Directo y sin rodeos se pronunció el asesor del Comité Organizador de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014, el ex campeón olímpico Ivar Sisniega Campbell: si Veracruz no tiene listas al 100 por ciento las instalaciones deportivas en las que habrán de celebrarse las justas, un mes antes de que éstas den inicio, ya tienen considerada otra opción. Un  “Plan B”, aseguró.

Esto, a 156 días del arranque de las competencias, que se llevarán a cabo el próximo mes de noviembre.

Llama la atención la declaración de Sisniega, máxime que, según aseguró el gobernador Javier Duarte de Ochoa durante la reciente reunión del Comité Ejecutivo de la Organización  Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe), “Veracruz cumple puntualmente con las acciones y las obras de infraestructura” para ese fin.

Pero algo debe saber Sisniega donde no descarta el “Plan B”, que seguramente se trataría de la ciudad de Guadalajara, que cuenta con una gran cantidad de instalaciones que cumplen a cabalidad con los requisitos de la Odecabe para albergar este tipo de competencias, luego haber sido sede de los Juegos Panamericanos de 2012.

El retraso en las obras es más que evidente. Por ejemplo, las “villas olímpicas” en las que habrán de hospedarse los deportistas están inacabadas, presentan deficiencias en su construcción y ya hasta provocaron afectaciones en viviendas aledañas, lo que ha dado motivo a protestas por parte de los habitantes perjudicados.

En el velódromo que se levanta sobre el Circuito Presidentes de la capital del estado se trabaja a marchas forzadas para tenerlo terminado antes de la fecha límite, situación similar a la de la remodelación del estadio xalapeño “Heriberto Jara”, que no se ve para cuándo pueda quedar listo.

Pero suponiendo que trabajando día y noche lograran concluir a tiempo las obras, ¿cómo estar seguro de la calidad de las mismas? Si las hacen igual que los puentes que días antes de ser inaugurados se vienen abajo, estamos más que fritos.

Porque no sólo se trata de no hacer un ridículo internacional, como lo supondría que le fuese retirada la sede de los juegos a Veracruz a unos cuántos días de su inicio. Lo que está en juego también es la integridad de los seis mil deportistas que vendrán a la entidad provenientes de 31 países de toda América Central. Un accidente provocado por negligencia sería verdaderamente desastroso.

La historia de los Centroamericanos en Veracruz ha sido un calvario desde el inicio. Sin tomar en cuenta la capacidad presupuestal y de infraestructura del estado, en el gobierno de Fidel Herrera se aceptó la sede de la competencia atlética a instancias de la entonces diputada federal Elizabeth Morales, hoy dirigente estatal del PRI que quiere volver a San Lázaro el año que entra.

Ya durante la administración de Javier Duarte, el actual diputado local David Velasco Chedraui fue el primer director del Comité Organizador de los Juegos, pero tras un breve tiempo tiró el arpa, aunque nadie nunca explicó dónde quedó el dinero que el Comité Olímpico Mexicano y la Comisión Nacional del Deporte y Cultura Física le dieron al estado para comenzar con los preparativos.

En un acto de verdadero suicidio político, el ex subsecretario de Gobernación y ex senador Dionisio Pérez Jácome tomó la estafeta que dejó Velasco Chedraui, con funestas consecuencias que lo llevaron a él mismo a renunciar también, a costa de su prestigio político. Y el actual director, Carlos Sosa Ahumada, se da de santos con no terminar en la cárcel por tener que responder por todo lo sucedido.

Sí, ahora es claro por qué Ivar Sisniega dice que tienen preparado un “Plan B”. ¿Lo tendrán las autoridades veracruzanas?

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