oficinas de inteligencia, conocidas como “El Palomar”, desde las cuales se “daba seguimiento” –o lo que es lo mismo, se espiaba– a los “enemigos” del régimen chirinista. Se dice que llegó a organizar una muy completa “colección” de fichas informativas con las “debilidades” de personas de variopintos sectores y niveles sociales y políticos, muy al estilo de las de la extinta y siniestra Dirección Federal de Seguridad.

Sin embargo, varias piezas no embonan. En primer lugar, Ampudia salió prácticamente huyendo de Veracruz tras su pasada encomienda en el gobierno de Javier Duarte, cansado de los “golpes” y el “fuego amigo” que le propinaban desde dentro. Se sabía que no veía la hora de irse del estado para incorporarse al gobierno de Peña Nieto.

Pero en el caso de que Ampudia decidiera retornar a pesar de los agravios, sonaría lógico que asumiera la Secretaría de Gobierno, por ser una dependencia acorde con su perfil profesional y político, ya que es un hombre acostumbrado a hacer acuerdos y destrabar conflictos.

En cambio, si llegara a Comunicación Social, como aseguran vehementemente algunos corifeos del duartismo, el mensaje sería pésimo, pues se inferiría que en el cierre de la administración estatal habría un incremento en las presiones y el hostigamiento contra los medios y los periodistas, como si no fuera suficiente lo sucedido en estos cuatro años.

Ya veremos si es cierto que Enrique Ampudia regresa a Veracruz o si se trata de una cortina de humo para “tapar” a alguien más. Por lo pronto, la sola mención de esa posibilidad nos hace recordar la máxima del filósofo y teórico de la comunicación, Herbert Marshall McLuhan: el medio (y en este caso, el personaje) es el mensaje.

 

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Twitter: @yeyocontreras

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Aurelio Contreras Moreno

Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Inició su carrera en el periodismo como reportero gráfico en el Diario “Cambio”, en 1995, en la ciudad de Puebla, siendo aún estudiante.

Fue Subdirector fundador de Diario “AZ Veracruz” y Subdirector de Información en Diario “AZ Xalapa”.

Entre 2005 y 2006 participa en el proyecto periodístico colectivo “Horas Extra”, el primer periódico gratuito que se publicó en el estado de Veracruz, y del cual fue uno de los fundadores e integrante del Consejo de Redacción.

De 2006 a 2014 fue Director Editorial de Grupo Líder, que edita la revista Líder en los estados de Veracruz y Puebla.

Actualmente es colaborador de la revista etcétera, del noticiario radiofónico “Infórmese” de  EXA FM en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, y autor de la columna “Rúbrica”, que se publica en diferentes medios de comunicación, impresos y digitales.